El discurso de los comunistas y la realidad
Los comunistas aplican sus leyes según sus intereses y la actitud de los
ciudadanos hacia el régimen
Viernes, febrero 24, 2017 | Roberto Jesús Quiñones Haces
GUANTÁNAMO, Cuba.- Los comunistas cubanos se han desentendido del
pensamiento martiano que nos indicó que las revoluciones tienen alas
pero los gobiernos pies, expresión que proclamó lo necesario de la
institucionalidad, algo muy alejado del castrismo, que entre sus
características mantiene el voluntarismo de sus dirigentes y la anarquía
institucional, signados por la fugacidad de sus normas y hasta por su
aplicación.
Si la Biblia proclamó hace miles de años que en materia de justicia no
debía hacerse acepción de personas, los comunistas aplican sus leyes
según sus intereses y la actitud de los ciudadanos hacia el régimen.
Ahora está en la picota la tan cacareada política de reinserción social
de los sancionados.
A finales de la década de los noventa del pasado siglo, Fidel Castro
proclamó varios proyectos sociales muy nobles pero insostenibles dadas
las condiciones de la economía cubana. La frase "nadie será abandonado"
era entonces una de sus favoritas, como también lo es ahora para su
hermano. Quizás por eso la televisión cubana nunca toma imágenes de los
mendigos que pululan por las calles del país ni de los barrios marginales.
Dentro de esos proyectos que engrosaron el populismo finisecular de
Fidel Castro estaban la reforma del sistema penitenciario cubano y la
atención a los sancionados al retornar a la sociedad. Fue creada la
figura del juez de ejecución, un funcionario judicial que se pensó iba a
acompañar activamente a los ex reclusos en el proceso de reinserción
social y que lograría que estos obtuvieran empleos acordes con su
calificación. A la larga este funcionario se convirtió en otro pelele de
la policía. Pero la reforma del sistema penitenciario cubano permanece
muy distante de lo alcanzado en los "salvajes países capitalistas de
Europa y en EE.UU", iniciadores de tales reformas hace más de ochenta
años. Basta con leer las Reglas Mandela para comprobar el atraso que
padece Cuba en materia de derecho penitenciario.
Después de afirmarse hasta el cansancio en programas de radio y
televisión, en la prensa plana y en las reuniones de los vecinos que los
ex reclusos debían ser recibidos en sus comunidades y ser depositarios
de todas las oportunidades que la revolución les brinda, ahora mismo en
Guantánamo se ejecutan acciones tendentes a revertir tales pronunciamientos.
A pesar de que el Ministerio de Justicia (MINJUS) lleva años afirmando
públicamente que no es necesaria una certificación de antecedentes
penales para obtener un empleo el documento sigue siendo exigido por
numerosas entidades estatales y en estos momentos el Partido Comunista
de Cuba (PCC) en el territorio ha ordenado la realización de análisis en
centros de importancia económica para detectar quiénes son los ex
reclusos que laboran en ellos y dar por terminada su relación laboral,
aunque sus antecedentes hayan sido cancelados.
La medida ya se está aplicando en el matadero de Guantánamo, donde
varios exreclusos fueron advertidos de que se les despediría por tener
antecedentes penales. CubaNet tuvo acceso a uno de ellos, quien por
razones obvias nos pidió que no mencionáramos su nombre y nos dijo:
"¡Llevo más de ocho años trabajando allí sin ningún problema y ahora se
aparecen con esto y hasta te dicen que no puedes reclamar porque es una
medida orientada por el partido. Tengo esposa y dos hijos pequeños pero
eso no les importa. Mi sanción fue de 4 años de privación de libertad en
1996 por un intento de salida ilegal del país no por un delito
económico", concluyó.
En el Combinado Lácteo de Guantánamo también han sido detectados varios
trabajadores con antecedentes penales, según nos informó un custodio de
dicha entidad quién igualmente nos pidió que preserváramos su nombre.
Según esta fuente, análisis similares se harán en la gastronomía y el
comercio.
El artículo 41 de la Constitución de la República de Cuba afirma que
todos los ciudadanos gozan de iguales derechos y están sujetos a iguales
deberes. Por su parte el artículo 42 establece que la discriminación por
motivo de raza, color de la piel, sexo, origen nacional, creencias
religiosas y cualquier otra lesiva a la dignidad humana —como la
discriminación política que se practica en Cuba— está proscripta y es
sancionada por la ley y que las instituciones del estado educan a todos,
desde la más temprana edad, en el principio de igualdad de los seres
humanos. Ambos artículos son groseramente violados con este proceder e
igual transgresión sufre el artículo 45 que establece que el trabajo es
un derecho, un deber y un motivo de honor para cada ciudadano.
Escribo con conocimiento de causa. Sancionado a ocho años de privación
de libertad en 1999, mi único sueño era volver a reunirme con mi familia
y ejercer nuevamente como abogado en el Bufete Colectivo o impartiendo
docencia, pero yo era y soy un cubano sin derechos, otro discriminado
que tampoco tiene ninguna instancia donde reclamar. En ese ejército
descreído seguramente entrarán muy pronto estos ex reclusos.
Source: El discurso de los comunistas y la realidad CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/el-discurso-de-los-comunistas-y-la-realidad/
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