El régimen castrista alienta la contratación privada e introduce los
microcréditos
NOELIA SASTRE / MADRID
Día 18/09/2010
Lo dijo Fidel hace unos días: el modelo cubano ya no nos sirve ni a
nosotros. Era su bendición a las reformas que su hermano y presidente,
Raúl Castro, se ve obligado a introducir en una isla incapaz de
sobrevivir en el comunismo. Iniciativa privada, pues, es lo que toca,
con nuevas medidas para reactivar la agonizante economía cubana. La
última, bautizada como «actualización del socialismo», introduce nuevos
impuestos y alienta los microcréditos del Gobierno español, de la
Comisión Europea o de la ONU, permite la contratación entre particulares
y busca acabar con la cartilla de racionamiento. Todo, para intentar
sacar de la crisis a un Estado que controla más del 80% del empleo y que
despedirá a un millón de trabajadores en los próximos tres años, la
mitad de ellos de aquí a seis meses.
Reducir puestos de trabajo en el sector estatal e incrementarlos en el
privado es el objetivo del régimen. Los cuadros del Partido Comunista ya
han sido aleccionados para que expliquen a los cuatro millones de
empleados públicos lo que se les viene encima. A los despedidos les
ofrecerán una salida en sectores deficitarios como la agricultura o la
construcción. La mayoría de los empleos que se pierden están en el área
burocrática, la más inflada, donde cobran unos 17 dólares al mes,
bastante menos de lo que ganan los 140.000 cubanos que hoy trabajan por
su cuenta (prevén unos 100.000 más para 2011).
El Estado no da más de sí y la única solución son las pequeñas empresas,
las cooperativas o el trabajo familiar. Habrá dónde elegir: se autorizan
124 actividades privadas —lo llaman «cuentapropismo» para alejarse del
léxico capitalista— como los contadores públicos, imprescindibles para
la aplicación del nuevo sistema impositivo, los repasadores (profesores
de clases particulares) o las consultas privadas de médicos jubilados.
Quienes se dediquen a estos oficios pagarán impuestos, podrán contratar
a trabajadores (la contribución a la seguridad social será del 25%),
pedir créditos y hasta comercializar sus productos a organismos
estatales. Los «cuentapropistas», todos en el sector servicios, tendrán
gravadas sus ganancias entre el 40% de los restaurantes o el 20% de
quien alquile una vivienda. Además, cooperativistas de Mondragón y
técnicos enviados por la Agencia Española de Cooperación Internacional
han viajado a La Habana para asesorar a empresas del sector agrícola en
la reconversión.
El régimen prevé también la desaparición de la histórica cartilla de
racionamiento, que acompaña a los 11 millones de cubanos desde hace 48
años. En 2011 ya no proveerá de café, huevos o artículos de higiene
personal. Y puede que desaparezca en 2012.
Hasta ahí, todo novedades. Ahora bien: ¿cómo lo harán quienes no saben
de trabajos técnicos y manuales en una isla llena de médicos y abogados?
Y más importante: ¿podrá garantizar el Estado el suministro de materias
primas, piezas o máquinas?
http://www.abc.es/20100918/internacional/cuba-actualiza-socialismo-para-20100918.html
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