'Los Intocables' de Raúl Castro
Iván García
La Habana 02-09-2011 - 9:13 am.
¿Podrá Gladys Bejerano, ministra de Auditoría y Control, llegar hasta el
final en su cruzada contra la corrupción?
Gladys Bejerano y Ramiro Valdés, durante un evento para prevenir la
corrupción. La Habana, 2010. (AP)
En el Chicago de los años 30, Eliot Ness y su grupo se denominaban "los
intocables". Combatieron la corrupción galopante en la ciudad de los
vientos, y mediante una argucia jurídica de evasión de impuestos
llevaron a la cárcel al mismísimo Al Capone.
Aquel grupo de Chicago tiene una versión femenina en Cuba. Se llama
Gladys María Bejerano Portela. Es la ministra de Auditoría y Control. O
sea, la Contralora de la República. Licenciada en Ciencias Sociales, es
vicepresidenta del Consejo de Estado y diputada por la provincia de
Guantánamo. También lleva faldas su segunda al mando: Alina Vicente Gaínza.
De acuerdo a fuentes bien informadas, ahora mismo Gladys Bejerano es la
enemiga número uno del descomunal aparato de burocracia y corrupción de
un extremo a otro de la Isla.
Dicen que los corruptos tiemblan cuando ven aparecer a los inspectores
de Bejerano. No es para menos. La corrupción se ha convertido en un
estilo de vida en Cuba, enraizada en todos los estamentos de la
sociedad, sobre todo en sectores como la gastronomía, el turismo, las
telecomunicaciones, la aeronáutica, las zonas francas y los grandes
almacenes y frigoríficos donde se trasiega descaradamente con los
recursos del Estado.
Los "carteles", casi mafiosos, que dominan estos sectores, se han
enriquecido vendiendo al por mayor pollo, aceite, puré de tomate,
pacotillas textiles y electrónicas, cuentas piratas de internet,
tarjetas prepagos de celulares, cemento y materiales de la construcción.
Lo integran cuadros del Partido de nivel medio que esconden la plata
debajo de sus colchones.
Estos cuadros tienen doble cara y doble discurso. Actualizan los murales
del sindicato con loas a Fidel y Raúl Castro, propaganda a favor de la
liberación de los cinco espías presos en Estados Unidos y, al pedido de
la Seguridad del Estado, asisten a los actos de repudio y golpizas
contra las Damas de Blanco.
La cara no visible de la corrupción apunta a jefes de nivel nacional y a
los asesores de ciertos ministros, que hacen de figuras de paja y llevan
al contado el balance del dinero sucio que generan sus negocios.
Es una cadena. Los fines de semana, cada gerente de hotel, restaurante,
café o discoteca, entrega un sobre a un tipo de confianza del director
municipal.
Las cifras varían de acuerdo a la importancia del lugar y la entrada de
dinero. Después, el director "moja" con billetes a algunos "padrinos"
dentro del Partido provincial, el ministerio de Comercio Interior o de
Turismo.
Con la creación del cargo de Contralora, el engranaje de corrupción se
ha visto amenazado. Cuando en agosto de 2009 la Gaceta publicó la Ley
107, creando la Contraloría General de la República de Cuba,
administradores y directores no se lo tomaron en serio.
Pensaron que era una más de las cíclicas batallas contra la corrupción
que al rato se olvidan. Un informante anónimo dice estar convencido de
que jerarcas del status quo obtienen grandes beneficios con el dinero y
tráfico de influencias generado por la corrupción. No pocos creen que el
fraude financiero, los desvíos y robos monumentales se diseñan en
gabinetes ministeriales.
Pero Gladys Bejerano, de 64 años, tiene otros planes. Es una mujer de la
absoluta confianza de Raúl Castro. De él recibió órdenes directas de
jugar al duro contra la burocracia y la corrupción. Que no se detuviera
ante nombres ni amenazas.
En algo más de un año, sus auditorías y controles han sido esenciales
para llevar a prisión a más de 60 funcionarios de empresas importantes
que operaban con divisas, entre ellos el ministro de la Alimentación,
Alejandro Roca.
En las investigaciones que en estos momentos se llevan a cabo en La
Habana y el resto del país, para detectar las irregularidades en ETECSA,
la empresa de telecomunicaciones, el equipo de Bejerano desempeña un
papel esencial en el descubrimiento del entramado de corrupción y soborno.
Bejerano —y su equipo— nunca avisa con antelación cuándo va a hacer una
auditoría. Los gerentes y jerarcas de escalones superiores la odian. Por
lo bajo la llaman la Incorruptible. Y los intocables a su grupo.
En la cruzada de Raúl Castro contra las ilegalidades y la corrupción,
está por ver el capítulo final de las pesquisas contra altos
funcionarios de ETECSA. Es el culebrón del verano, porque podrían rodar
cabezas de poderosos. Será una prueba de fuego para Gladys y su
protector, Castro II.
Ramiro Valdés, exministro de Informática y Comunicaciones, actualmente
un superministro, es un histórico de la revolución y uno de los hombres
de Fidel Castro. En caso de descubrirlo involucrado en manejos turbios,
¿podrá Bejerano llevar su labor hasta el final?
En el Chicago de los años 30, Eliot Ness acabó destruyendo a Al Capone.
Pero Ramiro Valdés es más poderoso en Cuba que el gángster
estadounidense en su país. Mucho más.
http://www.ddcuba.com/cuba/6711-los-intocables-de-raul-castro
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