miércoles, 31 de mayo de 2017

Los cubanos y el peso de la incertidumbre

Los cubanos y el peso de la incertidumbre
En la Isla se preguntan: ¿Qué se comerá? ¿Habrá transporte? ¿Quiénes nos
gobernarán a partir del 24 de febrero de 2018?
Lunes, mayo 29, 2017 | Miriam Leiva

LA HABANA, Cuba.- En Cuba, el secreto de estado y el voluntarismo
político desde 1959 han garantizado hasta hoy la permanencia de un mismo
gobierno. En 2017, la incertidumbre pesa sobre todos los aspectos de la
vida de cada cubano y el futuro del país, disimulada en un ambiente de
ferias, conferencias, música y baile. ¿Qué se comerá? ¿Habrá transporte?
¿Por qué llegó un enviado especial del presidente de Angola (dará
petróleo, quizás)? ¿Qué fue a buscar Díaz-Canel a Bolivia durante cuatro
días? ¿Quiénes nos gobernarán a partir del 24 de febrero de 2018? No hay
derecho a saber y participar, pero sí la obligación de cargar con las
consecuencias.

La ausencia pública del vicepresidente Marino Murillo lleva a suponer
que cayó en desgracia. Quizás no sea así. Su destitución no se ha
anunciado, por lo que las elucubraciones son muy diversas,
fundamentalmente en el extranjero. Aunque la televisión cubana podría
desvelar algunas incógnitas. Murillo habría participado en el Consejo de
Ministros del 27 de abril de 2017, también habría asistidoa la tribuna
del Primero de Mayo y por último habría hablado en el III Pleno del CC
del PCC anunciado el 20 de mayo. En este último evento se aprobaron los
documentos diferidos por el VII Congreso en abril de 2016: la
Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo
Socialista; las Bases del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social
hasta el 2030: Visión de la Nación, Ejes y Sectores Estratégicos; así
como nuevas modificaciones a los Lineamientos de la Política Económica y
Social del Partido y la Revolución. Labores fundamentales de Murillo,
que aún demandan mucho trabajo, probablemente infructuoso.

El conocido internacionalmente como "zar de la economía cubana" (como si
en Cuba alguien pudiera ser zar), había ascendido desde la llegada de
Raúl Castro a la presidencia. De 2006 a 2009 fue ministro de Comercio
Interior, luego remplazó como ministro de Economía y Planificación y
vicepresidente del Consejo de Ministros a José Luís Rodríguez, y se
mantuvo hasta 2011, cuando fue sustituido por Adel Yzquierdo. Pasó a
concentrarse en los Lineamientos para la Actualización del Modelo
Económico y Social, como jefe de la Comisión Permanente para la
Implementación y Desarrollo. En septiembre de 2014 retomó el ministerio.
En la sesión de la Asamblea Nacional, el 8 de julio de 2016, anunció la
profundización de la tensa situación económica, y el día 14 fue
sustituido como ministro, por Ricardo Cabrisas, vicepresidente desde
2008. Murillo es miembro del Buro Político del PCC desde el VI Congreso
en abril de 2011 y del Consejo de Estado.

Raúl Castro ha estado enrocando a los mismos hombres en la economía
desde 2006, con excepción de su yerno, el General Rodríguez-Calleja, y
otros militares con menor poder de decisión. Miguel Díaz-Canel ha
ascendido sin dificultades por su concentración en la esfera ideológica
y cultural, ajeno a la tozudez en la ruinosa economía y el entramado
burocrático. El canciller Bruno Rodríguez continúa en ascenso, mientras
Ricardo Cabrisas realiza con calma sus últimos servicios, porque a los
80 años de edad deberá retirarse en febrero de 2018, si el presidente
cumple sus promesas de remplazo generacional.

Las elecciones, que deberían ser las más importantes desde 1959, tienen
la credibilidad aportada por las designaciones. Todo estará cantado y
los cubanos se enterarán de quienes serán sus dirigentes cuando se
anuncie en la sesión final de la Asamblea Nacional el 24 de febrero de
2018. Quizás la nueva Ley Electoral y la Constitución maquillada arropen
la farsa. El gran acontecimiento podría realizarse en el Capitolio
Nacional, bellamente reparado, aunque aún sin terminar, como otro legado
de Raúl Castro.

El ilusionismo en Cuba continuará hasta entonces, con acontecimientos
como Primera Convención de Comercio Cuba; la IV Feria de Negocios para
definir oportunidades, potencialidades y pactar servicios en el
escenario nacional que garanticen los procesos productivos de 2018; la
Asociación Cubana de Hombres de Negocios (ACHN) para empoderar la
gestión no estatal; y el VII Seminario Internacional de Porcicultura.
Todo esto cuando el comercio no tiene mercancías ni en divisas; los
negocios dependen de la insuficiente liquidez del gobierno, que
centraliza, determina y asigna los medios; los cuentapropistas son
controlados inclusive mediante los sindicatos oficialistas; se sigue
sin satisfacer las necesidades de una población que ha crecido sin comer
carne de res ni el tradicional plato de puerco asado; y el carbón de
marabú no se puede exportar por falta de contenedores.

Y sin embargo, se avanza. Ya se explica sobre el clítoris en la
televisión y se desfila por Escuelas sin Transfobia ni Homofobia con
congas callejeras, aunque luego Mariela Castro presuma en el extranjero
de que habrá sorpresas en la promoción de dirigentes, sin relacionarlo
con las decisiones del pueblo, y justifique la inexistencia de leyes
sobre los derechos de la comunidad LGBTI. Los cubanos aspiramos a
ejercer libremente nuestros derechos y deberes ciudadanos, y que se
respete nuestra opinión, asociación, elección, trabajo y beneficios.
Todo esto sin discriminación de ninguna clase.

Source: Los cubanos y el peso de la incertidumbre CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/mitad-de-ano-aumenta-la-incertidumbre/

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