El gran amigo asiático renueva la flota de autobuses, locomotoras y
coches policiales y oficiales de la isla
FERNANDO GARCÍA | La Habana. Corresponsal | 12/10/2009
Cuba anda despacio. Todo aquí, salvo los rumores, llega tarde: las
personas, las cosas y muchas decisiones. Las carencias en el transporte
lastran la economía y la vida. Menos mal que el Gobierno de Raúl Castro
tiene amigos que le empujan un poco. China es el más potente y veloz de
todos, hasta el punto de haberse convertido en principal fuerza motriz
del país caribeño: empezó vendiéndole unas decenas de máquinas y hoy le
está dotando de una flamante flota de autobuses, renovando su parque de
coches oficiales y de policía, sustituyendo sus vetustos trenes y
modernizando parte de sus vehículos militares.
Será por simpatía entre gobiernos, por afinidad ideológica o por sus
pactos políticos y comerciales. El caso es que la rapidez e intensidad
con que la industria china de automoción está entrando en Cuba no guarda
una relación proporcional con su pujanza en el resto de Latinoamérica ni
mucho menos con la atrofiada capacidad financiera de la propia isla.
Frente a unas pocas decenas de guaguas importadas por países mucho como
Colombia o Chile, Cuba contrató en 2006 la compra de 8.000 autobuses
urbanos e interurbanos de la firma Yutong, de los que algunos millares
circulan ya por la isla. En La Habana, el modelo articulado sustituyó a
ese curioso invento llamado "camello" –dos cuerpos de autobús
ensamblados y arrastrados por un camión– en el que los capiotalinos se
apretujaban a diario. La expansión es tal que mucho habaneros ya no
dicen guagua" sino "yutón".
Más reciente pero no menos impactante que la invasión de autobuses
chinos es la irrupción de sus automóviles Geely CK como alternativa a
los viejos Lada de los tiempos de la URSS, en el caso de los coches
patrulla de la Policía y los vehículos oficiales de ministros y altos
cargos. Ya se ha reportado la entrega de 1.500 unidades del CK, que
tiene diseño de Daewoo y motor Toyota.
A diferencia del rígido e incómodo pero durísimo Lada, el estiloso carro
oriental lleva aire acondicionado y dirección asistida, prestaciones que
pueden conmover al más nostálgico de los alrededor de 100.000 usuarios
cubanos del coche ruso. Con todo, el cambio será lento. Son muchos años
con el Lada a cuestas, a veces literalmente; el salto a ese y otros
utilitarios chinos que poco a poco van entrando en el país caribeño,
como el Chery QQ, tiene fuertes connotaciones culturales, simbólicas y
hasta políticas.
El poderoso amigo y segundo socio comercial de Cuba –por detrás de
Venezuela– también ha tomado las vías férreas de la isla. El Gobierno de
Castro le ha comprado a los chinos un centenar de locomotoras, de las
que once llegaron el año pasado y otras 60 están a punto de desembarcar.
La operación es crucial, pues urge sustituir los trenes que los
norteamericanos trajeron aquí en los años cuarenta y no han podido
repararse en condiciones por culpa del embargo. De aquellas locomotoras,
32 están inservibles y otras 48 van tirando con repuestos e inventos a
la cubana.
Cientos de camiones de carga, transportes agrícolas y vehículos
militares completan el empujón chino a Cuba. Eso en tierra, ya que hace
sólo un mes Pekín concedió a su pequeño socio un préstamo de 260
millones de dólares destinados a la compra de 10 buques para transporte
de cereales.
La invasión alcanza al minúsculo mercado privado, sobre todo a través de
los coquetos ciclomotores eléctricos que empezaron a importarse al
lejano país hace año y medio.
Quienes se preguntaban a qué venían tantas visitas oficiales como las
que los líderes caribeños y orientales vienen haciéndose y devolviéndose
desde hace un par de años tienen parte de la respuesta ahí: en las
calzadas, carreteras, vías férreas y hasta las costas de la isla socialista.
China motoriza Cuba (12 October 2009)
http://www.lavanguardia.es/economia/noticias/20091012/53802754385/china-motoriza-cuba.html
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