jueves, 22 de noviembre de 2012

Raúl Castro pretende “desactualizar el modelo”

Cambios, Raúl Castro

Raúl Castro pretende "desactualizar el modelo"

¿La burocracia está ganando la batalla, o los militares son los nuevos
burócratas?

Eugenio Yáñez, Miami | 22/11/2012 7:41 am

El general Raúl Castro, además de no tener quien le escriba, parecería
que tampoco tiene quien le actualice el modelo, y prefiere
desactualizarlo, como si tal vez el asunto no le interesara demasiado.

Aparentemente, por mucho que quiera empujar el señor Marino Murillo para
"actualizar el modelo" (cualquier cosa que eso signifique), las más
retrógradas posiciones de freno que propugna Machado Ventura se habrían
ido imponiendo. O tal vez el General de División Leonardo Andollo, a
medio camino conceptual entre el burócrata impulsor de la actualización
(Murillo) y el burócrata defensor del inmovilismo (Machado Ventura),
desde su responsabilidad por el "perfeccionamiento" de los aparatos del
gobierno, se va imponiendo a ambos burócratas como quien no quiere las
cosas. Algo así como una especie de "hombre nuevo" raulista, un general
burócrata y reformista, o un general reformista burocratizado. ¿O ambas
cosas a la vez?

De manera que cuando todos piensan que están ganando, resulta que (casi)
todos están perdiendo. Los que todavía creen que se cambiará todo lo que
deba ser cambiado, se ilusionan con el maquillaje en el que se
especializa Raúl Castro. Los convencidos de que es necesario cambiarlo
todo para que nada cambie levantan su brazo aprobando cualquier cosa,
convencidos de que al final del camino estarán de nuevo en el principio.

Y así tenemos que Raúl Castro está resultando ser el Gran Maestro del
Arte Esotérico de ganar tiempo, "actualizando" la mejor manera de
perderlo. Y en honor a la verdad, en esto está logrando superar a su
hermano el Comandante, a quien no le interesaba aparentar que iba a
cambiar nada, pues para él todo estaba siempre perfectamente… hasta que
cambiara de idea.

La nueva ilusión de la "actualización" llega a través del Decreto-Ley
295 del Consejo de Estado y dos decretos complementarios del Consejo de
Ministros, el 302 y el 303. Con su habitual sagacidad, el periodista
Wilfredo Cancio Isla se dio cuenta muy pronto que en tales documentos
había gato encerrado, y lo sacó a la luz tanto en la televisión
(AméricaTeVe) como en su blog Café Fuerte.

Estos documentos del Gobierno, bajo el ostentoso título de Sobre la
Continuidad y el Fortalecimiento del Sistema de Dirección y Gestión
Empresarial Cubano vienen a resultar algo así como un cuento de Pepito
para la Administración Central del Estado: después que la gerontocracia
se rasgase las vestiduras en el Sexto Congreso del Partido clamando por
la autonomía empresarial para poder "actualizar" el modelo, ahora
resulta que tal autonomía no será exactamente para las empresas, sino
para burócratas que estarán por encima de las empresas, pero por debajo
de los ministerios.

Parece broma, y daría risa si no fuera tan patético todo esto, pero no
es un chiste, sino la quintaesencia del burocratismo tropical. El
referido Decreto-Ley crea dos nuevos engendros administrativos, con
carácter de órganos permanentes, y ambos subordinados al Consejo de
Ministros: el Grupo Gubernamental para el Perfeccionamiento Empresarial
(GGPE), y el Grupo Ejecutivo de Perfeccionamiento Empresarial (GEPE), a
los que suma la posibilidad de establecer caricaturas de estas versiones
a nivel provincial para el tema de las empresas locales.

Para que no existan confusiones de dónde está el poder, una Disposición
Especial Única del Decreto Ley señala que "el Ministerio de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias aplicará el Sistema de Gestión y Dirección
Empresarial en correspondencia con las características propias de ese
organismo". Es decir, con otras palabras, para que nadie se confunda,
que el Gobierno puede jugar con todos los demás ministerios, pero no con
"los guardias".

Los habituales comentaristas procastristas que entran a opinar en estos
foros, esta vez tendrán que tocar de oído: el escaso coeficiente
intelectual que demuestran muchas veces y la extensión de los documentos
aprobados no creo que les posibilite entender rápidamente lo que se ha
cocinado en La Habana, así que seguramente se dedicarán a lanzar
insultos personales, intentar matar al mensajero, o buscarán irse por
las ramas y no tocar la médula del asunto. Sin embargo, respetemos el
derecho que todos ellos tienen a hablar tonterías.

El Grupo Gubernamental "tiene como objetivos organizar, planificar y
controlar la instrumentación del Sistema de Dirección y Gestión",
mientras que el Grupo Ejecutivo "tiene por objeto garantizar de forma
ordenada, con rigor y calidad, la implantación y consolidación del
Sistema de Dirección y Gestión". ¿Cuál es la diferencia entre ambos?
Para decirlo resumidamente, el primero "dirige" (serían los grandes
caciques) y el segundo "ejecuta" (serían los caciques intermedios). ¿Y
dónde están los indios? Muy sencillo: en las empresas y los grupos
empresariales superiores como AZUCUBA y otros que se crean para tratar
de darle sentido empresarial a ineficientes ministerios copiados de la
era soviética.

Si estos dos nuevos grupos que se han creado van a hacer eso que se
dice, ¿para qué hace falta un gobierno y un Consejo de Ministros?
Partamos de la concepción de que, evidentemente, los decretos demuestran
que, a pesar de la retórica, no hay la más mínima confianza en la
capacidad de las empresas y los grupos empresariales para cumplir sus
objetivos y tareas. Ni tampoco hay confianza en que los ministerios
correspondientes sean capaces de cumplir su parte.

El Gobierno, en esta concepción, se dedicaría a las cuestiones relativas
a la administración del Estado, dejando el funcionamiento de la economía
a las actividades empresariales. Lo mismo que sucede en casi todos los
países serios, independientemente del signo político de sus gobiernos.
La diferencia esencial es que en los países serios la parte fundamental
de las actividades empresariales está en manos privadas o en manos
estatales con bastante autonomía, y en Cuba está y estará en manos de
los más "confiables", aunque sean unos ineptos, designados por los más
ineptos aún ancianos del régimen.

Sin embargo, esos ineptos de los nuevos grupos que se crean como si
fueran Estados Mayores de Frentes (el Gubernamental y el Ejecutivo) no
formarán parte de los ministerios, ni tampoco de las empresas. De manera
que tales "Estados Mayores" donde no hay guerra, vienen a ser como una
especie de limbo administrativo-gerencial, un indefinido purgatorio con
absoluta autoridad sobre las empresas, pero con un mínimo de
responsabilidad: en otras palabras, exactamente lo contrario a lo que se
enseña en las clases más elementales de administración, no solamente en
el resto del mundo, sino incluso en la propia Cuba.

¿Qué destino podemos augurarle entonces a los dos nuevos grupos creados
por el mencionado decreto-Ley? El mismo que a la comisión que tanto
gustó a Raúl Castro en los años setenta, de "Perfeccionamiento del
Sistema de Dirección y Planificación de la Economía", que controlaba el
después defenestrado Humberto Pérez; o el de la Comisión para
"actualizar" el marxismo, creada por Raúl Castro después de ascender al
poder, dirigida por Alfredo Guevara; o el del equipo encargado de poner
en funcionamiento en tiempo y forma el acueducto de Santiago de Cuba,
encabezado por el Comandante Ramiro Valdés. Es decir, el fracaso absoluto.

Entonces, si se sabe, ¿por qué se hace? Porque lo importante no es
"actualizar" el modelo sino seguir perdiendo el tiempo. Y nadie mejor
que Raúl Castro para encabezar esa tarea.

http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/raul-castro-pretende-desactualizar-el-modelo-281725

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