Publicado el domingo, 10.14.12
Oxígeno robado y tiempo muerto
Raúl Rivero
El régimen cubano consiguió el domingo pasado abrir otro plazo de
supervivencia en una geografía distante. Fue en el proceso electoral
para la presidencia de Venezuela y de la mano de Hugo Chávez, un
fanático del totalitarismo que aspira a calcar en el triángulo de tierra
de su país el modelo político que arruinó a Cuba y dejó sin libertad a
los cubanos.
El gobierno de la isla tiene una experiencia de más de 50 años a la hora
de depender de circunstancias políticas, eventos económicos y
naturalezas ajenas. Lo ha demostrado durante todos sus años de poder
impuesto. Ese camino comenzó con la dependencia de la Unión Soviética y
los países del campo socialista, cuando todavía los teóricos marxistas
creían en la eternidad.
Siguió la costumbre después que el comunismo en el este de Europa pasó
de la lenta agonía a la muerte súbita. Se entregaron entonces a las
alternativas de los lejanos despachos gestores de las empresas
extranjeras que fueron a sacarle los boniatos del fuego a la burocracia
criolla incapaz de garantizar ni el desayuno de los ciudadanos de un
municipio.
Y, finalmente, apareció Hugo Chávez desde Caracas, para recatarlos del
orfanato capitalista con ínfulas maternales y apoyado por el dinero y el
petróleo de los venezolanos que regala a Cuba y a sus otros aliados
regionales, al decir de un amigo periodista, como si los dólares
salieran de la alcancía de su abuela y el combustible de un pozo del
patio de su finca privada en Barinas.
En los últimos tiempos, con la salud del benefactor convertida en un
secreto continental y en un posible problema para la estabilidad de toda
la corriente populista del socialismo del siglo XXI, y la creciente
fortaleza de la oposición venezolana, La Habana se lanzó a toda prisa a
buscar respaldos, inversiones, ayudas, dádivas de sus viejos camaradas
asiáticos (China y Viet Nam) entregados ahora al capitalismo de estado.
Se giró, además, con los brazos abiertos, para las grandes empresas
brasileñas, apadrinada por la izquierda Chanel, y acentuó sus gestos, en
todas las direcciones, para que se hagan en el país grandes inversiones.
Se pusieron, como se dice en buen cubano para identificar el estado de
ánimo de la desesperación, a pedir el agua por señas.
Ahora les llega de lejos un poco de sosiego. Los resultados de los
comicios de Venezuela le dan al grupo cubano del poder un nuevo tiempo
para dedicarse a conseguir socios, cómplices, seguidores, viudas
nostálgicas del socialismo que le ayuden a continuar con el control de
una nación secuestrada.
Entretanto, la oposición pacífica, las Damas de Blanco, los ex presos
políticos, los periodistas independientes y los activistas de derechos
humanos reciben directamente la violencia de la represión y trabajan
todos los días en la calidez y la riqueza de la realidad interior de
Cuba. Ellos dicen es allí donde está la solución definitiva.
http://www.elnuevoherald.com/2012/10/14/1320959/raul-rivero-oxigeno-robado-y-tiempo.html
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