Muchas interrogantes, pocas soluciones
Laritza Diversent
La Habana 28-10-2010 - 4:43 am.
Doble moneda e impuestos excesivos. Nada de materias primas, mercados
mayoristas ni sindicatos independientes. ¿Adónde nos llevan las 'reformas'?
El levantamiento de algunas restricciones al trabajo por cuenta propia
tiene a muchos contentos, pero a otros no logra convencerlos. La
discusiones abundan en las calles, y el Estado titubea a la hora de
poner en vigor las nuevas regulaciones y acabar con las dudas.
Uno de los tema en debate está relacionado con los créditos bancarios.
El diario Granma anunció que, en el Banco Central, se analizaba "cómo
hacer viable" la posibilidad de otorgar éstos a quienes decidieran
ejercer como cuentapropistas.
Los ansiosos ya lo dan por sentado y tiene sus proyectos hechos.
Joaquín, un jubilado de 68 años, tiene previsto pedir un crédito de 5000
pesos para un taller de reparación de neumáticos y bicicletas. Los
incrédulos como Sergio, alias El Puma, prefieren esperar. Al hombre,
desocupado y de 51 años, le preocupan los intereses.
El Puma no quiere que le pase lo mismo que con los equipos
electrodomésticos distribuidos durante la "revolución energética". No
tiene forma de pagarlos al contado y considera los intereses bancarios
muy altos para tratarse de una política social. De hecho, está en la
lista de "deudores de la patria", que el Estado formó con los insolventes.
La inquietud de Marcos es otra. Este joven de 19 años, recién graduado
de técnico medio, pregunta de dónde el gobierno sacará dinero para
otorgar créditos, cuando todos saben que no tiene liquidez y la crisis
económica lo obligó a amortizar plantillas laborales. "Me parece que nos
quieren timar", afirma.
La mayoría opina que, a pesar del levantamiento de las restricciones, es
imposible mantener una licencia sin utilizar recursos del mercado negro.
El mercado legal continúa limitado y encarece las actividades,
principalmente por los efectos de la doble moneda.
Las materias primas hay que obtenerlas en los centros comerciales
minoristas, generalmente en divisa, cuando la mayoría de los
cuentapropistas comercializan sus producciones y servicios en moneda
nacional. Los que lo hacen en pesos convertibles se preguntan cómo
asumirán los impuestos, principalmente en las temporadas bajas del
turismo internacional.
Los tributos es otro de los temas polémicos. Con la nueva normativa
aumentarán en número. Hasta el momento, los cuentapropistas pagaban
impuestos por los ingresos personales y el derecho de inscripción en el
Registro de Contribuyentes. A éstos se sumaron gravámenes por las
ventas, seguridad social, utilización del servicio público y de la
fuerza de trabajo.
La cuantía también crecerá. Según las normas pendiente de modificación,
se dependía del importe total de los ingresos percibidos en un año,
gravados progresivamente desde un 5 por ciento, si éstos no excedían los
3000 pesos en moneda nacional o los 2400 pesos convertibles, y hasta un
50 porciento si las entradas sobrepasan los 60.000 pesos en cualquiera
de las monedas.
Manolo, un economista retirado, no entiende la política estatal, a pesar
de ser miembro del Partido. "Si lo que quieren es la recuperación
económica, lo lógico es que bajen los impuesto", afirma.
Para Josefa, una contadora estatal, es evidente que el Estado impide la
formación de capitales privados entre cubanos. Cree que la subida de los
impuestos es una forma muy burda de propiciar el fraude fiscal y la
corrupción que genera el sistema de supervisión y control estatal.
Paquito, por su parte, no piensa ejercer de cuentapropista. Ya tiene
experiencia con funcionarios estatales, que "piden su taja por hacerse
los de la vista gorda" a la hora de inspeccionar. Hace dos años tuvo que
entregar la licencia porque no pudo aguantar el acoso de las
autoridades, que lo extorsionaban casi a diario en su restaurante privado.
Sin embargo, para el Estado, la ilegalidad y el fraude fiscal no son un
verdadero problema. Con aplicar el Decreto Ley 149 "sobre confiscación
de bienes e ingresos mediante enriquecimiento indebido" y su legislación
complementaria, es suficiente.
La norma regula un procedimiento administrativo de aplicación
retroactiva, para confiscar el patrimonio de aquellos que participan en
la especulación, negocios turbios, actividades de mercado negro, etc. A
Teófilo Roberto López Licor, un jubilado de 66 años de edad,
cuentapropista desde 1996, le fueron incautados sus ingresos en el
período de 1998 al 2008.
Sin dudas, los trabajadores por cuenta propia han sido y serán unos de
los sectores más acosados por los órganos estatales, dígase consejos de
administración de los órganos locales del poder, las direcciones de
Trabajo y Seguridad Social, de Finanzas y Precio, la Policía, los
inspectores del transporte, y las direcciones municipales de la vivienda.
Casos como el de López Licor llenan de incógnitas a los que pretenden
ejercer el trabajo por cuenta propia. En las nuevas circunstancia, se
preguntan si el gobierno les permitirá sindicalizarse libremente como
forma de proteger sus intereses individuales. Este tema no se ha tocado
oficialmente. Aún quedan muchas interrogantes para tan pocas soluciones.
http://www.diariodecuba.com/cuba/1457-muchas-interrogantes-pocas-soluciones
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