Autofagia económica
En realidad, una parte muy alta de las empresas industriales cubanas no
tienen salvación
Haroldo Dilla Alfonso, Santo Domingo | 13/06/2011
Yo no soy economista, ni me siento cómodo en los temas económicos. Pero
a veces son ineludibles, como me ocurre cada vez que leo en Granma de
problemas y éxitos en la economía cubana. Y me ocurre ahora, cuando
acabo de leer un artículo del 30 de mayo sobre las aventuras y
desventuras de una fábrica de muebles sanitarios en Holguín.
Me explico.
Una de las confesiones más íntimas de los Lineamientos del VI Congreso
es que se retorna al proceso de Perfeccionamiento Empresarial, el mismo
que los militares iniciaron por los 80, presentaron en la primera mitad
de los 90s como la salvación nacional y que Fidel Castro canceló (con la
gozosa colaboración del defenestrado Carlos Lage) tan pronto como
apareció Chávez dispuesto a subsidiarlo. Ahora en el poder incontestado,
los militares no se limitan a lo que hicieron en los 90 —reestructurar
las empresas como células listas para ser conectadas a un sistema de
gestión nacional más orientado al mercado—, sino que se plantean diseñar
la totalidad del sistema. Solo que, aliados como están a la decrépita
burocracia partidista, y requeridos ellos mismos de una protección
estatal efectiva para relanzarse como nueva burguesía nacional, tienen
que hacer todo cautelosamente y con frases elípticas que sugieren más
que lo que realmente dicen. Como hacía Tres patines en la tremenda corte.
Y al efecto los Lineamientos definen a la "empresa estatal socialista"
como la "forma principal de la economía nacional", escoltada por otras
formas "no-estatales". Y hay que reconocer que sugiere pautas de
descentralización interesantes como son las relaciones horizontales
inter-empresariales (estatales, privadas y cooperativas), así como la
figura del contrato como pieza rectora de toda la relación, lo cual,
aclaro de paso, se conocía en Cuba desde el siglo XVI. Para los autores
de los Lineamientos la restructuración interna de las empresas y la
redefinición de sus vínculos sistémicos son acciones claves para paliar
ese terrible proceso de autofagia económica que llanamente denominan
como "…el proceso de descapitalización de la industria y la
infraestructura productiva del país".
Pero dudo que lo que se anuncia en los Lineamientos —y lo que se puede
hacer al nivel actual de la política cubana— sea suficiente para
revertir este proceso perverso, por una razón muy sencilla: la
reconversión empresarial requiere ajustes muy costosos socialmente y
políticamente inaceptables para una élite que sigue manejando la
actividad privada y cooperativa como un mal imprescindible al que hay
que mantener en sus fueros y dejarle hacer el trabajo sucio de la
reestructuración económica. Al menos, mientras el sector tecnocrático
empresarial vinculado a los militares siga creyendo que ellos van a
constituir "la única burguesía en el pueblo", o al menos la única puerta
a la que hay que tocar para llegar a ser burguesía.
En realidad, una parte muy alta de las empresas industriales cubanas no
tienen salvación. Son entidades altamente contaminantes, ineficientes,
con tecnologías atrasadas y depreciadas, que no han sido beneficiadas
con inversiones capitales durante muchos lustros y con una fuerza de
trabajo desmoralizada. Si sobreviven es por la obstinada percepción de
los dirigentes cubanos de ahorrar "cueste lo que cueste", sustituyendo
importaciones. Estas empresas no resistirían la menor apertura del país
al mercado internacional en una economía orientada por los dilemas del
costo/beneficio. De hecho, siguen siendo subsidiadas al garantizárseles
la sobrevivencia en un mercado interno protegido.
En la actualidad se produce una reducción relativa del patrimonio
estatal con el incremento de la actividad económica mixta y privada.
Pero si se expusiera el parque industrial existente a la acción de la
"mano invisible", aunque sea al dedo meñique de esa mano, la reducción
sería absoluta y muy significativa. Y los despidos de trabajadores
supernumerarios serían superior al calculado inicialmente, con los
probables efectos políticos que ello tendría.
Y si alguien duda de lo que digo, veamos el dilema de la fábrica
holguinera de muebles sanitarios. Aunque Granma se empeña obstinadamente
en mostrar los notables éxitos de la empresa, para lo cual cita a
algunos trabajadores seleccionados que se enorgullecen del
cumplimiento-del-plan, en realidad lo que muestra es una bancarrota
económica. La empresa no recibe una reparación general desde hace una
década, por lo que trabaja con rodillos recapados y permanentemente
asediada por la rotura de equipos. Debido a que no tiene una flota
automotriz suficiente, ni lugar donde rentarla, el traslado de la
materia prima básica —caolín— es una odisea cotidiana, más aún si
tenemos en cuenta que la traen desde ¡Isla de Pinos!.
Pero luego sucede que las empresas que contratan sus producciones no las
buscan cuando están listas, produciendo abarrotamientos de productos en
los almacenes. Lo que Granma llama "incumplimiento del plan de ventas".
La cuestión es mucho más compleja. ¿Cómo es posible que una empresa
contrate un servicio o producto y no lo use cuando está disponible?.
Según Granma es un problema de entendimiento. Dice el periódico oficial:
"¿Entienden los directivos empresariales que el camino al
fortalecimiento de la economía nacional incluye la coordinación precisa
de acciones y el cumplimiento de obligaciones contraídas en los procesos
de producción?".
La pregunta deslumbra por su ingenuidad, pues en cualquier economía el
entendimiento de los directivos sobre una cuestión como esta es
absolutamente básica, imprescindible. Y aunque reitero que sé muy poco
de economía, como con seguridad los lectores habrán notado, creo que los
redactores de Granma y sus jefes saben aún mucho menos. La diferencia
está en que mi ignorancia solo podría afectar a un puñado de pacientes
lectores, pero la de los jerarcas cubanos está desangrando a un país. Y
destruyendo un sistema de servicios sociales y de equidad al que
generaciones completas dedicaron sus existencias.
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/autofagia-economica-264063
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