Publicado: 16 Febrero 2011 10:59 a.m.
Carlos Batista - AFP
LA HABANA, CUBA
"La clave actual de la reforma económica cubana es la agricultura, como
lo fue en Vietnam y en China. Si fracasa la reforma en la agricultura,
fracasa toda la reforma", afirmó el economista Pavel Vidal esta semana
en entrevista con la revista católica Espacio Laical.
Desde que relevó a su hermano Fidel cuando enfermó en 2006, Raúl Castro
declaró a la producción de alimentos asunto "estratégico" de su
gobierno, pues el 80% de lo que comen los cubanos es importado, por un
monto de entre 1.500 y 1.800 millones de dólares al año, una carga
insoportable para las menguadas finanzas del país.
Con unas 3,3 millones de hectáreas sin cultivar en 2007, de las 6,6
millones de superficie agrícola, Cuba comenzó en 2008 el reparto de
tierras ociosas en usufructo, la importación y fabricación de aperos y
mejoró el pago para los productores, pero la producción decreció debido
a huracanes, sequías y trabas burocráticas.
Pedro Olivera, director del Centro Nacional de Control de la Tierra,
dijo al diario oficial Granma que desde septiembre de 2008 fueron
entregadas 1,18 millones de hectáreas a 128.435 solicitantes, pero el
30% de éstas todavía no comenzó su proceso de preparación para entrar en
producción, por diferentes razones.
"Pese a esas entregas todavía el 40%" de la tierra cultivable "está
ociosa", señaló Granma, citando informes del Ministerio de Agricultura.
Según el ministro de Economía, Marino Murillo, "el sector agropecuario
decreció 2,8%" en 2010 y "no se alcanzan los niveles previstos en 12
producciones agropecuarias", entre ellas arroz, carne, huevos,
hortalizas, cítricos y verduras.
"El sector agrícola ya lleva dos años de caída, lo que hace evidente que
las transformaciones allí han sido insuficientes. Si se logra que
despegue la agricultura, estaríamos resolviendo varios problemas al
mismo tiempo", enfatiza Vidal.
Raúl Castro propuso cambios para "actualizar" el modelo de economía
socialista cubano, buscar eficiencia y aumentar la productividad,
recogidos en un programa de 291 puntos -30 dedicados a política
agroindustrial-, que debe refrendar el VI Congreso del Partido Comunista
en abril.
Los agricultores privados pidieron que se libere la comercialización de
los productos, muy controlada por el Estado, quien fija los precios. El
Gobierno respondió que estudiaría las propuestas.
"En mi opinión ahí está el cuello de botella", dice Vidal; mientras
Anicia García, directora del Centro de Estudios de Economía Cubana de la
Universidad de La Habana, señala en un estudio que "para un despegue de
la agricultura urgen políticas dirigidas a promover el sector".
Según García, hay que modificar el "sistema de gestión", lo cual implica
descentralización, comercialización, créditos, régimen de impuestos,
acceso a insumos y medios de trabajo.
Economistas locales calculan que las familias cubanas gastan entre 60 y
80% de sus ingresos en la compra de alimentos, pues la canasta básica
subsidiada sólo alcanza para 15 días.
La carne de cerdo, que algunos llaman jocosamente "el índice Dow Jones
de los precios del agromercado cubano", se mantiene desde hace años en
un dólar el medio kilo, un precio alto para un salario medio de 17 dólares.
El Gobierno dictó esta semana un aumento de 43% en el arroz que se vende
fuera de la canasta básica. El de frijoles cuesta 0,90 dólares.
Mientras, la prensa anuncia alzas en el mercado internacional de los
alimentos. "Cuando pase el invierno, volveremos a lo mismo: se pierden
(escasean) las verduras", dijo un comprador en el mercado Plaza del
Cerro, en La Habana.
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