domingo, 20 de noviembre de 2011

Entre los cubanos hay muchas dudas acerca de las reformas

Entre los cubanos hay muchas dudas acerca de las reformas
20.11.2011 05:40 AM

El 10 de noviembre, entró en vigor un decreto ley relacionado con la
compraventa, permuta, donación y adjudicación por divorcio,
fallecimiento o salida definitiva del país.

Con textos de EFE
3 Más de 50% de las construcciones en la isla están en mal estado y 8,5
de cada 10 edificios necesitan reparaciones, según revelan datos oficiales.

Más de 50% de las construcciones en la isla están en mal estado y 8,5 de
cada 10 edificios necesitan reparaciones, según revelan datos oficiales.
Fotos: EFE/ AP

La Habana.- Muchas dudas y también buenas dosis de escepticismo expresan
los cubanos ante una nueva normativa aprobada por el Gobierno de Raúl
Castro que les permitirá comprar y vender viviendas por primera vez en
más de 50 años.

"Es beneficioso para quienes puedan hacerlo, pero ¿cuánta gente en Cuba
tiene dinero para resolver sus problemas de vivienda comprando casas?:
así resumía Julio Mederos, arquitecto habanero de 56 años, el sentir de
muchos ante una medida que pone fin a décadas de prohibiciones e
ilegalidades en el sector inmobiliario.

El 10 de noviembre entró en vigor el decreto firmado por el presidente
Raúl Castro que facilita y flexibiliza la transmisión de la propiedad de
viviendas en la isla, que podrá hacerse mediante compraventa, permuta,
donación o adjudicación.

Se mantiene como límite que "ninguna persona tendrá derecho a poseer más
de una vivienda" aunque también es legítimo tener otro inmueble en zonas
de recreo o descanso.

Durante más de 50 años, la vivienda ha sido una odisea social y
burocrática en la isla caribeña porque las opciones para acceder o
cambiar de casa se limitaban básicamente a las permutas (un contrato por
el cual cada uno de los contratantes se obliga a dar el derecho de
propiedad de una cosa para recibir el derecho de propiedad de otra) que
sirven para regular el acto, y porque las prohibiciones dieron pie a un
mercado ilegal de construcciones clandestinas, falsos documentos,
corrupción y estafas.

La apertura del mercado inmobiliario era una medida muy esperada por los
cubanos y en general la ven muy positiva aunque la mayoría de los
consultados tienen dudas y no conocen todavía los detalles del nuevo
decreto y resoluciones aprobadas.

Durante decenios, los propietarios sólo podían cambiarse de casa
mediante un complejo sistema de permutas vigilado por el Estado para
evitar que hubiera dinero de por medio. Esta fue una de las tantas
prohibiciones que el presidente, Raúl Castro, prometió eliminar al
inicio de su mandato.

Permutar la vivienda era un proceso que podía llevar años, pues era poco
probable encontrar la casa deseada y que a la vez su propietario se
interesase en la de uno.

Por eso se elaboraban cadenas de permutas donde se intercambiaban seis o
siete inmuebles para lograr que cada uno se quedara finalmente con lo
que buscaba.

¿Apertura?

Para Óscar Espinosa, economista y disidente, la nueva normativa es un
"paso de avance", sobre todo porque conlleva un reconocimiento a la
propiedad privada pero es de los que opinan que es necesario analizar la
"letra pequeña."

También se suma a quienes advierten que la mayoría de los cubanos no
puede comprar una casa porque no tienen dinero y es necesario "crear
condiciones para que los ciudadanos puedan acumular recursos y ahorrar
de forma honrada".

En cualquier caso, Espinosa considera que esta medida no resuelve en sí
misma el problema de la vivienda en Cuba donde son necesarios pasos
adicionales como fomentar la construcción en el país. Cuba, con 11,2
millones de habitantes, tenía hasta 2010 un déficit reconocido de unas
600.000 viviendas, en parte por los destrozos que causaron tres
huracanes en 2008.

Según datos oficiales, más del 50 por ciento de las construcciones en la
isla están en mal estado y 8,5 de cada 10 edificios necesitan
reparaciones, a lo que se suman incumplimientos en los planes estatales
de construcción.
Anterior a las medidas para la compraventa de viviendas el Gobierno
cubano autorizó también la de vehículos, dos medidas muy esperadas por
la población y contenidas en el plan de ajustes para "actualizar" el
modelo socialista.

Permitió además a los cubanos hospedarse en hoteles, utilizar teléfonos
celulares, acceder a internet y adquirir computadores. La iniciativa
privada está asomando en sitios golpeados por la declinación de la
industria azucarera y por los padecimientos económicos que sufre esta
nación de sistema socialista.

El gobierno dice que unos 338.000 cubanos de toda la isla tienen
licencias para operar negocios privados.

El dinero que generan estas actividades (guaraperas, puestos de venta de
pizzas, sanwicheras, plomerías, mecánicos, tiendas de ropas y objetos
usados) que funcionan en los aceras o patios de las viviendas) sin duda
no ayudarán a transformar la débil economía cubana, pero a nivel
personal y en las esperanzas del pueblo, se sienten que las reformas
impulsadas por Raúl Castro como algo positivo.

La letra pequeña
La mayoría de los cubanos ganan el equivalente a 20 dólares al mes en un
país donde todos los antiguos negocios privados (almacenes, tiendas de
electrodomésticos y grandes fábricas) fueron confiscados por el Estado a
fines de la década de los 60 del siglo pasado.

"Muchas cosas todavía no están claras. En sentido general está bien, es
algo que hacía mucha falta, un adelanto. Pero aún hay muchas
limitaciones y se siguen tomando precauciones que quizás ya no son
viables", dijo Yoan, un trabajador privado ("cuentapropista") de 34
años.

Más escéptica, incluso, se mostró Marisela, de 44 años, quien dice que
no puede hablar con total optimismo hasta que no conozca los "detalles"
de la ley (de vivienda): "En Cuba las cosas lo mismo van para alante que
después van para atrás".

Otros no dudan en reconocer que supone un avance importante: "El pueblo
ya está autorizado", celebró Ignacio, un jubilado de 62 años que se
encontraba en el punto del Paseo del Prado de La Habana donde muchos
cubanos acuden informalmente, desde hace años, para confrontar
propuestas de permutas de viviendas.

Vale la esperanza
Ignacio cree que la legalización de la compraventa puede provocar que
crezca aún más la afluencia de personas en ese "lugar histórico" del
"permuteo" y se convierta en el primer "mercado inmobiliario" del país.

Algunos piensan que después de más de medio siglo de limitaciones, la
nueva ley de vivienda traerá cosas buenas.

Señalan que posiblemente habrá un entusiasmo para la construcción y la
reconstrucción que podrá generar empleos, pero se preguntan si los
cubanos podrán encontrar los materiales necesarios para emprender esas
tareas y si el gobierno los venderá a un precio que permita a los
habitantes de la isla adquirirlos.

Cambiará algo ahora

Más de 50 años han tenido que esperar los cubanos para poder vender y
comprar casas. Al parecer quedarán atrás y en el recuerdo las
vicisitudes pasadas, sobre todo, por los que abandonaban el país de
una forma definitiva y que para hacerlo tuvieron que pagarle completa
la casa al gobierno, entregarla con todo adentro, efectos
electrodomésticos, muebles, incluso una comisión hacía un inventario de
todo y contaba hasta los cubiertos, vasos y platos, aún así no podías
darle la casa a un pariente necesitado.
Al irse la familia las autoridades de la isla le daban la casa, casi
siempre, a alguien del partido comunista o de la seguridad del Estado.

http://eltiempo.com.ve/mundo/politica/entre-los-cubanos-hay-muchas-dudas-acerca-de-las-reformas/37904

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