16-11-2011.
Elías Amor Bravo
Economista ULC
(www.miscelaneasdecuba.net).- Bueno, finalmente ahora sabemos por qué
las barberías y peluquerías se van a convertir en el primer sector de
ejercicio libre dentro del régimen comunista. Un artículo en Granma de
Anneris Ivette Leyva lo señala textualmente, "descargar al Estado de
responsabilidades menores y permitirle concentrarse en funciones de
mayor envergadura".
A tal fin, las resoluciones firmadas por los ministerios de Comercio
Interior, Trabajo y Seguridad Social, y Finanzas y Precios, publicadas
en la Gaceta Oficial ordinaria número 36 del pasado viernes 11 de
noviembre vienen a sancionar el nuevo régimen de funcionamiento de estas
actividades que, históricamente, serán las que primero "rompan los
vínculos con el sistema comunista". A partir de ahora, los pequeños
establecimientos (de uno a tres sillones) ya no estarán subordinados a
las empresas provinciales de servicios técnicos, sino que podrán
disfrutar de una merecida orfandad.
Como todo lo que viene de Cuba en materia de asuntos económicos,
estremece. Si una de las metas que persigue el Partido Comunista Cubano
para la "actualización del modelo económico" consiste en dejar que los
peluqueros y barberos hagan su trabajo, entonces es
que algo no funciona correctamente en la cabeza de la dirigencia del
régimen. Ojalá que esta embriaguez de libertad económica continúe y que
se haga efectivo lo dispuesto en el lineamiento 308, en el que se acordó
"Introducir formas no estatales de gestión en el comercio, en lo
fundamental en los servicios gastronómicos, personales y técnicos de uso
doméstico".
Presiento que muchos de estos nuevos emprendedores castristas no lo van
a tener muy fácil. Más bien, todo lo contrario. Nadan en aguas
turbulentas y llenas de tiburones que van a intentar, por todos los
medios, hacerles la vida imposible.
Los que trabajen en las 1.358 unidades de uno a tres sillones que dejan
de pertenecer a las empresas comunistas, van a tener que luchar y duro
por conseguir mantenerse y sobrevivir en un sistema económico
asimétrico, en el que la intervención estatal, la planificación central
de la economía y la burocracia asociada a ello van a hacer todo lo
posible por estrangular cualquier experiencia alternativa, por mucho que
los "lineamientos" digan lo contrario.
Tengo mis razones para pensar en que ello va a ser así. En el sistema
comunista ideado por los hermanos Castro, cualquier proceso de
acumulación de riqueza, es delictivo. El arrendamiento a los
trabajadores de los locales por parte de la organización colectivista,
se convertirá en un instrumento recaudatorio que no dejará de aumentar,
más aun cuando los cubanos empiecen a realizar transacciones con sus
viviendas.
En cuanto que la retribución de los profesionales se adapte a su
productividad, dedicación, esfuerzo y competencia, el régimen les sube
el alquiler y detrae los recursos que, por la vía impositiva, obtendrá
igualmente. Esta es el arma de control que no me cabe la menor duda,
usarán a discreción. Tiempo al tiempo.
Si los profesionales de peluquería y barbería pudieran ejercer
libremente el derecho a alquilar locales a ciudadanos privados, y no a
empresas estatales del régimen, la competencia permitiría abaratar los
costes y proporcionar ingresos complementarios a los titulares de los
locales, cuyo margen de elevación de precios sería limitado. El
monopolio que se reserva el estado castrista, es una amenaza sobre estos
negocios que ahora comienzan.
En fin, por si alguien tiene alguna duda, la Resolución 434 de Comercio
Interior, que fija el Reglamento para el funcionamiento de estas
barberías y peluquerías, deja absolutamente evidente "que el Estado
continúa siendo propietario de los inmuebles y los medios que se
incluyan en el contrato de arrendamiento". Hasta las tijeras, las
secadoras, las máquinas, serán propiedad de quién todo lo controla,
dejando a los profesionales como trabajadores por cuenta propia que
nunca serán dueños de su destino, y capaces de ejercer con libertad su
actividad.
Además, los medios de producción se tienen que comprar obligatoriamente
en la red de tiendas minorista de Comercio Interior, como si de una
franquicia del régimen castrista se tratase. Ya veremos cuándo localizar
tintes o champús para el pelo, cuando aprieten las condiciones de
financiación exterior.
Las normas de seguridad social y de tributación que fijan las cuotas a
pagar por los establecimientos, "podrán ser variadas por los consejos de
la Administración municipales, de acuerdo con lo estipulado en la
Resolución 298 de Finanzas y Precios de septiembre del 2011", lo que
supone una discrecionalidad coercitiva que se convierte en otro
instrumento más de presión y control.
Tan solo observo alguna ventaja. Los gastos de electricidad se van a
ajustar al sistema tarifario establecido para el sector residencial que
es más económico que el ideado por el régimen para los nuevos
cuentapropistas. Pero, dado el nivel de discrecionalidad de la
burocracia comunista, en cualquier momento pueden cambiar estas condiciones.
Ojalá que los cubanos y cubanas puedan tener una mejor calidad de
servicio, y que puedan elegir con más libertad donde quieren cuidar su
aspecto. Ojalá que los precios realmente reflejen el comportamiento de
oferta y demanda. Y ojalá que las barberías, en estado lamentable bajo
la propiedad y gestión estatal, mejoren de aspecto y se conviertan en
lugares donde la calidad del servicio vaya en aumento.
Y a todo ello digo ojalá porque mucho me temo que no van a producirse
cambios. Los trabajadores del sector que pasan a ser cuenta propistas,
no podrán desarrollar con la necesaria libertad su actividad. Sus
ganancias serán reducidas, y no podrán esforzarse en mejorar las
instalaciones o los medios de trabajo e insumos.
Todo será como antes. Detrás de este tipo de medidas, el régimen trata
de ganar tiempo abriendo espacios para determinadas actividades que
pasan a ser controladas por la extensa y compleja burocracia comunista.
Nada nuevo bajo el sol.
Lo lamentable es que hayan estado dos años haciendo un estudio para la
aprobación y generalización del modelo de barberías y peluquerías. Ahí
es donde me sorprende que haya alguien en Cuba pensando en este tipo de
cosas. Ya se va viendo por donde se asientan las bases de la
actualización del socialismo castrista.
El Estado cede los servicios que nunca ha prestado en condiciones de
calidad, pero no se desentiende de ellos, sino que continúa regulando y
controlando, ahora desde una posición de fuerza, una actividad en la que
juega a una semi libertad para los que la ejercen.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=34298
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