Guagüeros, cambio y calidad de los servicios
MARÍA MATIENZO PUERTO | La Habana | 26 Oct 2015 - 3:26 pm.
'Un nuevo sistema de gestión empresarial', anuncian ahora las guaguas en
La Habanaa
Algunos ómnibus metropolitanos viajan bajo "nuevo sistema de gestión
empresarial". Así lo dice una pegatina pegada en el techo de una ruta
464. Todo para justificar que el sistema de alcancías está siendo
sustituido nuevamente por el pago directo al chofer.
"La práctica es ponerle cartones y trapos a la alcancía para que la
gente le ponga el dinero en la mano al chofer o al conductor, que casi
nunca es un trabajador legal, sino un amigo que no tiene nada más que
hacer durante el día", comenta Boris, quien por cuestiones de trabajo ha
tenido que montarse en una misma ruta durante una semana seguida. "No
obstante, en los P8 que me monté, no había ningún cartel anunciando
nada", afirma.
La "Información a los pasajeros" no descarta el uso de la alcancía. Lo
más desconcertante es que autoriza al chofer a "manipular el efectivo de
la recaudación durante el proceso de pago del pasaje", pero lo exime de
la obligación de "fraccionar importes para devolución".
"Se dieron cuenta que los choferes ya lo hacían y ahora lo que quieren
es controlar lo que les cae directamente en la mano", dice Yeney, mujer
de un conductor de ómnibus.
En la parada del Puente de Santa Fe, mientras espera el P15 en su
recorrido por Guanabacoa, una pasajera cuenta cómo "el chofer humilló a
su amiga porque le faltaban veinte quilos, pero no te devuelven nada si
les das un peso, eh?"
En la ruta 400 de las diez de la noche, "yo viví un show desagradable y
pico", cuenta Altinae, "porque delante de mí se montó una viejita a la
que le faltaban diez quilos y el chofer, entre los gritos de caminen
para atrás, la puso como un zapato, y cuando vio que yo le di lo que le
faltaba a la señora, la cogió conmigo".
El cartel dice además que el único objetivo de esta medida es "brindarle
un servicio de transporte con la calidad" que la población merece.
"Pues parece que lo que merecemos es el maltrato", comenta una pasajera
de la 464, acabada de leer el cartel. "¿Y si es mi único peso? Tenemos
que aguantar que si están atrasado vayan tan lentos que sea mejor ir
caminando; que te griten o te digan groserías para que camines para el
fondo del ómnibus; que se detengan dónde y cuándo ellos quieran; que no
tengan límites de la cantidad de pasajeros que deben montar. Y ahora esto…"
La mayoría de las personas prefieren negociar entre los que esperan
quién va a pagar con un peso y quién con 40 centavos; hacer el
intercambio antes de abordar el ómnibus, perder solo 20 centavos de
vuelto y que una de las dos diga "Somos él y yo".
Los choferes a los que se les ha preguntado prefieren callar porque
creen que cualquiera puede ser el enemigo (un inspector de transporte o
un periodista) que venga a arrebatarles esta nueva forma de libertad que
se les ha permitido.
"Ahora nadie me pude decir que no lo puedo hacer", es la única
declaración que se le puede arrancar al chofer de la ruta 43 que llevaba
media hora de retraso. Esas palabras y una mirada amenazante.
"Prefiero no comer que coger guagua", es casi el lema de Samuel. "El
transporte urbano en Cuba es deshumanizante. Y lo jodido es que es la
alternativa de todos porque uno no se puede comprar un carro, una moto
ni siquiera eléctrica ni una chalupa para salir nadando de aquí, al menos"
Una villaclareña de visita en la capital se consuela: "Y no te quejes,
que aquí hay transporte, porque en Villa Clara no es que esté malo, es
que no hay y la mayoría de las veces tengo que andar en la guagüita de
San Fernando: un ratico a pie y otro caminando."
"Y como siempre, dan un teléfono loco, que no comunica", dice Alberto.
"Por eso yo cuando tengo, bien, y cuando no, digo con tremendo swing
'Oye mi hermano, no tengo' y sigo para adelante".
Y agrega: "Es la ley del embudo, lo ancho para ellos y lo estrecho para
nosotros. ¿No me digas? Es una obligación mía pagar el pasaje, ¿y la de
ellos cuál es?"
"Para cualquier sugerencia, aclaración o queja del servicio, por favor,
nos puede contactar a través del teléfono 18 820, agradeciendo de
antemano el haberse comunicado con nosotros": así dice el cartel, pero
no le podrán agradecer al ciudadano preocupado porque el número lo único
que ofrece es un interminable timbre que no responde nadie.
Source: Guagüeros, cambio y calidad de los servicios | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1445865991_17716.html
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