Fernando Ravsberg | 2009-07-30, 16:11
El martes fui a recoger unos negativos a una tienda de fotos en Miramar.
El negocio estaba abierto pero me dijeron que no me lo podían entregar
porque el empleado a cargo había tenido que salir. Nadie sabía a dónde
ni cuándo regresaría.
Lo cuento porque es una historia bastante común y antigua. Recién
llegado mi hijo mayor a Cuba fue al museo de Historia Natural pero no
pudo entrar porque "la compañera que tiene le llave no ha venido hoy a
trabajar", según le informaron en la puerta del edificio.
No me gusta caer en tópicos pero creo que uno puede llegar a pensar que
en Cuba existe un problema con el rendimiento laboral, basta mirar las
calles llenas de gente paseando en medio de la jornada laboral, la
escasa productividad de las empresas o la lentitud de cualquier trámite.
Claro que todo es relativo y el trabajar mucho o poco también. Es que
realmente podría considerarse que los cubanos trabajan bastante si se
tiene en cuenta el magro salario que reciben a cambio de lo que producen.
Es verdad que tienen importantes beneficios sociales, salud pública y
educación totalmente gratuitas, un mínimo de alimentos subvencionados,
cobertura general de la seguridad social y ciertas actividades
culturales a precios irrisorios.
De todas formas, aun teniendo en cuenta todo eso, la suma no da. Los
menos de U$D 20 que ganan mensualmente no son suficientes para la
alimentación, la ropa y el calzado. El par de zapatos más barato que se
encuentra se lleva casi un salario completo.
Esta falta de motivación material es una de las razones que hará difícil
que la población responda a los llamados de Raúl Castro para trabajar
duro y sortear así la crisis económica mundial. Sin embargo, no es lo
único que conspira en su contra.
"La tierra está ahí, aquí están los cubanos, veremos si trabajamos o no,
si producimos o no, si cumplimos nuestra palabra o no! No es cuestión de
gritar Patria o Muerte, abajo el imperialismo, el bloqueo nos golpea y
la tierra ahí, esperando por nuestro sudor", dijo el Presidente el 26 de
julio.
No mencionó que cuando los campesinos respondieron a su llamado anterior
produciendo gran cantidad de alimentos, muchos de ellos se pudrieron en
los campos porque la burocracia estatal fue incapaz de recogerlos, tal y
como paso con el tomate.
Los hombres y mujeres que pasan día a día, durante meses, bajo los rayos
del sol preparando las tierras, sembrándolas y cosechándolas no deben
sentirse muy animados cuando ven como se pierden los frutos de su
trabajo a la orilla del camino.
Esos campesinos, que ya regaron los campos con su sudor, merecen recibir
una explicación de lo ocurrido, un análisis de la ineficiencia estatal y
un informe de las medidas tomadas contra los dirigentes que permitieron
que se pierda parte de la cosecha.
Mientras que no se logre que la burocracia sude sus guayaberas, de poco
servirá el sudor vertido por el resto de los cubanos. La ineficiencia,
falta de planificación, y el acomodo de los jefes, gerentes y
directores, es tema de conversación en casi todas las empresas del país.
Pero resulta lógico que sea así, después de todo "equivocarse" en el
terreno económico no tiene ningún costo. Los cubanos dicen que "los
dirigentes se caen para arriba", es decir que cuando fallan los reubican
en puestos de responsabilidad de otro sector.
Por cierto, son ellos y no los trabajadores los que viven gritando
consignas revolucionarias y acusando al "bloqueo de los EEUU" de todo lo
que ocurre en el país. Parecen muy convencidos de que la "firmeza
ideológica" se cotiza más que la eficiencia.
Pero no siempre fue así, el Comandante Ernesto Che Guevara enviaba a
trabajar a los pantanos de Guanahacabibes a los dirigentes que se
"equivocaban". Cuando meses después regresaban, delgados y picados por
miles de insectos, hacían mucho mejor su trabajo.
BBC - Los blogs de BBC Mundo - : Salarios, sudores y guayaberas (30 July
2009)
http://www.bbc.co.uk/blogs/spanish/2009/07/salarios_sudores_y_guayaberas.html
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