Del 'milagro' al fracaso
Caen la construcción, el comercio y el turismo. Crece la subvención a
las empresas estatales ineficientes.
Elías Amor Bravo, Valencia
lunes 31 de diciembre de 2007 6:00:00
Hay indicadores relativos a la economía cubana en 2007 que no admiten
discusión y apuntan a que, en absoluto, se puede aceptar que las cosas
hayan mejorado o que se estén produciendo ritmos de crecimiento como los
anunciados por la Oficina Nacional de Estadística. La Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL) no quiere hacer suyos los datos
cubanos en los informes de coyuntura elaborados por esta prestigiosa
institución.
En primer lugar, el descontrol en la gestión de los presupuestos del
Estado sigue siendo la nota característica de la burocracia castrista.
El nivel de subvención a las empresas estatales, e ineficientes, sigue
muy elevado.
A pesar de los anuncios a favor de una mayor descentralización de las
decisiones y el requisito de conseguir la autofinanciación para las
empresas, el régimen ha vuelto a propiciar un crecimiento del 28% de los
gastos corrientes en el presupuesto estatal. Esto demuestra que sigue
empeñado en dirigir e intervenir en las decisiones de todos los agentes
económicos en virtud de esa convicción —evidentemente equivocada— de que
un orden superior y burocrático es mejor que el mecanismo del mercado
para atender las necesidades de la población.
Este aumento del gasto, que se ejecuta para sostener empresas poco
competitivas, no se corresponde con el menor crecimiento registrado en
las inversiones públicas. Estas, en cambio, son necesarias para mejorar
y aumentar la capacidad productiva del país. El capítulo de gastos de
capital del presupuesto ha crecido sólo un moderado 4%, volviendo a
retrasar y posponer las necesarias reformas en la economía para producir
más y mejor.
El Informe de CEPAL afirma que este aumento de los gastos públicos
corrientes, que denota una gestión basada en el descontrol y el
despilfarro, se ha podido conseguir gracias a mayores ingresos públicos,
procedentes sobre todo de ingresos no tributarios, como los que se han
obtenido gracias al diferencial de precios del comercio exterior en
algunos capítulos como la minería del níquel.
Sólo con algunos
Dado el carácter coyuntural que los economistas otorgan a estos sistemas
de financiación, que hoy pueden ir bien gracias al comercio mundial,
pero mañana estancarse o reducirse, se concluye que no sólo se realiza
una deficiente gestión del gasto público, otorgando prioridad al
corriente, sino que las fuentes de financiación son muy inestables y en
cualquier momento pueden desaparecer.
Las autoridades no pueden hacer un peor diseño de política tributaria.
Es fácil suponer que el déficit público siga sin control, superando
cualquier previsión de inicio del ejercicio, no sólo como consecuencia
de los gastos necesarios para mitigar las inundaciones, que un buen
gestor de la economía cubana debería ser capaz de prever, sino del
absoluto descontrol de las cuentas públicas en una etapa en la que el
poder político se concentra en otras prioridades que no son la economía.
En segundo lugar, las cuentas externas. El Informe de CEPAL observa que
la política comercial del régimen castrista se sigue basando en
concentrar la actividad en determinados países. En mi opinión, se trata
de aquellos que están dispuestos a aceptar el juego de "trueque" que el
gobierno mantiene desde los tiempos del CAME, cuando existía aún el
bloque comunista del Pacto de Varsovia.
Las autoridades, lastradas por la incapacidad estructural de la economía
nacional desde 1960, para conseguir un espacio real en la economía
mundial, lo que he denominado en alguna ocasión el "círculo vicioso",
sólo están dispuestas a comerciar con aquellos que aceptan sus reglas:
Bolivia, Ecuador, Nicaragua, China y, por supuesto, Venezuela, cuyo
saldo petrolero permite a la Isla llegar a fin de mes.
No es ésta la política más adecuada para un país que debería esforzarse
por situar en la competencia mundial los principales sectores de su
economía, pero que instalado en la doctrina oficial del embargo, muestra
así el lado más oscuro de la competencia de los gestores de las empresas
estatales que viven de la fácil subvención.
Turismo sin vuelo
En tercer lugar, a nivel sectorial hay pocos motivos de alegría, según
los datos del Informe de CEPAL. La construcción experimentó una
reducción del 9%, después de haber registrado un ejercicio más dinámico
en 2006, por lo que las cifras de vivienda siguen lastradas por la
incompetencia de los gestores. No es extraño este resultado si se piensa
que el gobierno no apuesta por el gasto de capital que sustenta las
actividades en este sector.
El comercio también registró una caída del 2% en su actividad. El
turismo, la gran apuesta del castrismo, registró una vez más un descenso
del 2% en sus cifras de actividad, y las causas ofrecidas en el Informe
son "la ralentización del sector en el Caribe y la disminución del
turismo de salud", porque los pacientes son atendidos en sus países por
los médicos cubanos.
Hay que mantener dudas al respecto de estos argumentos, si se piensa que
otros destinos del Caribe (México, República Dominicana o Jamaica)
presentan cifras en aumento. El turismo de salud, por mucho que las
autoridades lo quieran justificar, es sólo una parte muy limitada del
cómputo total. Posiblemente lo que falla sea la política turística en sí
misma, mal definida en los mercados mundiales y con notables carencias
de servicios complementarios, lo que hace que se produzcan niveles muy
bajos de repetición.
No cabe duda de que, ante estos resultados, la economía cubana no va
bien. No se beneficia de las notables aportaciones que recibe de
Venezuela. No es capaz de definir su posición en la economía mundial y
por ello queda al margen del proceso de crecimiento que se registra en
América Latina. Se mantiene el descontrol del gasto público para
sostener empresas ineficientes y mal gestionadas. Se confía en exceso en
fuentes de financiación externas transitorias. Y los precios al consumo
mantienen un crecimiento que hace que las condiciones de vida de la
población se deterioren de forma continua.
Justificar el "mágico crecimiento" de la economía nacional en el sector
de servicios comunales, sociales y personales, por su tratamiento
estadístico diferenciado del que se aplica a nivel internacional por
Naciones Unidas o CEPAL, y tratar de presentar a partir de ahí, cifras
de "milagro", es una notable torpeza que, a la larga, se tendrá que
pagar en términos de credibilidad.
http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/del-milagro-al-fracaso/(gnews)/1199077200
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