Diversos sectores plantean revisar y reformar el funcionamiento del
sistema socialista
El mandato provisional de Raúl Castro abre intenso debate económico en Cuba
La discusión se genera fuera del congreso del PCC, el foro más
influyente en la isla
GERARDO ARREOLA /II, ULTIMA
Un auto antiguo estacionado cerca de una pinta de Ernesto <em>Che</em>
Guevara en La Habana, ciudad que se prepara para conmemorar el 54
aniversario del asalto al cuartel Moncada
Lupa
Un auto antiguo estacionado cerca de una pinta de Ernesto Che Guevara en
La Habana, ciudad que se prepara para conmemorar el 54 aniversario del
asalto al cuartel Moncada Foto: Reuters
La Habana, 24 de julio. Bajo el mandato provisional de Raúl Castro,
iniciado hace casi un año, el gobierno cubano movió los reflectores
hacia la crítica escasez de alimentos, el burocratismo y la ineficiencia
y abrió en esa forma un debate económico, que coincide con discusiones
surgidas en otros medios y está produciendo una tormenta de ideas sobre
el futuro de la isla.
El cruce de opiniones surgidas de fuentes institucionales, como el
Parlamento y el Partido Comunista de Cuba (PCC), de sectores académicos
y artísticos o de particulares, ha ocupado espacios formales,
publicaciones, el correo electrónico y sitios web, e incluye iniciativas
para revisar y reformar el funcionamiento del sistema socialista en el
país, aunque preservando sus bases.
La irrupción de diversos polos de discusión ocurre en ausencia del más
influyente foro nacional, el congreso del PCC, que debía sesionar cada
cinco años, pero no se ha convocado desde su reunión de octubre de 1997.
En el primer semestre el campo recibió una inyección de recursos, cuando
el gobierno liquidó un adeudo con los agricultores privados y las
cooperativas. Aunque la revisión del caso tenía más de un año, Raúl
Castro precipitó en diciembre la ampliación del debate, primero en el
Parlamento y luego en el gobierno.
La discusión derivó en parte a la depresión del campo. El líder de la
Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, Orlando Lugo, reseñó a la
prensa algunos componentes del nudo principal: una porción de tierras
cultivables está ociosa; faltan tractores, maquinaria, combustible y
piezas de repuesto para los camiones; hay mercancía que se trae de la
provincia a la capital, cuando se puede producir cerca de La Habana; los
obreros agrícolas, que trabajan para campesinos privados, ganan más que
en las cooperativas de producción, donde escasea la fuerza laboral,
entre otras causas porque ya se jubiló la generación que las fundó en
los años 70 y no hay un relevo estable.
Lugo dijo que se discuten tres posibles líneas de acción: a) reformas
legales para explotar las tierras ociosas, b) mecanismos de organización
para mejorar la eficiencia y c) oferta de combustible, sistemas de riego
e insumos para las cooperativas de crédito y servicios (productores
independientes).
Quizá por ser un caso emblemático, la alimentación se convirtió en un
punto de partida para indagar cómo combatir la ineficiencia. En el
segundo trimestre del año Raúl Castro pidió opiniones y el PCC hizo un
sondeo nacional en la planta productiva, dijeron a La Jornada fuentes
enteradas del ejercicio.
La consulta fue exhaustiva y ofreció un panorama tan amplio de
alternativas, que "llegó a dibujarse otro país", según las fuentes.
Despuntó la opinión de que ahora el problema principal es el manejo
centralizado de divisas y la consecuente pérdida de autonomía de gestión
en las empresas.
Desde hace más de dos años toda la moneda fuerte que cae en cualquier
caja de recaudación estatal, por cualquier concepto, se deposita en una
cuenta única que maneja el Banco Central. Las operaciones en divisas de
los ministerios o empresas deben ser autorizadas por el banco antes de
cerrar el contrato.
Además de opiniones de cubanos particulares que circulan en Internet
sobre temas de la agenda nacional, coincidió con este remolino la
aparición de dos publicaciones significativas: la segunda edición de
Reflexiones sobre economía cubana (Editorial de Ciencias Sociales), y el
número doble 50-51 de la revista Temas, dedicado a "transiciones".
En el volumen sobre economía, 13 especialistas de cinco centros
académicos sugieren reformas y nuevas líneas de acción como estas:
avanzar hacia una economía basada en el conocimiento (salud,
biotecnología, informática) no elimina, sino exige, potenciar la
explotación de los recursos naturales; una fuerza laboral instruida no
es garantía de desarrollo y requiere un entorno de eficacia y eficiencia
así como más flexibilidad, descentralización, fomento y regulación de la
competencia en sectores como el informático; aumentar y mejorar la
oferta al mercado interno es una vía de captación de los recursos en
divisas concentrados en un sector de población.
También hay iniciativas como que el Estado ceda la gestión productiva a
los campesinos y se estimule la fuerza laboral agrícola; considerar el
aprovechamiento de remesas en pequeñas y medianas inversiones
familiares; facilitar cooperativas de servicios urbanos y en los
sectores subsidiarios de la industria; balancear el papel del mercado y
el racionamiento en la distribución; ampliar la inversión extranjera a
sectores alimentadores del turismo, formando cadenas integradoras y
detonar una relación dinámica entre el campo y la industria;
Otras opiniones dicen que la "Matriz Bolivariana" (paquete de acuerdos
principalmente con Venezuela) mejoró sustancialmente la posición del
país, pero es insuficiente como vía de desarrollo; se requiere una
industrialización que permita al país crear bienes de capital y disputar
cuotas de producción, con base en la tecnología y el uso intensivo de la
fuerza laboral calificada; no tiene base la hipótesis de una economía
basada exclusivamente en los servicios.
En su más reciente edición, Temas publica un simposio en el que siete
académicos, dos dirigentes juveniles, un juez y un viceministro, de
distintas generaciones, opinan sobre "la transición socialista en Cuba",
un tópico casi inexistente en los espacios públicos de la isla.
El resultado es un arco muy amplio de opiniones e incluye desde la
percepción de que el camino para el futuro del país está trazado y no
hay más que seguir la línea oficial, hasta inquietudes como estas: el
socialismo tiene una segunda oportunidad para "repensarse"; el Estado
debe regular, pero abrirse a la economía mixta, la inversión local y la
autonomía empresarial; el mercado y la propiedad social requieren un
nuevo debate; la visión actual sobre el capitalismo "es más ingenua y
menos militante, lo que daña el consenso"; faltan nuevas formas de
participación ciudadana para renovar el consenso interno; urge cambiar
mecanismos institucionales que impiden la expresión de la gente; el
sistema del poder popular "requiere un nuevo aire"; al socialismo cubano
le hacen falta mayores niveles de prosperidad material ciudadana.
En el primer semestre de 2007 también empezó a trabajar una comisión
académica sobre la naturaleza de la propiedad en el sistema socialista,
que entre otros puntos se preguntará si se puede "tener un sistema
empresarial estatal en Cuba liberado de ataduras burocráticas".
El espontáneo repudio de algunos escritores a la reaparición pública de
censores de los años 70, originó en enero una intensa polémica por
correo electrónico, que desembocó en un ciclo de conferencias alentado
por la revista Criterios. Los debates continúan y ya rebasaron el tópico
original, la represión de intelectuales, para revisar la historia
reciente del país a través de su política cultural.
La protesta tuvo un primer impacto, cuando la televisión transmitió dos
de las decenas de películas cubanas censuradas en ese medio, una de las
cuales es la emblemática Fresa y chocolate, una defensa de la diversidad
sexual que es, coincidentemente, otro ámbito de debate reciente en Cuba,
a raíz de una proyecto de ley para reconocer derechos plenos a las
parejas del mismo sexo.
http://www.jornada.unam.mx/2007/07/25/index.php?section=mundo&article=036n1mun
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