domingo, 15 de julio de 2012

Cuba abraza cierta liberalización

Cuba abraza cierta liberalización
El Gobierno promueve medio millón de autónomos y la creación de zonas
económicas especiales
Juan Jesús Aznarez Madrid 15 JUL 2012 - 01:03 CET1

Los tiempos cambian y las necesidades acucian en Cuba, que rechaza la
apertura política, pero promueve, con limitaciones, la liberalización
económica y las inversiones extranjeras para modernizar sus obsoletas
infraestructuras y desarrollar proyectos en el turismo, la minería, la
industria farmacéutica o el transporte marítimo. Maniobrando sobra la
marcha, el país caribeño acomete desde hace un año la "actualización" de
un modelo centralista y estatalizado que durante medio siglo fue incapaz
de crear riqueza y subsidia millones de empleos improductivos. El
economista Alberto Betancourt, de 69 años, encargado de observar el
desarrollo de la liberalización en curso y de informar de sus
conclusiones al Gobierno de Raúl Castro, visitó España para explicar la
evolución de las más de 300 reformas estructurales y legales aprobadas
por el último congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC).

"En Cuba no hay cambios políticos", advierte Betancourt durante una
entrevista sobre la inversión extranjera y la iniciativa privada en la
isla, cuyo objetivo fundamental es ahorrar al Estado la manutención de
900.000 empleos públicos en el quinquenio 2011-2016: casi el 20% de la
población laboral activa, estimada en 5,1 millones de personas.
"Queremos que el trabajo y el salario sean la principal fuente de
ingresos de los cubanos, y eso se tiene que lograr por la vía de la
productividad".

Betancourt informa de que 380.000 cubanos administran pequeños negocios
y confía en que a final de año sean ya medio millón. Los restaurantes,
el transporte (taxistas y camioneros) y el comercio minorista son los
tres sectores donde se concentra el mayor número de trabajadores por
cuenta propia que podrán asociarse, aunque dentro del paraguas de la
comunista Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

El PCC ha aprobado 300 reformas para atraer inversión extranjera

El Gobierno ha adoptado medidas para favorecer la contratación. A los
emprendedores se les exime del pago de impuestos para los cinco primeros
empleados, subraya Betancourt, vicepresidente de la Asociación Nacional
de Economistas y Contadores, con 83.000 miembros. "Pueden contratar los
que quieran, pero solo se concede una licencia por negocio para evitar
la concentración de riqueza. Por ejemplo, una persona puede abrir un
restaurante, pero no una cadena de restaurantes. No habrá millonarios".
El salario y horario del negocio dependen de la negociación entre los
autónomos y sus empleados. Por otra parte, se entregaron en usufructo
1.300.000 hectáreas de cultivos a 200.000 campesinos. ¿Impuestos?
"Queremos justicia social. Y el que más gana, más impuestos paga".

El Gobierno debe resolver, entre otros, el problema del abastecimiento
de los autónomos, que afrontan dificultades para conseguir la materia
prima a precios competitivos al no existir mercados mayoristas. "Todo es
minorista. Hay que establecer un sistema mayorista, pero mientras tanto
queremos que las fábricas puedan vender una parte de la producción a un
cuentapropista sin intermediario y a precios mayoristas", apunta el
economista cubano.

380.000 cubanos tienen negocios de transporte, turismo y restaurantes

La inversión extranjera, mientras tanto, quiere más agilidad y margen de
acción. No pocos empresarios critican la indefinición, lentitud y
excesivos controles oficiales en los reglamentos de las sociedades
mixtas, en las que el Estado suele reservarse el 51% del capital para
mantener el control. Según la agencia Reuters, se han cerrado más
empresas mixtas que las que se han abierto desde el comienzo de las
reformas de Raúl Castro. "Estamos acostumbrados a las críticas de todo
tipo, a las constructivas y a las que no lo son", dice Betancourt, que
se reunió en Madrid con el Consejo Superior de Cámaras de Comercio de
España.

Algunas compañías acabaron arrojando la toalla. A la espera de una
decisión definitiva, el consorcio anglo-holandés Unilever, dedicado a la
producción de bienes de consumo, decidió abandonar sus actividades en
Cuba al no conseguir el control de ese 51%. "Intentamos agilizar el
proceso de aprobación o no de una inversión extranjera porque los tramos
son muy largos. Y respecto al 51%, depende de lo que estemos hablando".
La isla explora nuevas fuentes de ingresos, como los condominios en
campos de golf y las zonas especiales. "Un concepto de industria, de
producto: montar fábricas y talleres de procesamiento de capital
extranjero en Cuba que después puedan vender sus productos en Cuba o en
el exterior".

Salvando las diferencias, China y España son los países más abiertos a
la participación empresarial en la mayor de las Antillas, según
Betancourt. Cuba batalla, pues, en dos frentes: la controlada promoción
de los trabajos por cuenta propia y la captación de inversión
extranjera, pero sin ceder el poder en los sectores que considera de
propiedad estatal irrenunciable. La ecuación no es fácil y el país corre
el peligro de que la inversión disponible se instale en mercados más
abiertos.

http://economia.elpais.com/economia/2012/07/13/actualidad/1342177659_021024.html

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