Los precios, los salarios y el invento de los cubanos
Jueves, Noviembre 22, 2012 | Por Frank Correa
LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -Según Crispín, jubilado
del sector de comercio y filósofo popular, la mayor burla que sufre el
cubano de hoy son los precios. Este personaje que en Jaimanitas es una
especie de oráculo, basa la afirmación en su experiencia como trabajador
de comercio, primero bodeguero, después administrador, y finalmente
jefe de zona, donde tuvo muchos encontronazos con el departamento de
precios.
Dice Crispín que durante muchos años, estuvo preocupado por conocer
a la persona que ponía los precios de los productos que se vendía para
la población, y por mucho que escarbó jamás dio con ella. Los precios
siempre venían "de arriba", dice, y cuando subía a la entidad superior,
en labor solapada de encontrar al funcionario encargado de decir
esto vale tanto y aquello tanto, nunca lo hallaba, porque el precio
venía instituido de más alto aun. Y a él se le acabó la escalera.
Un economista que conoció en una fiesta de la empresa, le explicó que
la determinación de un precio era una labor complicada, por los
numerosos factores que incidían en su cálculo. Habló de valor real,
valor de cambio, pagos por conceptos de almacenajes, tasas de intereses,
pero no supo decirle quien el responsable de tan azarosa y compleja faena.
Dice que con la llegada del período especial llegó el caos en las
finanzas, los precios, la economía. Apareció un competidor para el
estado: el mercado negro. Entonces Cuba se hundió en un capitalismo a
dos manos, donde el escenario y la víctima era uno solo: el pueblo, que
de todas formas tiene que comer para vivir, y se ha visto obligado a
"inventar", para comer.
Crispín considera, que este pueblo está hoy inmerso en una tarea
sumamente exclusiva: inventar para comer. Apuntala su tesis
recomendando observar en la calle a los cubanos, por un rato.
Descubrirán a un pueblo que hormiguea por toda la isla, en los
mercados, en las tiendas, en los puestos ambulantes, inventando para comer.
–Algo que se vuelve tortuoso con los precios actuales –sentencia el
filósofo –. La zanahoria y la calabaza, dos productos que cuando niño
solo comían los conejos, los cerdos y alguna gente muy pobre, ahora
cuestan un dineral. Cuatro tomates quince pesos, seis cebollas treinta
y cinco, un bistec cuarenta. ¿Qué es esto? Con un salario medio de
veinte dólares los padres de familias están gastando trescientos,
solamente en comida. ¿Cómo se logra esto? ¡Ah…pues con el invento…!
http://www.cubanet.org/articulos/los-precios-los-salarios-y-el-invento-de-los-cubanos/
No hay comentarios:
Publicar un comentario