La irreal realidad de la economía cubana
Cuba enfrenta una desaceleración del crecimiento económico, y sus
economistas y sesudos continúan incurriendo en su estilo digamos sui
géneris de apreciar la realidad
viernes, octubre 3, 2014 | José Hugo Fernández
LA HABANA, Cuba -Entre 20 y 50 cuc suele costar regularmente el cover
para un concierto de reguetoneros en La Habana. Si la entrada es en
pareja, se duplica el precio, el cual sólo permite traspasar la puerta,
sin contar otros gastos. Un teléfono celular "con moña" cuesta entre 180
y 400 cuc. Y un par de simples zapatillas de la marca PULL&BA, unos 100
cuc. Pero tanto el reguetón como la telefonía móvil o las zapatillas
disponen de un mercado en auge, sobre todo de jóvenes consumidores. Y
esto ocurre en una ciudad en la que apenas unos pocos privilegiados
logran devengar salarios formales equivalentes a 50 o 60 cuc por mes.
Los cubanos perdimos el sentido de la realidad. Mientras las fieras del
Zoológico de 26 se esfuerzan por convertirse sin remedio al
vegetarianismo, los repelados costillares de res que les tocaban son
vendidos en los agromercados, donde la gente hace angustiosas colas y se
faja a puñetazos disputándoselos, para la sopa del día. Nadie aquí
acepta un empleo estatal si éste no le propicia la posibilidad de robar
algo para mejorar sus ganancias. A nadie le interesa la política, pero
cada paso que damos en la vida es un acto político.
Según los que saben, se le llama realidad a todo lo que es efectivo o
tiene valor práctico, en contraposición con lo fantástico e ilusorio.
Pero en Cuba es otra cosa. Aquí la realidad más bien se acerca al modo
en que la concibió Einstein en uno de sus minutos de máximo arrebato. Es
la capacidad que tenemos para engañarnos a nosotros mismos, creyendo lo
que no es y viendo lo que no ven los ojos.
Luego de varios años de iniciadas lo que desde allá arriba llaman las
reformas, Cuba enfrenta una desaceleración del crecimiento económico que
hasta los propios doctores y generales del régimen se han visto
obligados a reconocer públicamente, pero no como la cruda realidad que
es, ni como la evidencia de que mintieron con sus promesas de ayer de
tarde, porque los cálculos hechos por economistas y sesudos no se
correspondían con la reales realidades del país.
Y a pesar de los pesares, esos mismos economistas y sesudos continúan
incurriendo en su estilo digamos sui géneris de apreciar la realidad.
Ahora dicen que las reforman están desplegando medidas más profundas y
con mayor alcance estructural, por lo cual habrá que sentarse para
esperar los resultados.
Ya más que escandalosa, llega a ser alucinante la ineptitud del régimen
con la carga de su poder absoluto sobre todas las fuentes económicas. Y
tanto o más resulta la conducta de los economistas a su servicio, que no
sólo atentan contra su presunta sabia ciencia, sino contra los propios
principios de la realidad.
El libro "Cuba: la ruta necesaria del cambio económico", compilación de
análisis realizada por Omar E. Pérez y Ricardo Torres, y editada por la
editorial Ciencias Sociales, es un amago de ver la realidad mediante el
sentido común, aun cuando sus múltiples matizaciones no le permitan ir
más allá del amago. No obstante, nos revela atisbos como el de la
inflación no oficializada que existe en la Isla, pero que no se ve
porque es otro de nuestros estados de irrealidad impuestos por el régimen.
"Cabe señalar –se afirma en la página 20 de este libro- que en el índice
de precios al consumidor (IPC) publicado oficialmente, los precios
regulados abarcan alrededor de 40 % del total y se excluye a los
productos denominados en pesos convertibles cubanos (CUC)… Al no
incluirse todos los mercados, esto puede indicar que los valores de la
inflación son superiores a los valores publicados".
En tanto, los mayoritarios pobres comen malamente una vez al día. Al
tiempo que en más de un círculo concéntrico del jet set habanero
(conformado por parásitos hijos de papá y de funcionarios corruptos, así
como por tránsfugas del robo y del dinero fácil, además de algún que
otro artista o científico cómplice), se despilfarran cientos de miles en
una sola noche de gozadera, lujo y droga.
Y entre los de abajo, cada día son menos los que producen y más los que
quieren vender, no importa el valor de lo que vendan, ni que todos
vendan lo mismo, apilados unos encima de los otros, mientras el régimen
aprueba, pues cada timbirichero en acción es otro ciudadano más que no
tiene ojos para ver la realidad, no ya la que está delante de su cara,
sino la de un poco más allá, en el futuro, que a fuerza de no ser real,
ni siquiera cuenta ya en nuestros planes.
Source: La irreal realidad de la economía cubana | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/la-irreal-realidad-de-la-economia-cubana/
No hay comentarios:
Publicar un comentario