Un 39% de tierras quitadas a la caña en Cuba están improductivas
LA HABANA (AFP)
El 39% de las tierras que hace tres años le fueron suprimidas al cultivo
de la caña de azúcar en Cuba para ser destinadas a la producción de
alimentos, aún permanece ocioso, fundamentalmente cubierto por el
marabú, reveló el diario oficial Granma.
"De las tierras antes sembradas de caña y que el Ministerio de la
Industria Azucarera dedica hoy a las producciones agropecuarias, 488.267
hectáreas (el 61%) se explotan actualmente y quedan vacías 318.769",
dijo Juan Varela Pérez, el principal comentarista azucarero del país.
En busca de rentabilidad y aumento de la producción alimentaria, en la
zafra 2002-2003, Cuba aplicó una profunda reforma en su centenaria
industria azucarera, que cayó de más de ocho millones de toneladas a
poco más de un millón.
De los 155 ingenios existentes fueron paralizados y desmontados más de
la mitad; las tierras dedicadas al cultivo de la caña fueron reducidas
en un 60% y más de 100.000 trabajadores el sector desviados a otras
labores o a recalificarse.
De esa superficie vacía "64.000 hectáreas fueron seleccionadas, por sus
características, para cultivos varios y el resto destinado a la
ganadería, frutales y forestales. Parte de estos suelos hay que
liberarlos del marabú. Su eliminación -no tan fácil como algunos
piensan- se acomete de forma gradual, según los recursos disponibles",
dijo Varela.
En las tierras en labor se observa "un optimista despegue" en raíces y
tubérculos, hortalizas, granos, leche, carne vacuna, de búfalo, porcina
y de ovino, en las ventas a la industria y las 111.000 hectáreas
plantadas de forestales y frutales, añadió.
El viceministro Gustavo Rodríguez dijo a Granma que "la tarea de primer
orden" es poner a producir las áreas declaradas vacías.
En febrero pasado, el propio diario Granma dijo que el marabú se adueñó
de 1,1 millones de hectáreas, muchas de ellas de las mejores tierras de
Cuba, formando una verdadera plaga muy difícil de eliminar.
Esa especie se reproduce con entera libertad en espacios abiertos y
soleados mediante sus numerosas semillas y, sobre todo, a partir de los
abundantes brotes generados por sus raíces.
El árbol opone increíble resistencia a la sequía, subsiste al corte y a
la quema, y muestra una gran capacidad para retoñar cuando no es
eliminado por completo, añadió Granma.
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