martes, 14 de septiembre de 2010

La economía cubana: opiniones, hechos y tendencias

La economía cubana: opiniones, hechos y tendencias

Los debates y el tira y encoje sobre cómo rediseñar la totalidad del
sistema continúan en Cuba

Domingo Amuchástegui Álvarez, Miami | 14/09/2010


Los puntos de vista, hechos y el esquema de algunas tendencias
relacionados con la crisis que desde 2008 a 2010 ha afectado a la
economía cubana, y que se reflejan aquí, están basados, en lo
fundamental, en tres trabajos recientemente publicados en la revista
trimestral Temas, considerada la publicación académica más "hereje" de
la Isla, dirigida por el conocido escritor y estudioso de ciencias
políticas Rafael Hernández, quien ha impartido numerosas conferencias en
algunas de las más importantes universidades norteamericanas. Algunas de
las opiniones y hechos proceden de otras fuentes de Cuba, a fin de
ofrecer una interpretación actualizada de la situación económica por la
que atraviesa el país.

Sector agroindustrial

En 1991 este sector económico supuso el 83% de las exportaciones
cubanas, siendo el 77% procedente de la industria azucarera. En la
actualidad representa entre el 15 y el 17%. Este desplome innegable no
comenzó en 2008 debido al impacto de la crisis económica mundial ni a
los tres huracanes que arrasaron gran parte del país, sino que se inició
en 2004 como resultado de políticas erróneas recurrentes y de la
renuencia a llevar a cabo cambios y reformas.

Dos ejemplos evidencian la gravedad a que ha llegado la situación, con
resultados tan devastadores como el paso de los tres huracanes: a) La
cantidad de tierra improductiva ha crecido a límites impredecibles y
hacia 2008 entre 1,3 y 2 millones de hectáreas se vieron abandonadas
completamente por la gestión estatal y se llenaron de marabú; y b) Las
importaciones de alimentos aumentaron hasta 2,8 miles de millones de
dólares en 2008, algo que no sólo contradice los potenciales de la
agricultura isleña, sino que resulta insostenible desde el punto de
vista financiero. Si a todo esto, además, se le añaden los tres
huracanes y el inicio de la crisis financiera mundial, no resulta
difícil imaginar con precisión la precariedad de la agricultura cubana
en 2008 y 2009.

Esta situación está afectando a uno de los sectores económicos cubanos
más importantes. Según Armando Nova González (investigador en el Centro
de Estudios de la Economía Cubana, de la Universidad de La Habana), el
sector de la agricultura "tiene una importancia estratégica y decisiva
debido a su contribución directa e indirecta en la formación del PIB
cubano". Este sector abarca desde la industria azucarera y sus
subproductos y derivados, hasta los productos alimentarios, el tabaco,
el alcohol y las bebidas fuertes, las industrias del cuero y maderera,
así como los diversos elementos que generan valor agregado y una
ganancia adicional derivada del transporte y los ingresos de marketing.
Actualmente el 21% de la fuerza de trabajo de la Isla depende de este
sector y la población en general recibe el 40% de las calorías y el 37%
de las proteínas que genera.

Nova González recomienda un conjunto de 10 medidas para dar comienzo a
la recuperación del sector agroindustrial:

1. Disminuir drásticamente la burocracia estatal e incrementar la
descentralización y la autonomía económica.
2. Convertir a los territorios locales y sus campesinos en el centro del
sistema con la promoción de las relaciones horizontales a través de
asociaciones de productores.
3. Entregar el poder de decisión sobre asuntos administrativos a las
UBPCs (Unidades Básicas de Producción Cooperativa), las CPAs
(Cooperativas de Producción Agropecuaria) y las CCS (Cooperativas de
Créditos y Servicios), e infundir en los trabajadores el sentimiento y
la noción de verdaderos dueños.
4. Transformar real y efectivamente las UBPC en verdaderas cooperativas.
5. Crear instalaciones comerciales donde se puedan adquirir
adecuadamente todos los suministros e insumos necesarios.
6. Redefinir el concepto de usufructo ligado a los plenos derechos de
propiedad.
7. Ampliar la Ley 259 para que rebase los límites de usufructo y
arrendamiento.
8. Ampliar, hasta que se conviertan en predominantes, las relaciones
comerciales, aunque acotadas, apartando el control estatal.
9. Reducir Acopio al mínimo y reemplazarlo por la libre oferta y demanda.
10. Abrir el sector agroindustrial a la inversión extranjera, sobre todo
en aquellas ramas que más necesitan capital, tecnologías y mecanismos
externos de marketing.

Debemos subrayar que algunas de las medidas más importantes recomendadas
por Nova González se están ejecutando y ampliando. Por ejemplo, la
disminución de la burocracia estatal y de las tan odiadas políticas de
Acopio, así como la ampliación de la descentralización y de las
relaciones horizontales. Y no sólo se trata de que la transformación de
las UBPC en cooperativas reales ya está en camino, sino de que las pocas
"granjas estatales" que todavía permanecen se están convirtiendo en
cooperativas con el nombre de "granjas integrales".

Las UBPC comienzan a organizarse como granjas familiares dentro de cada
cooperativa y están llevando a cabo sus negocios, que incluyen ventas
directas a precios libres. Además, se están abriendo a las inversiones
extranjeras, como ocurre con la industria azucarera, tal y como
anunciaran algunos funcionarios oficiales en los últimos meses. Muchas
de estas cooperativas y "finqueros" individuales se están asociando
también a ONG europeas, a fin de desarrollar varios proyectos e iniciativas.

En agosto se declaró el Decreto-ley 273, según la cual, y desafiando por
primera vez una serie de regulaciones ya caducas, el inversor extranjero
tendrá acceso a contratos de arrendamiento de 99 años sobre suelos
estatales para la construcción de condominios, canchas de golf y
marinas. Las primeras compañías que participarán en estos importantes
proyectos de construcción son Esencia Hotels and Resorts (Gran Bretaña),
Foster & Partners (Gran Bretaña y España), y Leisure Canada (Canadá).
Estos supondrán cientos de millones. Sin embargo, el experto John
Kavulich se muestra más cauteloso y afirma: "No creo que se estén
abriendo diques. Más bien se trata de abrir una llave para que la gente
vea que hay agua".

Otras recomendaciones de Nova González están aún en pañales, como la
conversión del usufructo y el arrendamiento en plenos derechos
propietarios, si bien la mayoría de los cubanos que se han beneficiado
del arrendamiento estatal están totalmente convencidos de que en algún
momento se producirá este cambio. Un problema a más corto plazo, sin
embargo, es el tema de los suministros e insumos sin los cuales el
trabajo en la tierra se hace mucho más difícil. Esta es una de las
razones por las cuales el 54% de las tierras arrendadas bajo el
Decreto-ley 259 (un total de 1.007.112 hectáreas, equivalentes al 57% de
toda la tierra cultivable en Cuba) se mantienen aún improductivas. Cien
mil personas (en su mayoría agricultores, emigrantes de las ciudades a
los campos y campesinos de cooperativas) ya han recibido sus tierras, lo
que representa el 83% del total de las 133.900 solicitudes recibidas.
Algo se está moviendo.

Macroeconomía

Al período de crecimiento limitado y distorsionado que se produjo entre
2001 y 2007 —basado fundamentalmente en factores externos como las
exportaciones de servicios profesionales, la elevación de los precios
del níquel, el aumento del turismo, las remesas y las inversiones
extranjeras, así como los acuerdos petroleros con Venezuela— le ha
sucedido un drástico colapso.

Omar Everleny, profesor e investigador del Centro de Estudios de la
Economía Cubana de la Universidad de La Habana, señala como causas
internas que han conducido a una situación actual extremadamente
crítica: la temprana caída del sector agroindustrial, los más de un
millón de puestos de trabajo subsidiados, el colapso casi generalizado
de la industria azucarera, con más de dos tercios de industrias y
servicios en decadencia absoluta, la negligencia y la mala
administración, junto a la "parálisis oficial" del proceso de reformas
conocido como Perfeccionamiento Empresarial. Indica, además, factores
externos: la crisis económica mundial y su impacto entre 2008 y 2009,
los tres devastadores huracanes consecutivos que se produjeron en 2008,
el aumento de los precios de productos alimentarios, una menor
recaudación procedente del turismo y las remesas, la subida de los
precios del petróleo y la súbita caída de los precios del níquel.

Everleny apunta varias consecuencias importantes:

1. Condiciones de intercambio comercial a un -38% para 2008. En este
mismo año, añade, Cuba llegó al mayor déficit comercial de toda su
historia: 10 mil millones de dólares.

2. El PIB disminuyó del 6% al 1,4% en 2009, con un déficit agudo en la
balanza de pagos. El economista cubano Pavel Vidal Alejandro señala que
Cuba se está enfrentando actualmente a un fenómeno llamado "déficits
gemelos", que no sólo abarca las cuentas actuales de la balanza de
pagos, sino también el déficit fiscal, lo que está causando una
situación "que está poniendo en serio peligro el desarrollo económico".

3. Un irregular peso de los servicios en la formación del PIB cubano (76 %).

4. El actual peso de los servicios está afectando negativamente a las
industrias y a la agricultura.

5. La estructura exportadora cubana es extremadamente limitada.

6. Una productividad demasiado baja en la mayoría de las fábricas y
empresas estatales.

7. Una distorsión cada vez mayor entre consumo y acumulación.

Tanto Everleny como Vidal Alejandro insisten en que tales consecuencias
se agudizan aún más ante el impacto de otros factores:

1. La transición demográfica, proceso en el que la población envejece
sin el reemplazo adecuado por generaciones más jóvenes.

2. La agricultura y las industrias se encuentran totalmente
desvinculadas de la expansión de los servicios, donde estos últimos
carecen de efecto multiplicador en la economía interna. La industria
azucarera y el turismo dejaron de desempañar este papel cinco años atrás.

3. Everleny subraya que continuar exportando servicios profesionales
constituye una evidente debilidad estructural que ya muestra señales de
agotamiento, manifestándose en una reducción del flujo de fondos,
disminución de fondos de inversión y creciente caída del PIB.

4. El déficit fiscal ha fluctuado de un promedio de 3,5 a 4% en los
últimos 14 años al 6,7% en 2008, hasta bajar al 4,3% en 2009, gracias a
una drástica reducción presupuestaria del 6%.

5. La liquidez en manos de la población sigue creciendo y se sitúa ya a
un nivel de 25 mil millones de pesos, el 40 % respecto al PIB, de
acuerdo a los precios actuales. Según Vidal Alejandro, desde 2008 se ha
producido un aumento en inyecciones de papel moneda a fin de equilibrar
el déficit fiscal, sin conseguir un soporte real en productos; este
fenómeno lo describe como "incrementos en la monetización del déficit
fiscal", que en semejantes circunstancias contribuye a trastocar la
estabilidad monetaria, concluye Vidal Alejandro.

6. El economista Vidal Alejandro esclarece que el recorte presupuestario
realizado en 2009 sólo supuso un recorte drástico en las importaciones
(-37,3%), una grave contracción de las inversiones (-16%), y un control
más estricto sobre los gastos fiscales (0,8%). Asegura, sin embargo, que
no se tomó ninguna medida para aumentar los ingresos de la población.

7. En cuanto a los salarios, Everleny argumenta que si bien el salario
nominal actual es muy superior al de 1989 (427 pesos), esto no compensa
de ninguna manera los constantes incrementos del Índice de Precios que
han tenido lugar en los últimos cinco años. El salario real actual tiene
un poder adquisitivo menor que el de 1989.

8. La "congelación" de las cuentas bancarias de firmas extranjeras en
Cuba afectó seriamente no sólo a la credibilidad y a la imagen del país,
sino que ha puesto en peligro a muchos de los créditos a corto plazo y,
por consiguiente, ha reducido en gran medida las importaciones y
aumentado significativamente los pagos en efectivo. El presidente Raúl
Castro sí subrayó recientemente, cuando se dirigió a la Asamblea
Nacional, cómo esta situación se está revirtiendo mediante el acceso a
las cuentas bancarias, la negociación de ciertas compensaciones, la
renegociación de las deudas y el pago de algunas de las más importantes.
Desde otro punto de vista, Vidal Alejandro insiste en la necesidad de
reducir la actual tasa de cambio, que fue aumentada en un momento de
creciente estabilidad monetaria a principios de 2000 (1 CUC = 1,08 USD).
Argumenta que en la actualidad la tasa de cambio deberá retrotraerse al
nivel original (1,10 CUC = 1 USD), lo que armonizaría mejor con la
presente inestabilidad de la moneda y representaría, asimismo, un
estímulo en varios sectores (el consumo y las exportaciones).

9. Al referirse a las inversiones, Everleny resalta otro punto crucial y
controvertido: las enormes diferencias territoriales en las asignaciones
presupuestarias. En 2009 Ciudad de La Habana recibió 1,76 miles de
millones de pesos (el 40% de toda la nación), mientras que a provincias
como Las Tunas y Guantánamo sólo se les entregó 103,2 millones de pesos
y 103,3 millones de pesos respectivamente.

10. Al considerar las perspectivas de cambio y reforma, Everleny señala:
"todo indica que los cambios en la economía cubana apenas están empezando".

Tanto Everleny como Vidal Alejandro concluyen que, en el estado actual
de la crisis, resulta imperativo reformar todas las estructuras
económicas, con especial énfasis en la descentralización, el diseño de
formas no estatales de propiedad no sólo en la agricultura, sino también
en la industria y los servicios, que permitan al Estado concentrarse en
el control, y no desgastarse en los complicados movimientos para
intentar gestionarlo todo. Aseguran que se requiere una reforma del
sistema económico que defina el papel del mercado, el del Estado, las
diferentes formas de propiedad y el diseño de una estrategia económica
de desarrollo que todavía está pendiente.

Los debates y el tira y encoje sobre cómo rediseñar la totalidad del
sistema continúan en Cuba. Medidas aisladas y de corto plazo no
constituyen la solución. Se requiere con urgencia de un enfoque integral
y abarcador.

Domingo Amuchástegui es historiador, politólogo y diplomático. Ocupó en
Cuba cargos diplomáticos, docentes y políticos. Coautor de Intelligence
and the Cuban Missile Crisis (1998).

http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/la-economia-cubana-opiniones-hechos-y-tendencias-244856

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