Turismo en Cuba: delirio y fracaso
El régimen lo necesita, pero no logra manejarlo eficientemente
Eugenio Yáñez, Miami | 27/08/2015 9:51 am
Alabarderos del régimen se refieren en la prensa oficialista a la
posibilidad de lograr "antes de que muchos lo esperen y sin alardes
infundados" hasta 10 millones de turistas en doce meses. ¿Extrapolación
al turismo del delirio de la zafra de los diez millones, sueño de una
noche de verano, o excesivo consumo de sustancias prohibidas?
Se preguntan si "¿será capaz la industria turística cubana de asimilar
"la ola" de visitantes que se espera?" Naturalmente, la respuesta es un
rotundo "NO", pero la prensa oficial no lo dice. Se sabe perfectamente
que la infraestructura turística cubana padece serios problemas de
marketing, mantenimiento, abastecimientos, gestión hotelera, transporte,
servicio al cliente, aprovechamiento de capacidades y profesionalidad de
los trabajadores. Cubana de Aviación acaba de ser designada entre las
peores aerolíneas del mundo de acuerdo a un sistema de puntuación
internacional.
Fue ineficiente con 3 millones de turistas que arribaron al país en
2014, en que se obtuvieron menos ingresos que durante 2013. ¿Cómo sería
en caso de que en este 2015, como sueña la burocracia, se cerrara el año
"muy cercano a los cuatro millones de visitantes internacionales"?
Pretensión basada en que de enero a julio el incremento fue del 15 % con
relación a 2014, pues en los primeros siete meses de 2015 arribaron más
de 2 millones de visitantes. Optimistas matemáticas del régimen sobre
proyectos, fantasías, y "cálculos preliminares".
Toda esa alucinación contando con que el turismo americano se acerque a
150 mil visitantes en 2015. ¿Qué otros países contribuirían al
incremento de turistas? Canadá, el mayor emisor hacia la Isla,
estabilizado en alrededor de un millón de visitantes al año, no ofrece
mucho más en lo inmediato. Europa y América Latina más o menos lo mismo.
¿De dónde vendrían los cientos de miles restantes para acercarse a los
casi 4 millones de visitantes que festinadamente pronostica la Agencia
de (des)Información Nacional del régimen?
El Director General de Desarrollo del Ministerio del Turismo del régimen
acaba de declarar: "Convencido estoy que en un período de 15 años
pudiéramos construir y comercializar más de 200 mil habitaciones".
Serían 13.333 habitaciones anuales, 1.111 mensuales. Y aunque se
hicieran, ¿cómo se comercializarían? ¿Recuerdan al Comandante en el
siglo pasado prometiendo 100.000 nuevas viviendas anuales?
El gobierno, con todos los recursos a su favor, tiene 63.299
habitaciones hoteleras mal administradas, la menor cifra en un
quinquenio, entre hoteles, aparthoteles, moteles, hostales, casas,
cabañas, campamentos y villas. Casi el 70 % de las habitaciones serían
de 4 y 5 estrellas, aunque los hoteles de esas categorías disminuyeron
al 34 % del total.
Un factor que la dictadura desprecia, aunque no le queda más remedio que
mencionarlo, son los propietarios privados, que llama "sector no
estatal": declaran unas 14.000 habitaciones, y existen muchas otras que
no se registran para escapar a la extorsión gubernamental, desde
regulaciones fiscales leoninas y la no existencia de mercados mayoristas
hasta abusos de corruptos inspectores y policías, que venden su alma al
diablo por un puñado de CUC (ni siquiera de dólares) en busca de su
"mordida".
Los delirios no se limitan a números absolutos: la ignorancia de los
propagandistas de opereta obnubila el entendimiento. La articulista dice
tranquilamente que "sólo en cuanto a la infraestructura habitacional
existente en el territorio, podemos "ponernos los guantes" con la
competencia regional". Alardea de que con 63.000 habitaciones en la Isla
—ignora abiertamente a los privados— pueden competir con el complejo
Cancún-Riviera Maya (México), que cuenta con menos de 50 mil
habitaciones (ella les llama "cuartos"), para 3 millones de turistas
anuales, y con Punta Cana (República Dominicana), que con 68 mil
"aposentos" (dice ella, no yo) recibe 5 millones de visitantes cada año.
¿Nadie le ha explicado que hay algo que se llama gestión hotelera y
aprovechamiento de capacidades habitacionales, y que gracias a que en
Cancún-Riviera Maya y en Punta Cana se aplican esas habilidades mucho
mejor que en Cuba se pueden recibir muchos más turistas con menos
habitaciones, y además obtener márgenes de ganancias superiores?
Llama la atención también que el libelo oficialista muestre preocupación
por "la preparación del personal que labora en el sector turístico de la
Isla". ¿Qué se ha hecho durante más de 25 años de programas de
capacitación turística, cursos, entrenamientos, conferencias,
seminarios, congresos, escuelas, institutos, licenciaturas, maestrías y
doctorados? ¿Jugar quimbumbia? Después de un cuarto de siglo, ¿no tiene
el país personal para el sector del turismo al menos tan capacitado como
el de países "tercermundistas" como Bahamas, Jamaica, Haití, México o
República Dominicana?
La brigadita de respuesta rápida digital atacará este artículo con todo,
defendiendo el supuesto socialismo próspero y sustentable que se
construiría en la isla contando con la inversión extranjera y los
odiados capitalistas. Sobre todo cuando tal brigadita incluye a un
posadero al que nadie le ha explicado que aunque la mona se vista de
seda… porque cambia de nombres como de calzoncillos, pero es tan
mediocre que al tercer comentario se delata en su insignificancia.
Sin embargo, no vale la pena desgastarse con secuaces digitales de la
dictadura. Mejor observar los resultados reales del turismo, para
comprobar de nuevo que, mientras los Castro estén en el poder, Cuba no
puede esperar nada más que represión, propaganda, falsedades,
mediocridad, fracasos y promesas incumplidas.
Como ha sucedido en los últimos cincuenta y seis años. Y continuará
sucediendo.
En el turismo y en todo.
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