La Habana, entre la oscuridad y las prostitutas
17 de diciembre de 2016 - 20:12
En la oscuridad, los colores de la piel son uno solo. No hay blanco,
negro, mulato, ni mojigata ni prostituta que pueda diferenciarse en
medio de noches que parecen eternas
Por JUAN CARLOS LÓPEZ
Especial
LA HABANA.- Las calles de capital cubana son oscuras, lúgubres. Caminar
por ellas en horas de la noche, bajo un cielo sin luna, podría causar
terror al más fornido de los hombres y ni los más encumbrados sectores
capitalinos están exentos de esta realidad que cubre de tinieblas el
sentido de seguridad que despierta la luz entre los seres humanos.
Pero no solo las calles parecen unos cementerios surcados por siluetas
de viejas edificaciones que se levantan al cielo como recuerdo de un
capitalismo próspero. Los parques y espacios abiertos también se pierden
entre la densa masa de oscuridad, como si en esta ciudad de contrastes
la vida no encontrara una luz al final del sendero.
En la oscuridad, los colores de la piel son uno solo. No hay blanco,
negro, mulato, ni mojigata ni prostituta que pueda diferenciarse en
medio de noches que parecen eternas, especialmente para aquellos que no
saben si al día siguiente tendrán un par de pesos convertibles en el
bolsillo que les permitan comer algo distinto al arroz, los frijoles
negros y el pan de la bodega.
Las reinas de la noche
Pero las densas tinieblas que bañan de misterio y lujuria los barrios de
La Habana tienen una utilidad enorme para decenas de mujeres que
devengan el sustento diario de los servicios sexuales que les prestan a
propios y extraños.
Encontrar una chica de rítmico andar, escasa de ropas y con pintura
barata en el rostro es casi una constante para aquel que decide
sumergirse en el bajo mundo de una urbe en la que 20 CUC, adquiridos de
cualquier manera, determinan el sostén de un hogar.
Por esas calles de negros matices es fácil "resolver" un momento de
pasión con alguna jovencita de carnes tiernas que prefirió la calle
antes que dedicarse al trabajo, después de largos años de estudios, en
una actitud que podría considerarse "rebeldía" frente a las pocas
oportunidades de buenos ingresos que existen en la isla.
La noche y sus bemoles marcan una melodía que sabe cantar un elevado
número de mujeres que no encontraron mejor forma de ganarse la vida. El
sector social no importa. Las de Playa y las de La Cuevita son cubanas
que viven un mismo drama; hijas de una misma desgracia llamada comunismo.
"Hija de la noche"
Mary es una camagüeyana que entre risas y bromas se declara una "hija de
la noche", pues nació de una relación furtiva entre su madre y un
hombre, que jamás conoció, durante una noche desenfrenada en unas
fiestas en honor a San Lázaro. Cree que su padre era un jamaiquino que
se esfumó como el humo de los tabacos.
La joven es poseedora de un cuerpo escultural, labios gruesos y piel
acanelada, y camina como las princesas de los cuentos de hadas,
contoneándose al vaivén de las palmeras del Caribe. Cobra una tarifa a
los cubanos y otra diferente a los extranjeros, a quienes denomina "los
yuma".
La historia de Mary es un drama de principio a fin. Nació y creció sin
un padre, su madre era una costurera con problemas de alcoholismo y un
tío le quitó la virginidad a los 13 años. A los 17 se lanzó a las calles
del Vedado y desde entonces no conoce otra vida que no sea la que vive
entre hombres que le prometen el cielo y la tierra, pero que a la postre
solo le pagan por un momento de pasión.
La tiniebla de la noche es su mejor compañera. La joven no tiene recato
alguno para satisfacer las necesidades de sus clientes permanentes y
ocasionales en el portal de una casa, dentro de un vehículo en una calle
oscura o en el mejor de los hoteles.
Campaña de ahorro de energía
Como muchas cosas en Cuba, la oscuridad tiene una justificación. El
Gobierno implementa un programa de ahorro de energía apagando una de
cada dos lámparas del alumbrado público en La Habana. Sin embargo, en
algunas cuadras se observa hasta más de tres a oscuras.
Asimismo, la Unión Eléctrica (UE) sugirió la necesidad de incrementar el
control del consumo de energía, principalmente en los horarios de máxima
demanda en la isla, donde la generación es a partir del diesel. Plantea
hacerlo entre las 11:00 AM y la 1:00 PM, horario en el que la gente
prepara los alimentos del almuerzo.
La campaña de ahorro de electricidad tendría su origen en la caída del
petróleo en razón a que la mayor de las Antillas recibe unos 90.000
barriles diarios como compensación por los servicios profesionales que
envía a Caracas.
Cuba tiene un extenso historial de recortes en el suministro eléctrico,
ante todo en la década de los 90 tras el fin de la Unión Soviética.
Pero, de igual forma, tiene la imagen de ser un país en donde muchos
turistas vienen a buscar momentos de aventura con bellas mujeres que
venden sus cuerpos por pocos pesos, en medio de esa oscuridad que el
Gobierno garantiza.
Source: La Habana, entre la oscuridad y las prostitutas | Noticias de
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http://www.diariolasamericas.com/america-latina/la-habana-la-oscuridad-y-las-prostitutas-n4110354
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