Y ahora, más controles sobre las tierras arrendadas
[28-12-2015 23:58:20]
Elías Amor
Economista
(www.miscelaneasdecuba.net).- Si es que no hay quien entienda nada. La
política de entrega de tierras, que no de venta y de acceso a derechos
de propiedad, se presentó, en su momento, como una de las medidas
"estrella" de los llamados Lineamientos, un intento de "promover la
recuperación de las producciones agrícolas, y dar un uso adecuado a
extensiones que a lo largo del país se encontraban ociosas". Ociosas,
porque estaban en manos del estado, y éste, lejos de esforzarse en
producir y obtener rendimientos de la agricultura, las dejaba consumir
por la plaga del marabú.
A tal fin, se desarrollaron numerosas leyes y disposiciones normativas
que entraron en vigor a partir de 2008, extendiéndose hasta 2012.
Transcurrido un tiempo más que suficiente para evaluar el impacto de
esta medida, el resultado es controvertido.
Este es el tono de un artículo entrevista publicado en Granma, hoy, con
el título, "El control de la tierra asegura producciones". Introducir de
nuevo el control es un método muy querido en el régimen castrista, pero
que, a la vista de lo que ha sido la experiencia histórica, no es la
solución más adecuada para producir más y mejor, que es lo que hace
falta. Ya nos esperábamos algo parecido. No es compatible el régimen
castrista con el ejercicio de los derechos y libertades individuales,
incluso en el ámbito económico, donde una economía de planificación
central que controla los medios de producción, de signo estalinista, se
resigna a dejar paso al único modelo que ha mostrado su eficiencia y
utilidad social.
En vez de volver a expropiar y confiscar las tierras que se han cedido
en forma de arrendamiento, porque sería un pésimo indicador del signo
reformista que se pretende dar a nivel internacional a las políticas, la
nueva estrategia consiste en que las personas que se convirtieron en
usufructuarios de las tierras se vean sujetas a un férreo control por
parte de las autoridades, para evitar que puedan obtener beneficios
crecientes de la explotación de las tierras, y cumplan, sin más, las
consignas de quién concentra todo el poder en el país.
A tal fin, el Ministerio de la Agricultura ha puesto en marcha acciones
de tipo pseudopolicial para ejercer un control más estricto de las
tierras entregadas. En estos términos se expresó en declaraciones a
Granma, Eddy Soca Baldoquín, director general del Centro Nacional de
Control de la Tierra.
Revestido de una falsa modalidad de control del cumplimiento del
contrato de usufructo, el aparato represor de la economía se pone en
marcha para domesticar el avance experimentado por los pequeños
arrendatarios de la tierra, frenando así cualquier aumento de
rentabilidad. Según el diagnóstico de este funcionario, "se han
detectado en las fincas entregadas un sinnúmero de ilegalidades, pues
las personas han construido bienechurías, han realizado algunas acciones
constructivas sin cumplir las formalidades establecidas, incumplen las
producciones contratadas o han dedicado las tierras a otras actividades
ajenas al objetivo con que les fueron entregadas, y hoy es
imprescindible erradicar tales irregularidades".
Ilegalidades que cualquier guajiro cubano sabe que son necesarias para
poder producir con una cierta racionalidad, sobre todo en tierras que se
encontraban absolutamente invadidas por las plagas y el marabú, sobre
las que se ha tenido que realizar una ingente cantidad de trabajo
indirecto antes de ponerlas en explotación.
Sin embargo, lo que realmente quiere el régimen es más que evidente:
"ponerle orden a la producción". En definitiva, evitar lo que llaman
"desviaciones que se manifiestan con los productos agropecuarios (…) y
que el fruto de la tierra llegue a manos del pueblo por las vías
establecidas, a menores precios, y no a través del contrabando".
Para ello, una sugerencia: no hace falta control. Si realmente se quiere
que la producción llegue a los consumidores en condiciones de cantidad y
calidad, la vía es justo la contraria: la libertad. Autoricen la
libertad de los distribuidores, permitan a los agricultores asociarse
con los intermediarios y constituir cadenas de comercialización
privadas, independientes de Acopio y de la maraña estatal que paraliza
los intercambios en la economía, y olvídense del control burocrático.
Con adecuados canales de distribución, los productores sabrán que tienen
que sembrar para atender las necesidades de los consumidores, y lo harán
bien. El proceso de control burocrático solo servirá para lo mismo de
siempre: que los que realmente producen y trabajan pierdan la
motivación, la ilusión y la responsabilidad en lo que se hace, y dejen
de producir, abandonando sus proyectos. No me cabe la menor duda que
cuanto más control se realice, aparecerán más presuntas "ilegalidades",
y con ello, no se conseguirá otra cosa que entorpecer el trabajo
productivo y la adecuada comercialización de las producciones. Una
última consideración. Si existe venta ilegal en Cuba, tal vez valdría la
pena preguntarse si la misma no se produce por culpa del sistema de
control, vigilancia y represión. Y no al revés. La economía nos enseña
que es precisamente así.
Source: Y ahora, más controles sobre las tierras arrendadas -
Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5681be8c3a682e17105355f1#.VoJC2BUrLjY
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