viernes, 10 de marzo de 2017

Folha destapa los secretos del apoyo que Lula y Dilma dieron a Cuba con Odebrecht

Folha destapa los secretos del apoyo que Lula y Dilma dieron a Cuba con
Odebrecht
marzo 10, 2017
Rolando Cartaya

Dilma Rousseff selló los documentos hasta 2027, pero ahora el diario
Folha de Sao Paulo revela cómo se negociaron los términos para construir
el megapuerto de Mariel.
A diferencia de la claridad en la asistencia de Brasil a otros 90 países
de África y América Latina, en junio de 2012 el gobierno de Dilma
Rousseff ordenó mantener en secreto, hasta 2027, los documentos
relacionados con las ayudas del gigante sudamericano a Cuba y Angola. El
ministro de Desarrollo de Dilma, Fernando Pimentel, que rubricó el
decreto para sellar los documentos, justificó la medida afirmando que
las negociaciones con Cuba y Angola involucraban cláusulas de
confidencialidad sobre datos bancarios de los dos países.

Ahora, luego de una decisión judicial que ordenó publicar los
documentos, una investigación del diario Folha de Sao Paulo revela las
razones del secretismo en relación con la isla caribeña: el gobierno de
Dilma, y antes el de Luiz Inacio Lula Da Silva, desoyeron las
recomendaciones de sus expertos, ofrecieron subsidios y términos
blandos, y asumieron altos riesgos financieros para que los
contribuyentes brasileños subvencionaran el proyecto de megapuerto de
contenedores de su aliado ideológico cubano Raúl Castro en Mariel.

Folha ha reconstruido las negociaciones recurriendo a la Ley de Acceso a
la Información para consultar las actas de las reuniones del
interministerial Comité de Financiamiento y Garantía a la Exportaciones
(COFIG), y telegramas cursados por la embajada de Brasil en La Habana a
su cancillería, y entrevistando a personas que participaron en las
conversaciones y pidieron el anonimato.

Las irregularidades cometidas para financiar las obras de Mariel, a
cargo de la ahora desprestigiada constructora brasileña Odebrecht ya
habían sido parcialmente denunciadas por la oposición de ese país.

La autora del reportaje, Raquel Landim, recuerda que en febrero de 2010
Lula llegó a La Habana en medio de un impasse en el otorgamiento de un
quinto préstamo de $ 230 millones por el estatal Banco de Desarrollo
Económico y Social, BNDES, para completar las obras del puerto de
contenedores. Los técnicos de COFIG, entidad que evalúa la financiación
de las exportaciones brasileñas, tenían dudas acerca de la viabilidad
del proyecto portuario cubano, concebido para convertirse en un hub
regional de transbordo de mercancías, a causa del embargo de Estados Unidos.

Además, Cuba ofrecía como garantía una entelequia: los ingresos futuros
del puerto; y pretendía mantener el dinero en la isla, mientras que
COFIG quería que la garantía se depositara en el extranjero, de modo que
Brasil pudiera recuperarla sin consentimiento cubano en caso de un
incumplimiento. La Habana se oponía a esa exigencia. Al final, Lula
escuchó solamente a Castro, y dio su visto bueno al empréstito.

Los documentos consultados por el cotidiano paulista indican que la
presión política ejercida para asignar fondos a los proyectos de
Odebrecht en Cuba generó un creciente malestar en el área técnica del
gobierno, sobre todo después de la llegada de Dilma a la presidencia.

Apunta Landim que bajo los gobiernos del PT la financiación de Brasil a
Cuba saltó de $ 90 millones (incluidos un préstamo para alimentos y otro
para autobuses urbanos y de turismo aprobados por el gobierno de
Fernando Henrique Cardoso) a $ 1.340 millones, incluidos los empréstitos
del BNDES y subvenciones del Banco de Brasil.

Términos para camaradas

El reportaje desglosa los términos favorables y subsidios ofrecidos a
los "camaradas" de La Habana para amortizar los $ 682 millones que
aportó BNDES a Mariel.

Para pagar el préstamo Cuba recibió un plazo de 25 años (el plazo normal
es de 12 años), el más largo que haya concedido el banco estatal, así
como tasas artificialmente bajas de interés.

Citando los contratos entre BNDES y Cuba, Folha revela que las tasas de
interés aplicadas a los préstamos para el puerto cubano oscilan entre
4,4 % y 7,1 % anual, para un promedio de 5,1 %. (Los contratos de BNDES
con empresas nacionales tienen un interés mínimo de 6% anual).

Pero estos intereses habrían sido mayores de no ser por el subsidio del
gobierno. La Tesorería brasileña aprobó en casi todos los
financiamientos destinados a Cuba, incluyendo los de Mariel una tasa de
"ecualización" del 2,5 % por medio de Proex (Programa de Apoyo a las
Exportaciones, administrado por el Banco de Brasil).

Folha calcula que las obras del puerto cubano consumieron en total $ 167
millones en subsidios del Tesoro brasileño.

Garantías frágiles

Las garantías de préstamo también les parecían frágiles a los técnicos
brasileños. Cuba, que debía $ 11.000 millones a acreedores extranjeros,
ha sido por décadas uno de los países con peor crédito en el mundo, y no
puede ofrecer garantías tradicionales como cartas de garantía bancaria.

El Proex permitía sortear esa dificultad, debido a que los créditos del
BNDES están garantizados por el Fondo de Garantía a la Exportación
(FGE), vinculado a la Tesorería de Brasil. Pero para obtener el
aseguramiento del FGE los países tienen que pagar una prima y
proporcionar garantías adicionales que minimicen los riesgos.

Las cuatro primeras entregas brasileñas de dinero para financiar las
obras en Mariel fueron garantizadas por La Habana con una cuenta adonde
van los ingresos de las exportaciones cubanas de productos de tabaco
(por entonces unos $ 230 millones anuales).

Para el último segmento del empréstito, el tabaco no bastaba, y Brasil
aceptó como garantía los ingresos futuros del puerto, algo que a los
técnicos de COFIG les pareció demasiado arriesgado: bajo la veda de 180
días para tocar puertos de EEUU aplicada por Washington a barcos que
carguen o descarguen mercancías en Cuba, la viabilidad de Mariel como
hub regional era cuestionable (Esta provisión de la Ley Torriceli de
1992 fue desechada en la práctica el año pasado por decisión ejecutiva
de Barack Obama).

¿Dos puertos para el comercio internacional?

Un estudio ordenado por el comité brasileño determinó además que el
puerto sólo sería lucrativo si el Puerto de La Habana quedara cerrado
para el comercio y su movimiento de barcos mercantes fuera trasladado a
Mariel, una recomendación que el gobierno cubano parece haber escuchado.

Concluye diciendo Folha que el puerto de contenedores inaugurado en 2014
por Dilma y Raúl Castro tuvo un comienzo promisorio, pero hoy en día
opera al 40% de su capacidad, y su viabilidad sigue sin definirse, sobre
todo después de la elección de Donald Trump a la presidencia de los
Estados Unidos.

[Con información de Folha]

Source: Folha destapa los secretos del apoyo que Lula y Dilma dieron a
Cuba con Odebrecht -
http://www.martinoticias.com/a/terminos-para-camaradas-folha-revela-los-secretos-de-la-ayuda-de-lula-y-dilma-a-cuba/140795.html

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