A un año de la visita de Obama, ¿qué resonancia queda en Cuba?
DDC | La Habana | 21 de Marzo de 2017 - 13:09 CET.
El 20 de marzo de 2016, en su último año de Gobierno, el entonces
presidente estadounidense, Barack Obama, inició una visita a la Isla con
su familia.
Era el primer mandatario estadounidense que viajaba a Cuba en casi 90
años. Negoció con Raúl Castro, se reunió con emprendedores, se
entrevistó con disidentes, asistió a un partido de béisbol y pronunció
un discurso en el Gran Teatro de La Habana que resonó en toda la Isla
por su llamado a los cubanos a hacerse cargo de su destino y al régimen
a no tener miedo. Un año después, ¿qué resonancia queda de esa visita?
Boris González Arenas, portavoz de la Mesa de Unidad de Acción Democrática:
El restablecimiento de relaciones diplomáticas fue un paso positivo y
quizás la medida más importante del Ejecutivo de Raúl Castro en sus 10
años de ejercicio. La visita posterior de Barack Obama evidenció la
popularidad del mandatario estadounidense y de la cultura de aquel país
entre los cubanos. Así como resultó una demostración tácita del rechazo
que la política de confrontación tiene entre la población cubana.
El retroceso en el esperado proceso de reformas castrista evidencia la
fragilidad del sistema para aprovechar el capital político que obtuvo
luego del acercamiento diplomático y, finalmente, la salida de Barack
Obama del poder y el ascenso del Partido Republicano de la mano de
Donald Trump han ralentizado las acciones propiciadas por el
acercamiento y establecido una interrogante sobre su futuro.
Al año de la visita de Barack Obama lo primero que notamos es una
pérdida de la euforia y esperanza que significaron la aproximación
diplomática y su presencia en la Isla. El modo controversial como se
puso fin a la llamada "política de pies secos, pies mojados" ha sido un
cubo de agua fría para las esperanzas de muchos cubanos de hacerse un
futuro fuera de Cuba, principalmente en Estados Unidos, y las
consecuencias de este evento aún están por verse.
La represión política no ha cesado y el régimen ha puesto especial
énfasis en ello como modo de demostrar que en materia de derechos
políticos no pretende generar cambio alguno. Especial agresividad ha
mostrado hacia el movimiento de las Damas de Blanco, las cuales han sido
impedidas de realizar sus marchas por la Quinta Avenida, precisamente
desde una semana después de la visita del mandatario.
El resto de las organizaciones del país han sentido también el
incremento de la represión, ya sea por la reclusión de sus miembros en
las prisiones, el acoso a familiares de activistas políticos o los
secuestros e incomunicación continuos de sus miembros.
José Daniel Ferrer, coordinador general de la Unión Patriótica de Cuba
(UNPACU):
Para un pueblo oprimido, que vive luchando por su inmediata
subsistencia, un año después de la visita de Obama a Cuba apenas quedan
huellas, apenas se acuerda la población de que el presidente de Estados
Unidos estuvo en Cuba.
En el momento en que Obama visitó Cuba hubo ciertas esperanzas e incluso
hubo muchos cubanos en la capital que se atrevieron a manifestarse,
aprovecharon inteligentemente la presencia del mandatario estadounidense
y de bastante prensa del mundo libre. La UNPACU pudo registrar no solo
las protestas de nuestros activistas sino también otras que iban desde
en contra del Servicio Militar hasta en contra de otras de las tantas
cosas que perjudican a nuestro pueblo.
El discurso de Obama, muy preciso, claro, certero, alentó y motivó a
muchas personas que siempre les gusta oír que alguien puede decir lo que
a ellos el régimen les impide o les castiga si dicen. Pero con el paso
de los días, de las semanas y los meses, se ha incrementado la represión
porque el régimen más que abrirse, más que mejorar su historial en
materia de derechos humanos, se ha venido cerrando cada vez más y ha
venido incrementando fuertemente la represión, no solamente contra la
oposición pacífica, sino contra el pueblo en general: cuentapropistas,
artistas, cantantes (principalmente de música urbana) y otros sectores
de la población.
En la medida en que ha ido pasando el tiempo, la represión y la opresión
van en incremento, el pueblo se va olvidando de que Obama vino a Cuba.
La mayoría lo que pide o dice es que con esta gente hay que poner mano
dura. De ahí que muchos hayan estado esperanzados en que el actual
presidente (Donald Trump) tomase una postura fuerte, de castigo hacia la
dictadura, y al todavía no haber sucedido nada al respecto, muchos se
dicen: "estamos bastante solos y si no resolvemos nuestros problemas,
nadie nos va a ayudar, nadie es verdaderamente solidario".
Manuel Cuesta Morúa, portavoz de la plataforma #Otro18:
Ha significado en primer lugar la constatación de que Estados Unidos y
Cuba no están destinados ni por la historia ni por la geografía para ser
enemigos o ser enemigos. La mayor cantidad de cubanos, sobre todo la
población más activa, nació después de 1959 y creció con la idea de que
allí había un enemigo natural, histórico y eterno. Creo que la visita de
Obama, sobre todo con su buena presencia y su manera de enfocar los
asuntos, demostró que no necesariamente tiene que ser así.
El impacto que sigue teniendo (esta visita), la resonancia, yo diría, el
legado, tiene que ver con el regreso de los cubanos a Cuba en un sentido
psicológico, histórico y también en un sentido social y político. Todos
somos ya conscientes de que nuestros problemas son nuestros. No son
problemas creados por la mala relación con Estados Unidos, sino han
respondido a nuestra incapacidad para construir un país y una nación. Yo
creo que la vuelta a Cuba, en ese sentido, ha sido uno de los legados
más importantes de esa visita de Obama.
Antonio G. Rodiles, coordinador del Foro por los Derechos y Libertades:
Un año después de la visita del presidente Obama las luces y la
fanfarria del restablecimiento se han apagado, la situación dentro de la
Isla es más precaria que nunca. Los derechos humanos y las libertades
fundamentales son cada vez más violentados.
Durante la visita, el régimen desató un "festival represivo". El mismo
domingo que Obama llegaba a Cuba, mostró su apego a su esencia violenta
en aquel arresto contra un grupo de activistas de la campaña
#TodosMarchamos. La Administración hizo silencio y el régimen leyó que
tenía vía libre para reprimir y ajustar su camisa de fuerza sobre el
pueblo cubano.
El discurso de Obama, que quizás fue lo que más expectativas generó en
su momento, terminó convertido en palabras que se llevó el viento. Como
también se llevó el viento la promesa de un mayor compromiso con la
defensa de los derechos humanos escuchada en el encuentro con opositores
y miembros de la sociedad civil.
Ha sido un año muy fuerte, desalojos, acoso contra los cuentapropistas,
golpizas, arrestos arbitrarios, encarcelamientos, y hostigamiento a
opositores y activistas. Me gustaría escuchar a aquellos que decían que
una política permisiva era la vía de solución al dilema cubano.
El apuntalamiento de las violaciones de los derechos y libertades
fundamentales, de la impunidad, el enriquecimiento de la elite y sus
familiares, el éxodo constante y la legitimación sin concesión alguna de
una dictadura de 58 años, unido a la frustración y desesperanza de los
cubanos, resultan el saldo.
Berta Soler, representante de las Damas de Blanco:
Ha sido un año vestido de represión, se ha recrudecido el acoso por
parte del régimen.
El domingo 20 de marzo de 2016 recorrieron el mundo las imágenes de la
golpiza que el régimen ordenó a turbas paramilitares, a la PNR y a
policía política en la 3ª Avenida y 26, cuando salimos a la campaña
#TodosMarchamos.
Fue el último domingo que masivamente pudimos asistir a misa en la
Iglesia de Santa Rita porque ya el domingo 27 de marzo de 2016 solamente
pudimos llegar ocho Damas de Blanco.
Después de eso, hemos podido llegar una, dos o ninguna, y ya no solo a
la iglesia de Santa Rita sino a cualquier iglesia a la que hemos hecho
la tentativa de ir a orar por los presos políticos, incluidos días entre
semana. El régimen no lo permite.
El acercamiento del Gobierno de Barack Obama al régimen fue fallido
porque no se ha visto ningún beneficio para el pueblo de Cuba, el
beneficio ha sido para el régimen. Ha tenido luz verde para seguir
arremetiendo contra la oposición interna y contra el pueblo.
Juan Antonio Madrazo, coordinador nacional de Comité Ciudadanos por la
Integración Racial:
Para los cubanos la visita de Obama fue una breve primavera de
esperanza. En primer lugar, le desmontó al Gobierno cubano la narrativa
de plaza sitiada que durante mucho tiempo utilizó como camisa de fuerza
ante las crecientes demandas sociales. Sacudió como un terremoto los
imaginarios construido por el revolucionario poder hegemónico y con su
propia historia personal legitimó ante los cubanos la necesidad de la
protesta y el disenso.
Las propuestas de Obama demandaban urgentes y novedosas respuestas desde
Cuba. Abrían una época primaveral en las relaciones entre Cuba y Estados
Unidos. Pero esa esperanza ha sido dinamitada por la muy conservadora
elite revolucionaria.
Como en el resto de toda la América Latina, los negros en Cuba no son
asociados al poder. La presencia de Obama junto a su familia volvió muy
visible el empoderamiento y el poder de acción de los negros. El
recibimiento protocolar que se le hizo demostró la ausencia de poder
real de los afrodescendientes en la elite revolucionaria. También la
visita comenzó oficialmente un día significativo, el 21 de marzo, Día
Internacional contra la discriminación racial, lo cual en los
afrodescendientes cubanos despertó simpatía y la creencia de una
oportunidad de empoderamiento en la arena política y cívica.
Henry Constantín, vicepresidente regional para Cuba de la Sociedad
Interamericana de Prensa:
Aunque se han disuelto los efectos prácticos de la política de Obama
hacia Cuba, en general, creo que a los cubanos, a la mayoría de ellos,
les quedó claro que del otro lado, en Estados Unidos, había realmente
muchas buenas intenciones de sacar a Cuba de todos los problemas
económicos, culturales y sociales que vivimos.
Quedó claro que, incluso, la buena voluntad del Gobierno de Estados
Unidos es mucho mayor que la propia buena voluntad del Gobierno cubano.
Allí había más deseos de mejorar a Cuba que los que tenían las
autoridades de la Isla.
Quedó claro que del otro lado no había un enemigo, del otro lado no
había un bloqueador, a pesar de la barrera idiomática, sino una nación,
autoridades, un pueblo dispuesto a tener buenas relaciones con todos los
cubanos. Todos ellos mucho más conocedores de los problemas de Cuba
incluso que el propio Gobierno.
Laritza Diversent, directora del Centro de Información Legal Cubalex:
La visita de Obama en su momento tuvo un impacto muy fuerte entre la
población cubana, aunque trajo aparejada muchísima represión que aún
continúa. A esta fecha, se ha incrementado la represión, pero era
previsible por la situación que tiene el país y por el nerviosismo que
tiene el Gobierno por los cambios que tiene que realizar para que el
país avance y salga del estancamiento en que hemos estado durante muchos
años.
Luego de las medidas que tomó a principio de este año, la percepción que
la población dentro de Cuba tenía de Obama cambió bastante por los
cambios en las políticas migratorias de último momento, la eliminación
de los paroles para los médicos y demás.
Esa admiración que sentía el pueblo por el presidente norteamericano en
aquel momento ya no es la misma.
Creo que hay un antes y un después a la visita de Obama en relación al
tema Cuba, porque fue otra oportunidad en que el régimen volvió a
mostrar su verdadera naturaleza represiva, y eso siempre es bueno que el
mundo lo conozca, sepa cómo se comporta y lo que hace. En aquel momento
esa naturaleza fue mucho más pública dada la visibilidad del presidente
de Estados Unidos.
No creo que haya más trascendencia que esa: el mundo pudo conocer cómo
reprimían. El resto de lo que pueda pasar dentro de Cuba no creo que
esté en manos de ningún presidente de Estados Unidos, depende de lo que
seamos capaces de hacer nosotros como sociedad civil.
Isael Poveda Silva, coordinador de la Alianza Democrática Oriental:
El restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos ha
traído consigo todo lo contrario a lo que quizás haya sido el deseo y la
aspiración de Obama. Las cosas escasean aún más, la represión ha
aumentado, la violencia en las calles. No veo ningún avance.
Veo mucho descontento y mucha desilusión en el pueblo. Las personas
comentan que todo ha sido más de lo mismo: colas para coger la guagua,
para comprar algo, los productos desaparecidos.
Esto es lo que comenta la gente: no se hizo absolutamente nada. La gente
pensaba que iba a haber mejorías tras la visita de Obama, pero está muy
descontenta y desilusionada.
El pueblo ahora está expectante al 24 de febrero de 2018, cuando Raúl
Castro supuestamente deberá entregar el poder a un nuevo mandatario.
Como dice un señor mayor, mi vecino: "Hace falta un cambio ya, nada
puede ser peor que lo que estamos viviendo"
Source: A un año de la visita de Obama, ¿qué resonancia queda en Cuba? |
Diario de Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1490049452_29792.html
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