sábado, 25 de abril de 2015

Hornillas nuevas y políticas de Estado

Hornillas nuevas y políticas de Estado
Acceder a una de las anunciadas ayudas gubernamentales para la compra de
estos equipos se vislumbra complicado
VÍCTOR ARIEL GONZÁLEZ, La Habana | Abril 24, 2015

No tuvo suerte. Como muchas, Estrella es de esas cubanas que se enfrenta
a la difícil tarea de dar de comer a sus hijos hoy sin estar muy segura
de qué cocinará mañana. Aun así, la suya es una familia que no clasifica
como necesitada de asistencia social; por eso no recibirá ayuda alguna
por parte del Estado para comprar las nuevas hornillas de inducción que
saldrán a la venta "en pocos días".

Esta semana se anunció que pronto estaría todo listo para comenzar la
venta de esos nuevos equipos de cocción junto a otros insumos –cacerola
con tapa, sartén, jarro y cafetera–, a casi 80.000 núcleos familiares en
toda Cuba que reciben ayuda gubernamental. Los medios oficiales aseguran
que, para ello, "ya están creadas las condiciones en las tiendas de la
red de programas especiales, pertenecientes al Ministerio del Comercio
Interior".

Las condiciones incluyen 257 talleres "adecuadamente habilitados" para
reparar los equipos, cuya garantía comercial es de tres meses. También
se ha facilitado que los vendedores pasen "un curso de capacitación"
para conectar las ollas y probarlas.

El plan ha sido concebido para disminuir el consumo energético en el
sector residencial, ya que las cocinas de inducción resultan más
eficientes que las de resistencia hasta en un 75%, según afirman las
autoridades implicadas que, además, agregan que son equipos de fácil
manejo, brindan confort y resultan más duraderos.

Detrás de esta decisión se encuentra nada menos que el Consejo de
Ministros, cuya política ha sido responsable de otras "audacias" como la
venta liberada de gas licuado en varios territorios "de manera
experimental". También desde 2014, y gracias al "Programa de Cocción de
Alimentos", existe la posibilidad de comprar equipos electrodomésticos a
través de créditos bancarios. En efecto, el asunto de cocinar en Cuba es
una cuestión de Estado.

Estrella fue una de las que compró su olla arrocera a través de
créditos. De los 7800 que se han solicitado desde que comenzaran, se han
aprobado 7355 y ejecutado 5828 –por un importe de 15 millones de pesos–,
entre los cuales se encuentra el suyo.

Sin embargo, no todo fue fácil. En primer lugar, porque la trabajadora
de una farmacia no recibe el salario suficiente como para que un banco
confíe en que pagará a tiempo su olla arrocera. Como en el capitalismo,
otorgar créditos a personas naturales en la Cuba socialista implica un
análisis de riesgo donde pesa la capacidad personal de saldar la deuda.

En segundo lugar, porque no hubiera podido pagarlo si no hubiera tenido
la ayuda de unos familiares. Pero Estrella necesitaba la olla, aunque
debiera vender por fuera más medicinas que de costumbre.

El asunto de las subvenciones otorgadas por la Asistencia Social es
delicado. La modalidad de pago respecto a los equipos que se venderán
próximamente no ha sido del todo definida, salvo que la adquisición de
las cocinas pudiese correr a cargo del Estado de forma total o parcial.

El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) ha aclarado que el
Consejo de la Administración Provincial es "el órgano colegiado que
aprueba la venta de estas cocinas y decide qué modalidad de pago debe
aplicarse" en cada caso. Para ello se trabajará en los estándares de la
"evaluación socioeconómica".
Yusimí Campos, funcionaria del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social
(MTSS), informó a los medios nacionales que, entre las familias no
beneficiadas, se encuentran además aquellas "que cocinan sus alimentos
con otros servicios como el gas manufacturado, el gas licuado a ciclo
normal o (...) que convivan en zonas alejadas, distantes, y no tengan
servicio eléctrico".

Estrella, que posee gas de la calle en su apartamento de Centro Habana,
tendrá que esperar por el momento para adquirir la moderna cocina.
Mientras tanto, deberá terminar de pagar al banco su refrigerador marca
Haier. Lo último que quiere Estrella es otra deuda. Y respecto a la
comida, "ya aparecerá algo", dice, a la vez que muestra una pequeña
reserva de huevos y arroz que la tranquiliza, al menos por el momento.

Source: Hornillas nuevas y políticas de Estado -
http://www.14ymedio.com/nacional/Hornillas-nuevas-politicas_0_1766823301.html

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