sábado, 15 de diciembre de 2012

Y si Chávez faltara?

¿Y si Chávez faltara?

Viernes, Diciembre 14, 2012 | Por Oscar Espinosa Chepe



LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Los rumores sobre la

gravedad del estado de salud del Coronel Hugo Chávez, presidente de

Venezuela, se han confirmado. El mismo, en una alocución televisada en

Caracas, también emitida en directo en Cuba el 8 de diciembre, reconoció

que en el lugar donde había sido operado por la existencia de un tumor

canceroso se han reproducido células malignas y al mismo tiempo está

sufriendo dolores. Ante un inminente procedimiento quirúrgico

peligroso, determinó dejar como continuador de su obra a Nicolás Maduro,

recientemente nombrado vicepresidente, alternando como ministro de

Relaciones Exteriores, cargo que desempeñaba desde hacía 3 años.



Incluso señaló que, como dispone la Constitución de la Republica, "si se

presentara alguna circunstancia sobrevenida –así dice la Constitución-

que a mi me inhabilite –óigase bien- para continuar al frente de la

presidencia de la República Bolivariana de Venezuela…Si algo ocurriera

repito, que me inhabilitara de alguna manera, Nicolás Maduro no solo en

esa situación debe concluir como manda la Constitución el período, sino

que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta,

total es que ese escenario que obligaría a convocar como manda la

Constitución de nuevo a elecciones presidenciales, ustedes elijan a

Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de

Venezuela". De esas palabras se desprende la gravedad de la situación

y la posibilidad cierta de que Chávez no pueda seguir al frente del

gobierno venezolano.



El proceso iniciado en 1998 con la victoria del chavismo en las

elecciones fue el resultado de la desesperación del pueblo venezolano

ante los malos gobiernos de partidos tradicionales, causantes de amplia

miseria, lo cual supo aprovechar el astuto teniente coronel, asesorado

desde La Habana. Al asumir el poder con un considerable apoyo popular

podía haber tomado la línea de centro-izquierda de países como Chile,

Brasil y Uruguay que tantos beneficios ha traído. Pero lamentablemente

prefirió la deriva populista, convirtiéndose en un típico caudillo

latinoamericano y líder insustituible de su movimiento, el corazón de

Venezuela, como él ha definido.



En esas circunstancias, la ausencia de Chávez, hasta ahora apoyado por

un movimiento muy heterogéneo, e incluso con una apreciable oposición

como se evidenció en las elecciones del 7 de octubre pasado, cuando el

45,0% votó contra él, produciría un vacío político, con la posible

implosión de las fuerzas afines, que van desde el marxismo a un supuesto

cristianismo, todo enmarcado en un nacionalismo superlativo.



Por otra parte, el legado económico y social de Chávez no dejará mucho

margen y cualquier gobierno que sobrevenga, sea continuador del chavismo

o de la oposición, tendrá que enfrentar una situación muy compleja. La

deuda externa se aproxima a los 100 mil millones de dólares -ha recibido

créditos chinos por 42,5 miles de millones de dólares (según la revista

Bloomberg Businessweek), así como de Rusia, dedicados fundamentalmente a

proyectos sociales y compra de armas, mientras se observa que la

producción de petróleo se ha reducido en un 22,0% en relación con los

niveles de 1999, cuando asumió el poder.



Sin dudas, las obras sociales han dado gran popularidad al presidente,

por ejemplo con la construcción de alrededor de 300 mil viviendas, pero

lo ha realizado con un objetivo político, creando desproporciones

económicas, como la caída en la producción de petróleo, altas tasas de

inflación, desabastecimiento de artículos de primera necesidad y otros

fenómenos nocivos. Al mismo tiempo, existen altos niveles de corrupción,

al extremo de que en el último reporte de la organización Transparencia

Internacional, Venezuela comparte el lugar 165 con Haití, entre los 174

países considerados, para el último lugar en América Latina. El

escenario no es nada halagüeño como se puede apreciar, a lo que se añade

que, si el precio internacional del petróleo se redujera, lo cual podría

suceder si la situación económica internacional empeorara, las

repercusiones en Caracas serían fuertes.



Por supuesto, los acontecimientos en Venezuela tendrían unas

consecuencias nocivas para los países que hoy dependen de su petróleo

barato y subvención económica. Es el caso de Cuba, que además de

recibir 100 mil barriles diarios del combustible, a bajos precios,

obtiene importantes financiamientos para la ejecución de obras, como la

refinería de Cienfuegos, y la posibilidad de pagar en contrapartida con

asistencia técnica.



Si ese esquema se rompiera, se cortaría este cordón umbilical que une

Cuba con Venezuela y sobrevendría una situación que podría ser más

trágica que cuando La Habana perdió la subvención de la Unión Soviética

y otros países del este de Europa. Al producirse el derrumbe del

socialismo y la pérdida de los subsidios, en los años 90, Cuba poseía

aun una notable industria azucarera, con una producción de más de 8

millones de toneladas de azúcar, y una infraestructura productiva. Todo

eso ha desaparecido, tras más de 20 años de continua descapitalización.

Actualmente esa industria está en una situación deplorable, la

producción manufacturera no alcanza el 50,0%, e iguales condiciones

presenta el transporte y casi todo el resto de la infraestructura del

país. Habría que preguntarse cómo Cuba pagaría 100 mil barriles de

petróleo a los precios actuales del mercado.



Pero no solamente habría que afrontar problemas económicos, sino también

sociales, pues las diferencias de ingresos en Cuba han crecido

extraordinariamente, generando conflictos que antes no eran tan

evidentes. Incluso en el campo de la política existe una situación

diferente, pues la población está muy disgustada, frustrada y

desesperada. A eso se suman problemas demográficos, medioambientales y

de pérdida generalizada de valores, inexistentes en esa magnitud a

comienzos de la década de 1990. Por otra parte, el gobierno cubano no se

ha preparado para la eventual pérdida del apoyo venezolano. Los cambios

reducidos a una "actualización", según el gobierno, han sido

insuficientes y tardíos. Incapaces de sacar a Cuba de la grave crisis

que la asfixia.



En consecuencia, la ausencia de Chávez no solo incidiría notablemente en

Venezuela, sino que impactaría muy fuertemente en otros países,

particularmente en Cuba, donde la subvención venezolana se ha convertido

en un factor fundamental para la sobrevivencia económica.



http://www.cubanet.org/articulos/%c2%bfy-si-chavez-faltara/

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