Ancianos sin familia y ausencia de programas gubernamentales efectivos,
una combinación catastrófica
LOURDES GÓMEZ | Santiago de Cuba | 1 Abr 2016 - 8:55 am.
La necesidad de implementar programas para enfrentar el envejecimiento
poblacional en la Isla es apremiante. Cada día aumentan los ancianos que
deambulan y mendigan por las ciudades porque sus pensiones no les
alcanzan ni para una semana.
La única manera que tienen de sortear la crisis que padece el país,
reflejada sobre todo en el encarecimiento de los alimentos, es vivir y
ser apoyados por los familiares. Cuando esto no ocurre, las
consecuencias pueden llegar a ser catastróficas.
Es lo que le ocurre a Emilia, una jubilada de 87 años residente en el
Casco Histórico de Santiago de Cuba. A principios de mes la anciana tuvo
en vela a su barrio porque intentó prenderse fuego para acabar con su
vida. No tiene familia y padece de demencia senil.
Primero trató de suicidarse haciéndose cortadas en los brazos. Fracasó y
decidió prender fuego a un colchón y a una colchoneta en el interior de
su casa. Un vecino que pasaba por allí a las 4:00 de la mañana dio la
alarma y logró entrar a la casa para sacar los dos objetos y apagarlos.
Según los vecinos, la situación se prolongó durante varios días; tenían
temor de que Emilia lograra su propósito, pues no solo quemaría su
vivienda sino también las adyacentes al ser esta una casa colonial
subdividida.
La agresividad de la anciana impidió que se accediera a su hogar. Con
gritos y arrojando heces fecales a todo el que intentara entrar, estuvo
parapetada por horas. Los vecinos llamaron al médico de la familia que
se negó a acudir alegando que era un caso para la seguridad social.
Finalmente, el personal de una ambulancia y varios efectivos policiales
se combinaron para sacar a la anciana de su domicilio y llevarla a un
hospital.
El caso es extremo pero descubre el malfuncionamiento de los servicios
médicos y de seguridad social. Las visitas que se supone deben hacer
diariamente médicos y enfermeras aparecen cumplidas en los informes, sin
embargo no sobrepasan la rutina del examen a embarazadas y neonatos.
El caso de Emilia, según una vecina, había sido reportado a los
trabajadores sociales, que nunca aparecieron.
Luchando por la vida
Más comunes son los ancianos que deambulan vendiendo todo tipo de cosas.
Sucios, desharrapados y renqueando, optan por la venta para procurarse
un dinerito extra, una estrategia de sobrevivencia que los mantiene en
los límites de la legalidad. Negocian con lo que pueden, sean cajas de
fósforos, cigarros o cosas viejas.
Alberto García, un jardinero jubilado de 67 años, vive solo en un
cuartucho de Centro Habana. Como a la mayoría, su irrisoria pensión no
le sirve de nada, por ello se aposta en el parquecito frente al muelle
la Coubre en la avenida del puerto de Ciudad Habana.
Vende zapatos viejos para comer y financiar su alcoholismo. Alberto está
claro, según él existen los pobres y los más pobres, él se encuentra
entre los últimos. Expone su mercancía en el parque y los vende por el
mínimo precio de 10 pesos.
"Están bien cosidos", dice, "le doy un año de garantía, más de lo que
puede durar un zapato de la shopping". Los recoge de la basura o de
cualquier lugar donde los tiren. A la pregunta de si tiene compradores,
contesta que "siempre aparece alguien". No tiene temor a la Policía. Si
aparecen, "les digo que los puse a secar".
Lo más penoso es ver a los ancianos que mendigan en los alrededores de
la Catedral y el parque Céspedes de Santiago de Cuba. Algunos piden a
los turistas unas monedas por sus "actuaciones".
Antonio de 74 años, es jubilado portuario, vive solo y se dedica a
venderles discos de vinilo y libros viejos a los turistas, también les
canta. "Soy músico desde hace 10 años", dice "y tengo un repertorio amplio".
Con su guayo, ameniza sus ventas y se convierte en atracción. Al
preguntarle por qué lo hace, responde: "tengo que comer, estoy luchando
por mi vida".
La población que envejece en Cuba espera por acciones que no llegan,
aunque en sus spots de le talevisión oficial el Gobierno intente
aparentar preocupación por el problema. Uno de ellos recurre a un
pensamiento martiano: "Quien no cuida a sus niños no tiene futuro, quien
no cuida a sus ancianos no tendrá historia".
Source: Ancianos sin familia y ausencia de programas gubernamentales
efectivos, una combinación catastrófica | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1459444270_21353.html
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