Lo del "The New York-Castro Times" llega a aburrir
Sexto editorial dominical defendiendo posiciones del régimen de La Habana
Eugenio Yáñez, Miami | 20/11/2014 1:38 pm
De nuevo la Junta Editorial del "The New York-Castro Times" ha publicado
otro editorial dominical, y ya son seis, en inglés y español,
defendiendo posiciones del castrismo. Nunca antes ese periódico había
insistido tanto en un mismo tema a través de editoriales. ¡Ni cuando la
guerra de Vietnam!
Reitero que el periódico tiene todo el derecho del mundo a publicar lo
que considere oportuno. Sin embargo, resulta patético que, con la
intención de defender lo que defiende, recurra a lenguaje político pobre
y poco creativo, de libelos oficialistas habaneros, y que a estas
alturas del siglo 21 utilice categorías tercermundistas de la guerra fría.
La publicación resulta ahora, en el tema cubano, tan aburrida como las
intervenciones de los castristas habituales por estos foros, cuyos
comentarios, además de insulsos, muestran incultura generalizada,
desfase histórico y dogmatismo del más rancio estalinismo. La única
ventaja del diario sobre tales comentaristas-sicarios verbales al
servicio del régimen cubano, y es algo, es que al menos en gramática y
ortografía es superior a las huestes de respuesta rápida digital en la
sección de comentarios.
El más reciente editorial del "The New York-Castro Times" aborda "el
programa que incentiva la migración de personal médico durante
asignaciones oficiales". Comenzando por el título, "La fuga de cerebros
en Cuba, cortesía de EEUU", tal si fuera texto de la Conferencia
Tricontinental de los años sesenta del siglo pasado, utiliza jerigonza
anacrónica en tiempos de globalización, tipo Las venas abiertas de
América Latina, ese decadente panfleto que adoran los durísimos de las
izquierdas de nuestro continente, del cual su mismo autor dijo que "No
sería capaz de leerlo de nuevo. Caería desmayado"… "Para mí, esa prosa
de la izquierda tradicional es aburridísima. Mi físico no aguantaría.
Sería ingresado al hospital"… "intentó ser una obra de economía
política, solo que yo no tenía la formación necesaria."
Cuarenta y tres años después de la publicación de esa madre de todos los
panfletos, que tanto impresionó a Hugo Chávez, vuelve el diario
neoyorquino con lo de robo de cerebros. ¿Robo de cerebros en tiempos de
globalización? ¿Robo de cerebros cuando ni el gobierno de Cuba ni los
corruptos caudillos latinoamericanos garantizan a sus élites
universitarias condiciones para ejercer sus profesiones ni
remuneraciones adecuadas por hacerlo, mientras las nomenklaturas y las
oligarquías del continente se enriquecen a manos llenas sobre las
necesidades de sus pueblos?
¿Cómo debería llamarse la acción de prohibir a talentosos cubanos
ejercer actividades profesionales porque simplemente tienen opiniones
diferentes a las del gobierno? ¿O cuando impide el acceso a estudios
superiores de determinadas carreras a jóvenes con creencias religiosas o
considerados "no confiables" según los cánones de la camarilla? Y que no
vengan ahora los sicarios del régimen a decir que ya eso no sucede.
Durante decenas de años ocurrió sin que la prensa "seria" del continente
lo condenara.
Aunque, realmente, a eso que hace la dictadura cubana no se le debería
llamar robo de cerebros, porque no lo es, sino secuestro de cerebros,
que sí lo es. Ya ven, aquí tienen los durísimos de la izquierda
latinoamericana una nueva categoría con la cual escandalizar
estrepitosamente, tirar pedradas y vandalizar McDonald's en sus
múltiples actividades "antiimperialistas": secuestro de cerebros.
¡Ah! Pero ni "The New York-Castro Times" ni la izquierda carnicera
hablan del secuestro de cerebros de los cubanos de a pie, sino del robo
de cerebros del que son víctimas los angelicales gobernantes cubanos,
que después de pagar a "sus" médicos entre 20 y 30 dólares mensuales
durante por lo menos dos décadas, aumentaron recientemente sus salarios
a 60 dólares mensuales. Según las cifras del diario neoyorquino, tomadas
del servicio de inmigración de Estados Unidos, fueron "robados" 11
cerebros en 2006, 781 en 2007, 293 en 2008, 519 en 2009, 548 en 2010,
384 en 2011, 681 en 2012, 995 en 2013, 1.278 en 2014.
Lo cual, añado yo, hace un total de 5.490 cerebros "robados" en esos
nueve años fiscales por el programa que demoniza "The New York-Castro
Times". Menos de los tres mil anuales mencionados por alguna prensa de
Miami, aunque esas exageraciones ya van siendo parte del folklore.
Después de la llamada reforma migratoria del régimen tales "robos"
aumentaron: algo más del 41% de los declarados se produjeron en 2013 y 2014.
Habrá que seguir esperando para saber hasta donde llegará "The New
York-Castro Times" en su cruzada a favor del régimen. No pienso perder
mi tiempo buscando chicos malos en New York o diciendo que el señor
Ernesto Londoño, recién sumado a la Junta Editorial del periódico, sea
"culpable" de tal ofensiva. Si acaso, él sería un Luca Brasi a cargo de
la ejecución de órdenes de El Padrino, pues nadie, como alegre
cuentapropista, puede publicar seis editoriales sobre lo que le de la
gana, ni siquiera uno, sin aprobación de la Junta Editorial. Y, de paso,
me pregunto si Ernesto Londoño, con tal nombre y apellido, será también
obra del "robo de cerebros", o si eso para The New York Times solamente
vale cuando son cubanos escapando del paraíso revolucionario de los Castro.
Por lo pronto, hay algo que no debemos pasar por alto: además de Fidel
Castro, todos, absolutamente todos los órganos de prensa del régimen
cubano, publicaciones subordinadas y las que simplemente fotocopian y
actúan como sus propagandistas en todo el mundo, y todos los jenízaros
periodísticos que defienden la tiranía en todo y por todo en todas
partes, alaban generosamente la "objetividad" y "sentido común" de "The
New York-Castro Times" con estos editoriales.
Lo cual ya, de por sí, aunque ellos no digan nada más, a los cubanos
decentes nos debería decir mucho.
Source: Lo del "The New York-Castro Times" llega a aburrir - Artículos -
Opinión - Cuba Encuentro -
<http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/lo-del-the-new-york-castro-times-llega-a-aburrir-320948>
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