La isla enfrenta una situación tan adversa como la de principios de los
años 90: Cepal
Fernando tenía un trabajo cómodo en La Habana, Cuba. Era cajero en un
banco con aire acondicionado, una buena computadora y almuerzo gratis.
Pero eso se acabó.
En medio de la mayor crisis económica de la isla en casi dos décadas, el
banco desconectó el aire acondicionado y su computadora se descontrola
constantemente debido al calor, lo cual molesta extraordinariamente a
Fernando y sus clientes. El almuerzo, dice, "ahora es una merienda".
La causa principal de la crisis es la recesión mundial, que ha reducido
la demanda y el precio de los pocos productos de exportación de Cuba,
como el níquel, y cerrado fuentes de crédito a un gobierno ya abrumado
por la deuda. Si a eso se agregan los problemas internos del país, la
reciente afirmación del gobernante Raúl Castro de que los problemas son
"un asunto de seguridad nacional" no parece ser una exageración.
Después de que Raúl reemplazó a Fidel Castro, "la mayoría de los cubanos
esperaban algunas mejoras a mediano plazo. Pero ahora todos se preparan
para lo peor", dijo una miamense que regresó de una visita a la isla y
pidió no ser identificada para proteger a su familia allí. Raúl ha
adoptado medidas draconianas para que la economía pueda sobrevivir la
tormenta a corto plazo.
A fin de reducir el consumo de electricidad en 12% -Cuba importa la
mitad del petróleo que necesita- el Gobierno ha cerrado numerosas
fábricas y ordenado que los edificios estatales, cines y otras
instalaciones no usen aire acondicionado a pesar del calor del verano.
Los inspectores también han comenzado a multar con 23 CUC (peso cubano
convertible, equivalente a $1.24) a los ciudadanos que roban
electricidad mediante conexiones ilegales. Eso equivale a unas cinco
semanas de salario promedio en la isla.
"Los bancos se construyen para protegerlos de los ladrones, no para que
entre la brisa", afirmó Fernando, quien pidió que no se publicara su
apellido por temor a represalias del Gobierno. "Sin [aire acondicionado]
mi oficina se pasa dos paradas del infierno".
Algunos hospitales también han comenzado a cerrar las salas de
emergencias dos horas diarias y ciertos tipos de cirugías se han
pospuesto hasta que el servicio eléctrico se normalice, dijo Elaine
Scheye, consultora de Chicago que ha estudiado el sistema de salud
pública cubano.
Un agrónomo en La Habana dijo a El Nuevo Herald que muchos proyectos
rurales han sido paralizados por falta de dinero para comprar gasolina.
Otro cubano comentó que en el Ministerio de Agricultura no hay aire
acondicionado desde hace dos meses.
También se ha reducido la porción de muchos alimentos racionados -los
frijoles colorados y los chícharos, por ejemplo, de 30 a 20 onzas al mes
y la sal a la mitad, a unas cuatro onzas por mes-, mientras que el
abastecimiento de alimentos a las cafeterías de fábricas, oficinas y
escuelas también es menor, según anuncios oficiales.
Las operaciones policiales contra el mercado negro de alimentos
-aparentemente un intento de asegurar que más alimentos lleguen a las
instalaciones oficiales- han hecho subir los precios, pero los estantes
de muchas tiendas están vacíos, afirman vecinos.
Incluso las empresas extranjeras sufren desabastecimiento porque el
Gobierno está controlando estrictamente los retiros de sus cuentas. Raúl
reemplazó a todo su gabinete económico en marzo y hace una semana la
Asamblea Nacional creó la Contraloría General para combatir la
corrupción gubernamental.
Importación de alimentos
Muchos analistas dentro y fuera de la isla afirman que las medidas están
muy lejos de lo que es necesario para solucionar la crisis.
"[Son] mercurocromo y curitas para hacer frente a heridas profundas de
rápido desangramiento", escribió el activista miamense Juan Antonio
Blanco en su blog Cambio de época. El diario oficial Granma calificó la
situación de "grave".
Cuba ya enfrentaba grandes problemas durante el otoño de 2008, después
de que cuatro ciclones dejaron daños por valor de $10,000 millones,
equivalente a un enorme 10 por ciento del Producto Interno Bruto, PIB,
de 2007. Las importaciones en 2008 aumentaron 41 por ciento, a $14,200
millones, en comparación con el año anterior, mientras que las
exportaciones se mantuvieron alrededor de $3,700 millones, lo cual
significa que el ya sustancial déficit comercial se disparó 65 por ciento.
La importación de alimentos aumentó de $1,500 millones en 2007 a $2,200
millones el año pasado, mientras el Gobierno trataba de reemplazar las
cosechas destruidas por los huracanes, según cifras oficiales de La Habana.
Entonces la economía mundial se desplomó y secó los mercados de crédito.
Los préstamos comerciales extranjeros a Cuba bajaron en $1,000 millones
en 2008, según el Banco de Pagos Internacionales, en Suiza, un golpe
demoledor a un gobierno que durante los últimos 10 años se ha endeudado
cada vez más para pagar importaciones y deudas anteriores, "financiación
por mora", dijo un economista.
Auditores rusos reportaron el mes pasado que Cuba había incumplido tres
veces el pago de un préstamo de $355 millones firmado en 2006.
Y unas 80 empresas gubernamentales cubanas pospusieron pagos a
acreedores extranjeros este año, según Carmelo Mesa Lago, economista
experto en asuntos cubanos de la Universidad de Pittsburgh.
En momentos en que se espera que las remesas desde el extranjero y los
ingresos del turismo no aumenten este año, y el precio del níquel, el
principal artículo de exportación de la isla, ha bajado al 25 por ciento
del nivel de 2008, las perspectivas para este año son pésimas.
Durante el último mes, el gobierno cubano redujo su pronóstico de
crecimiento del PIB de 6 a 2.5 por ciento, y posteriormente a 1.7 por
ciento, aunque algunos economistas cubanos pronostican en privado una
baja a 0.5 por ciento.
"El país nuevamente enfrenta una situación tan adversa" como la de
principios de los años 90, reportó la Comisión Económica para América
Latina, Cepal, este año. La economía cubana se contrajo 35 por ciento
después de la caída de la Unión Soviética y la consiguiente pérdida de
subsidios anuales por valor de entre $4,000 y $6,000 millones.
Desde que Raúl asumió oficialmente el poder a inicios de 2008, ha
empleado reformas a largo plazo con la esperanza de mejorar la
productividad y reducir la centralización económica.
La iniciativa más ambiciosa de su gobierno ha entregado 1.7 millones de
acres de tierras ociosas a 82 mil cubanos con la esperanza de aumentar
la producción de alimentos y reducir las costosas importaciones. También
trasladó el control de la notoriamente ineficiente entidad que acopia y
distribuye los productos agrícolas del Ministerio de Agricultura al de
Comercio Interior.
Ha aumentado algunos salarios como incentivo para mejorar la producción,
ha permitido a los cubanos tener más de un empleo y a los retirados
volver al mercado laboral. Castro pronosticó la semana pasada
reducciones en el gasto estatal en la salud pública y la educación, al
igual que en las importaciones.
La Habana también ha sugerido que está estudiando una mayor apertura
para los inversionistas extranjeros y abandonar el costoso sistema de
racionamiento de alimentos. Ariel Terrero, economista cubano, incluso
sugirió recientemente que el Gobierno ponga una mayor parte de la
economía "en manos de los productores"; por ejemplo, permitir que
empleados de las tiendas oficiales de alimentos y ropa manejen sus
propios negocios.
A pesar de las especulaciones iniciales de que Raúl, al que algunos
consideran un pragmático, implementaría un "sistema socialista de
mercado" al estilo chino, sus reformas han sido relativamente moderadas.
Su hermano Fidel se mantiene opuesto a cambios más profundos tres años
después de la última vez que se presentó en público, según los
analistas, y Raúl tiene que saber que abrir la economía cubana a las
fuerzas del mercado pudiera alimentar un aumento potencialmente
desestabilizador de las desigualdades sociales y económicas en la isla.
En un discurso ante la Asamblea Nacional el mes pasado, Raúl prescribió
una especie de "socialismo racional" que preserve el sistema político a
la vez que reduce la burocracia, los subsidios y el derroche estatal, y
aumente la productividad y la eficiencia.
"Es un asunto de definir, con la mayor participación popular, la
sociedad socialista a la que aspiramos y podemos construir, dadas las
condiciones actuales y futuras de Cuba, el modelo económico que regirá
la vida de la nación en beneficio de nuestro pueblo", afirmó.
Pero, para que nadie se llevara una impresión equivocada, añadió una
advertencia.
"A mí no me eligieron Presidente para restaurar el capitalismo en Cuba
ni para entregar la revolución", indicó. "Fui elegido para defender,
mantener y continuar perfeccionando el socialismo, no para destruirlo".
Cuba ante la peor crisis - Apertura - LaPrensa.hn (17 August 2009)
http://www.laprensahn.com/Sintesis/Lo-ultimo/Ediciones/2009/08/16/Noticias/Cuba-ante-la-peor-crisis
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