La debilitada Cuba enfrenta una año de crisis
17.01.09 - Actualizado: 17.01.09 09:20pm - Agencia: redaccion@laprensa.hn
La Habana,
Cuba
Hace un año todo parecía indicar que el gobierno cubano tendría mucho
que celebrar cuando cumpliese en enero el quincuagésimo aniversario de
su revolución.
Si bien se estimaba que Fidel Castro seguiría "apartado" del manejo
diario del poder, ya se habían disipado las dudas sobre la capacidad de
su hermano Raúl de mantenerse detrás del timón.
Además, los prospectos económicos eran alentadores: con los precios del
níquel exportado por las nubes, el boom turístico y el petróleo
subsidiado de Chávez, las tasas de crecimiento se disparaban. Todo
cambió debido a cuatro huracanes. Tres climatológicos y uno financiero.
Con daños que superan los US$ 10,000 millones, el paso de los huracanes
Gustav, Ike y Paloma por la isla, en pocas semanas consecutivas,
destrozó la ya deficitaria producción agrícola, dañó extensamente la
infraestructura y dejó a cientos de miles de personas sin hogar.
En paralelo, el ciclón de la recesión global abatió los precios del
metal y amenaza con moderar el flujo turístico. Eso sin contar con los
aprietos predichos para Hugo Chávez.
Según Phil Peters, vicepresidente del Lexington Institute, un think
thank no partidista con sede en Washington, que sigue de cerca la
economía cubana, "el impacto de los huracanes en la isla fue devastador".
Más de 500,000 viviendas fueron destruidas y la producción de alimentos
resultó golpeada de tres maneras diferentes". Por un lado, la
destrucción de las cosechas en sí.
Por otro, "las autoridades también perdieron gran cantidad de productos
cuando los almacenes en que se encontraban fueron destruidos". Debido a
todo lo anterior, "hay un verdadero problema de seguridad de alimentos",
añade.
La escasez comenzó a sentirse de inmediato en la calle después del paso
de los huracanes.
"El tema alimentario toca fondo... La gente sólo sabe preguntar por
comida", relata la disidente cubana Yoani Sánchez, en su celebre blog
Generación Y, que redacta desde la capital cubana, pese a la censura
gubernamental (y a quien las autoridades prohibieron viajar para recibir
el premio Ortega y Gasset de Periodismo en España y el Boobs, de la
Deutsche Welle, en Alemania).
El problema básico es que Cuba debe ser muy cuidadosa con su cuenta de
divisas. La destrucción de los sembradíos debería impulsar la
importación de alimentos, pero ello no resulta tan simple a falta de
moneda dura.
Los precios del níquel, que -junto al cobalto- es una de las materias
primas que exporta, descendieron desde los US$ 50,000 por tonelada en
que se encontraban en 2007, a los US$ 15,000 por tonelada en diciembre
de 2008.
Otro ítem de restricción, es el impacto de la crisis de Estados Unidos
en el envío de remesas.
Una segunda incógnita en la ecuación del financiamiento está en la
industria turística. Hasta el momento, el flujo de turistas hacia la
isla se mantiene estable. Sin embargo, la tendencia podría cambiar en
2009. España, Italia y Canadá, grandes aportantes de turistas, enfrentan
fuertes desaceleraciones y crecimiento del desempleo.
Por su lado, Peters señala que esa estabilidad de ingresos con la que
cuenta el gobierno, depende en parte de la asistencia que recibe de
países amigos, como Venezuela, cuyos aportes en petróleo sumaron este
año el equivalente de más de US$ 3,200 millones. Bajo una óptica, la
disminución en los precios del crudo amenaza con recortar severamente
los ingresos del gobierno venezolano, por lo que está por verse si el
gobierno del presidente Hugo Chávez seguirá brindando el mismo grado de
respaldo.
Además, Cuba tiene un viejo amigo que ahora es su "nuevo" amigo: Rusia.
"Los rusos están arrepentidos de haber abandonado a Cuba en los 90
debido a la evolución de su relación con Estados Unidos", dice una
fuente que siguió la visita de Dmitri Medvedev. Pocos días antes, Igor
Sechin, el viceprimer ministro ruso, entregó a Cuba un crédito de US$ 20
millones para inversiones en petróleo (prospección de aguas profundas) y
níquel.
Hay un dejo de ironía que, a medio siglo de la revolución, sea un
presidente afroamericano estadounidense, y no un líder negro cubano, la
principal esperanza de una vida mejor para Cuba. En tal contexto, el fin
del embargo sería un huracán-desafío benéfico para el régimen de la isla.
http://www.laprensahn.com/index.php/Negocios/Ediciones/2009/01/18/Noticias/Resaca-de-huracanes
No hay comentarios:
Publicar un comentario