¿Lentitud o estancamiento?
Las pocas medidas adoptadas en el proceso de reformas son insuficientes
y ridículas
Oscar Espinosa Chepe, La Habana | 05/10/2011
Una reunión ampliada del Consejo de Ministros, presidida por el General
Raúl Castro, fue realizada el 25 de septiembre. Trató sobre el proceso
de reestructuración del sector azucarero y el cumplimiento de aspectos
relacionados con los Lineamientos de la Política Económica y Social
aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista tales como el Proyecto
de Ley del Sistema Tributario, la reorganización del transporte y un
resumen sobre el Primer Control Estatal Integral al Ministerio de la
Agricultura, entre otras cuestiones, según reportó el diario Granma el
29 de septiembre.
Sobresale en la información la eliminación del Ministerio del Azúcar y
la formación del Grupo Empresarial de la Industria Azucarera. De 61
centrales que hoy podrían hacer zafra, se decidió mantener activos 56,
de los cuales 46 molerán en la contienda a iniciarse en diciembre; con
ello, se suprimirán estructuras burocráticas innecesarias. La
desaparición de ese ministerio es la culminación de una muerte anunciada
desde hace años, pues la producción azucarera es insignificante, con
zafras solo ascendentes a poco más de un millón de toneladas, semejantes
a las realizadas a fines del Siglo XIX. Las plantaciones cañeras están
destruidas, con rendimientos en gran parte de ellas inferiores a 30
toneladas/hectáreas, cuando a nivel mundial alcanzan las 70 tons/ha,
según la FAO. La estructura agroindustrial está destruida, sin
transporte adecuado, e incluso los centrales que continuarán produciendo
presentan muy malas condiciones y gran atraso tecnológico. La rica
tradición azucarera acumulada con el esfuerzo de múltiples generaciones
se ha perdido en gran medida, pues la mano de obra calificada, carente
de estímulos, ha abandonado esta producción.
Puede afirmarse que la destrucción de la industria azucarera es el error
más grande cometido en la historia de la Isla desde la llegada de los
primeros aborígenes. Desde hace algún tiempo el azúcar es el producto
alimenticio mejor valorado en los mercados internacionales, con precios
oscilantes alrededor de los 30 centavos/libra. Si Cuba en los últimos
años hubiera realizado zafras medianamente regulares de 6 millones de
toneladas, los ingresos obtenidos por la otrora azucarera del mundo
habrían sido considerables, oportunidad perdida por la colosal y errada
decisión que el gobierno se muestra incapaz de reconocer.
La recuperación de la industria en las actuales condiciones es muy
difícil. En primer lugar se necesitarían enormes recursos financieros
para la reconstrucción de los destruidos centrales, la infraestructura y
las plantaciones. Actualmente Cuba no tiene capacidad de ahorro. Por el
contrario, posee enormes deudas que según estimados extraoficiales de la
EIU (The Economist intelligense Unit) se sitúan en más de 20 mil
millones de dólares, sin considerar las generadas con la Unión Soviética
y sus aliados antes de 1989.
En lo concerniente a la nueva Ley de Presupuesto, es un proceso que
marcha extremadamente lento. El proyecto se discutirá en la Sesión de la
Asamblea Nacional en julio de 2012, para ponerla en vigor a partir de
enero de 2013. Según se informó, los campesinos recibirán un tratamiento
especial, con el objetivo de estimular la producción agraria, y se
aplicará un impuesto por la ociosidad de tierras agrícolas, pero no se
dice si serán reducidos los impuestos que asfixian al trabajo por cuenta
propia. En cuanto al pago de tributos por mantener áreas ociosas,
evidentemente deberán ser abonados por el sector estatal, donde
tradicionalmente ha existido este problema unido a una impactante
ineficiencia en las áreas cultivadas.
Acerca de la reorganización del transporte, continuó el debate de este
añejo problema, se conoce que no hay capacidad de transportación y los
equipos existentes son muy viejos y obsoletos, un escenario empeorado
por el estado lamentable de los viales y las dificultades para su
mantenimiento.
En cuanto al informe sobre el Primer Control Integral Estatal, realizado
al Ministerio de la Agricultura, las deficiencias señaladas eran
conocidas de antemano, pues la agricultura continúa sin responder a las
necesidades del país y este año habrá que importar alrededor de 1500
millones de dólares en alimentos que en su mayoría podrían producirse
nacionalmente si se diera la libertad para producir y los campesinos se
sintieran motivados.
Según Granma, el presidente Raúl Castro insistió en que "aun cuando
quisiéramos avanzar con mayor rapidez, la complejidad de nuestros
problemas actuales inevitablemente, nos conduce a emplear más tiempo en
su estudio antes de adoptar cualquier decisión… No importa que muchos
nos critiquen porque piensan que el perfeccionamiento que llevamos a
cabo es lento, no por cumplir un cronograma vamos a precipitarnos."
En realidad no se trata de que el proceso de reformas sea lento, sino
que está estancado. Las pocas medidas adoptadas son insuficientes y
ridículas. A principios de septiembre se amplió el trabajo por cuenta
propia a tres nuevos oficios, entre ellos organizador de fiestas de 15
años y bodas, vendedor de seguros estatales y granitero, actividades que
muchas personas venían haciendo desde hacía tiempo y ahora simplemente
se legalizan, así como otras medidas insignificantes.
Más recientemente se aprobó el Decreto No. 292 del Consejo de Ministros
que extiende el permiso de compraventa de autos y otros vehículos
automotores entre los ciudadanos a los fabricados después de 1959, pero
la compra de vehículos de motor en pesos convertibles en las entidades
comercializadoras del país sólo se autorizará "a personas que hayan
obtenido los ingresos en moneda convertible o en pesos convertibles,
como resultado de su trabajo en funciones asignadas por el Estado o en
interés de éste". Evidentemente es una medida destinada a mantener el
control sobre la población y continuar la política clientelista.
El estancamiento y la aplicación de medidas insignificantes resultan
sumamente graves en estos momentos, cuando existe la posibilidad de una
recesión económica internacional mucho más fuerte que la acaecida en
2008, que tendría consecuencias terribles para Cuba en economía,
política, social y en otros importantes aspectos, desde hace mucho
tiempo. Lejos de prepararse para una eventualidad semejante, las
autoridades permanecen aletargadas, sin disposición a realizar los
cambios urgentemente requeridos.
La explicación para esta actitud es difícil de encontrar. Quizás el
Presidente, que ha reconocido que el país se encuentra al borde del
abismo, esté aun presionado por los sectores ultraconservadores para que
no avancen las transformaciones. Quizás sus deseos reformistas hayan
sido sobrepasados por la crisis y su compromiso con el pasado. De todas
formas, la situación de Cuba es altamente delicada, con una clara
tendencia a empeorar, y si el estancamiento e indefinición prosiguen, el
desenlace puede ser trágico.
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/lentitud-o-estancamiento-268961
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