La Corporación de Exportaciones e Importaciones (CIMEX) es la mayor
corporación comercial de la Isla
Agencias, Madrid | 28/09/2010
El presidente Raúl Castro puso a un militar al frente de la mayor
corporación comercial de Cuba, como parte de sus esfuerzos para aumentar
la eficiencia y reducir la corrupción en las principales empresas que
operan en divisas en el país.
El coronel Héctor Oroza llegó a las oficinas centrales de la Corporación
de Exportaciones e Importaciones (CIMEX) a principios de este mes para
reemplazar a su presidente de muchos años, Eduardo Bencomo, según varios
empleados de la empresa.
"Desde entonces ha habido muchos militares por aquí", dijo un empleado,
que pidió no ser identificado.
Desde que reemplazó en 2008 en la presidencia a su hermano Fidel, Raúl
Castro ha tomado medidas para estimular la deteriorada economía estatal,
aumentar la productividad y enfrentar la corrupción.
Castro pretende, al parecer, subordinar algunas de las compañías
independientes a ministerios y ve el proceso de consolidación ya
iniciado como el mejor camino a seguir.
En muchos casos Castro ha encomendado la tarea a militares, una
institución a la que comandó durante casi medio siglo como ministro de
Defensa de Cuba.
Al menos 10 militares ocupan cargos en su gabinete o como viceministros
y jefes de los organismos claves.
Oroza era el número dos del Grupo de Administración Empresarial (GAESA),
un poderoso holding militar que opera muchos negocios en moneda
extranjera, entre ellos el mayor operador de turismo y negocios
inmobiliarios, depósitos y tiendas de comercio minorista.
Uno de los yernos de Castro, el coronel Luis Alberto Rodríguez, es el
director ejecutivo de GAESA.
La nueva subdirectora de CIMEX es Ana María Ortega, quien ocupaba una
posición similar en la cadena de ventas minoristas de los militares,
TRD-Caribe, según fuentes de la empresa.
"No me sorprende. Sigue la tendencia que hemos visto bajo Raúl", dijo un
diplomático occidental en La Habana.
La designación de Oroza no fue anunciada, pese a las relaciones que la
corporación CIMEX sostiene con cientos de proveedores extranjeros y su
significativo papel en la vida de Cuba.
CIMEX, con ingresos anuales por más de 1.000 millones de dólares, es un
conglomerado estatal que opera exclusivamente en divisas y en una moneda
dura conocida como peso convertible, que cotiza a 1,08 dólares.
La corporación administra un banco y una naviera, procesa operaciones
con tarjetas de crédito, controla el millonario negocio de las
transferencias de remesas desde el extranjero, tiene una inmobiliaria y
opera la mayor agencia de viajes de Cuba.
CIMEX posee más de 2.500 tiendas minoristas, desde centros comerciales a
restaurantes de comida rápida y gasolineras.
Los cambios en la gerencia de CIMEX llegan tras la liquidación el año
pasado de CUBALSE, la segunda mayor corporación de Cuba en moneda
extranjera. Algunas de sus numerosas empresas fueron transferidas a
empresas militares y a CIMEX.
La disolución de CUBALSE, según explicaron autoridades cubanas, buscaba
reducir gastos, aumentar el poder de negociación, concentrar las
empresas de servicios y aumentar la eficiencia.
Cuando cayó la Unión Soviética, ex benefactor de Cuba, en la década de
1990, la Isla quedó desesperada por moneda dura y entonces Fidel Castro
abrió la puerta al turismo internacional y las inversiones extranjeras,
legalizando el dólar y creando más tarde el peso convertible.
También permitió la recepción de remesas de los cubanos residentes en el
extranjero.
Los militares, junto con CIMEX y CUBALSE, recibieron la misión de
absorber el flujo de efectivo mediante la creación de tiendas minoristas
y otros negocios que el Gobierno veía como un experimento en un sistema
de competencia entre entidades del Estado.
Pero Raúl Castro vería al parecer el modelo como redundante y carcomido
por la corrupción.
El robo en las gasolineras llega al 50%, según medios estatales, y buena
parte del prolífero mercado negro de Cuba es al parecer alimentado por
productos desviados de almacenes controlados por varias empresas.
Todavía no está claro qué ocurrirá con CIMEX, pero muchos creen que
algunas de sus operaciones serán fragmentadas y los negocios de turismo
podrían, por ejemplo, terminar en manos del Ministerio de Turismo.
También hay versiones de que el Gobierno podría unificar las tiendas de
comercio minorista en pesos convertibles en una sola cadena,
reemplazando el actual sistema de varios competidores estatales.
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