Última actualización Tuesday, 29 November 2011
Por EMILIO MORALES*
- Para los que siguen con atención los acontecimientos económicos en
Cuba, los últimos 10 meses han traído, de la noche a la mañana, un
escenario de transformaciones que por más de cinco décadas estuvieron
ajenas a generaciones de cubanos.
La cortina de hierro impuesta por Fidel Castro por más de medio siglo se
está diluyendo de manera silenciosa, dando paso, a una suerte de fe muda
e invisible que comienza a despertar en millones de hogares cubanos.
En realidad, el estado paupérrimo de la economía, la ineficiencia del
sistema, la grave situación social del país, la falta de acceso a
créditos internacionales, la dependencia de Venezuela y el
convencimiento de que un cambio de los métodos para impulsar la economía
es una prioridad inaplazable, son los factores fundamentales que han
desencadenado estos pasos aperturistas.
Para el anquilosado gobierno cubano, eliminar la burocracia y construir
una economía eficiente es algo muy complejo que necesita un cambio por
etapas. Remontar arcaicas filosofías de trabajo, reeducar a millones de
personas en el nuevo paradigma, aceptar que el trabajo privado es el
verdadero motor que empuja el desarrollo, son elementos que necesitan un
tiempo de reacción por parte de la sociedad para poder asimilarlos como
factores de progreso.
Hoy 11.2 millones de cubanos en la isla y otros dos millones en la
diáspora se enfrentan a las nuevas circunstancias. El flujo habitual de
viajes y el movimiento de capital en efectivo y mercancías ha aumentado
de manera considerable en los dos últimos años. En el 2010, los envíos
de remesas llegaron por primera vez a los $2,000 millones de dólares en
efectivo y más de $2,000 millones en mercancías (entiéndase ropa,
alimentos, medicinas, equipos electrodomésticos, etc). Los cubanos que
viajan a visitar a sus familiares o planean invertir con ellos podrían
pasar este año la cifra de medio millón, afianzándose como el segundo
mayor grupo de turistas después de Canadá.
Nueva dinámica en la diáspora
La diáspora cubana nunca ha estado tan activa ayudando a sus familiares
en la isla, un respaldo que proviene mayormente de los emigrados a
partir de los años 90. En un reciente estudio exploratorio realizado por
The Havana Consulting Group en una muestra de 250 cubanos residentes en
los Estados Unidos, 11 de cada 14 entrevistados dijeron que estaban
ayudando de una manera u otra a invertir a sus familias en la isla.
Sin embargo, las oportunidades no se han levantado todavía para todos.
Los sectores profesionales y de alta tecnología todavía permanecen aún
bajo férreos controles estatales. Algunos cientos de miles de
ingenieros, licenciados, maestros, médicos y demás profesionales no ven
todavía la oportunidad de encontrar un espacio en la nueva economía
diseñada por el gobierno. ¿Serán éstos incorporados en una segunda etapa
del proceso de transformación de la economía de la isla? Sería un
suicidio no hacerlo.
Las cinco modificaciones de mayor impacto entre las decisiones
económicas anunciadas por el gobierno de Raúl Castro en los últimos
cuatro meses son las siguientes:
1. Autorización de la compra y venta de autos.
2. Autorización de la compraventa de casas.
3. Eliminación del Ministerio del Azúcar (MINAZ) y creación de un grupo
empresarial para manejar los negocios de la producción azucarera y sus
derivados.
4. Eliminación del monopolio estatal de productos agrícolas. Los
campesinos le pueden vender directamente a empresas estatales y a los
hoteles.
5. Autorización de créditos bancarios a los pequeños empresarios y
trabajadores independientes, lo que permite que éstos se conviertan en
contratistas regulando las formas de pago por sus servicios o bienes.
Una oportunidad única
Por primera vez en algo más de cinco décadas el cubano de a pie tiene la
oportunidad de convertir sus casas y sus viejos autos en activos
financieros reales. ¿Qué significa esto? Que su casa y su auto van a
tener un valor en el mercado y que cada dueño tendrá por lo menos la
oportunidad de incursionar en el libre mercado de la oferta y la demanda
sin la mediación del Estado.
Esta oportunidad que se dibuja hoy en los hogares cubanos tendrá
ilimitadas consecuencias. Ni siquiera el gobierno tiene una dimensión
exacta de lo que pudiera generar en la vida doméstica.
Quienes necesiten de capital para emprender un negocio, tanto la venta
de una casa o de un auto podrían convertirse en fuentes de
financiamiento. Por ejemplo, para un ciudadano que tenga un auto ruso de
los años 80 y quiera invertir en un paladar de 50 sillas, su auto
actualmente en el mercado puede estar en los $6,000 dólares y la
inversión que amerita para abrir la paladar estaría en unos $3,000
dólares. La venta del vehículo sería una vía legal y directa para
obtener el capital financiero para incursionar en la nueva economía.
Incluso para los que quieran emigrar definitivamente, ambos activos son
una fuente de financiamiento del viaje y un capital para comenzar de
cero en el nuevo destino, a diferencia de años atrás, cuando el Estado
confiscaba (o se robaba) todos los bienes particulares y patrimoniales.
Desde el punto de vista del mercado, la compraventa de casas y autos van
a dinamizar la venta de materiales de construcción y de todos los
insumos necesarios para la reparación de esas mismas propiedades y
autos. Mientras, los trabajadores por cuenta propia se beneficiarán por
la alta demanda de servicios que ambas medidas ya están generando.
A través de sus cadenas de tiendas en divisas, El Estado verá también
una inusual rapidez de movimiento en sus inventarios y, por
consiguiente, aumentarán sus ganancias como nunca antes. El mercado
inmobiliario verá asimismo crecimientos vertiginosos. La dinámica del
crecimiento ya comienza a moverse en los sitios en la internet donde se
anuncian ofertas de casas entre $10,000 y un millón de dólares.
Estímulo para competir
En el sector agricultura, el Estado rompió finalmente las cadenas de la
anti-producción al permitir que los campesinos puedan vender sus
producciones a los hoteles y a entidades estatales. Esta oportunidad
libera las producciones agrícolas y pudiera ser un estímulo para
competir en el mercado de tú a tú con muchos productos importados. A
partir de ahora hay que observar cómo responden los campesinos ante
estas nuevas oportunidades.
El desmantelamiento del MINAZ pudiera representar en un principio una
nueva oportunidad para agricultores e inversionistas extranjeros. En
este sector pudieran crearse decenas de empresas mixtas para la
producción de azúcar y sus derivados. Los campesinos podrían jugar un
rol importante en el aumento de la producción cañera y la eficiencia de
las cosechas.
Y en cuanto a la nueva política crediticia, se permitirá constituir
hipotecas como garantía, todo un acontecimiento desde que hace más de 50
años el Estado prohibió el uso de la vivienda como seguridad de pago,
aunque la nueva medida está limitada solo a las viviendas "destinadas al
descanso o veraneo" y a "solares yermos".
Una ventana entrabierta
El mecanismo para que campesinos y trabajadores por cuenta propia puedan
cobrar sus productos o servicios a las empresas, implementará a la vez
diferentes instrumentos, desde pago en efectivo y transferencias
bancarias hasta cartas de crédito y letras de cambio.
¿Demasiado optimismo? ¿Es todo este movimiento un espejismo de cambio o
realmente estamos en presencia de los pasos iniciales para la renovación
del sistema?
En todo caso, estas medidas hay que mirarlas como un signo positivo
desde cualquier punto de vista, al menos para los cubanos que viven en
la isla. Los próximos meses hablarán del primer impacto en la economía y
la sociedad, pero por lo pronto entreabrir una ventana es siempre mejor
que clausurarla.
Para la generación en el poder esta es la caja de Pandora que Fidel
Castro nunca permitió descubrir y que ahora su sucesor no tiene más
remedio que abrirla.
* Economista cubano. Ex jefe de mercadotectnia en la corporación CIMEX y
autor de Cuba: ¿tránsito silencioso al capitalismo? Es presidente de
Havana Consulting Group, en Miami.
http://cafefuerte.com/2011/11/29/cuba-abrio-raul-castro-la-caja-de-pandora/
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