jueves, 3 de julio de 2014

Inspectores sanguijuelas de un gobierno que viola sus leyes

Inspectores sanguijuelas de un gobierno que viola sus leyes

Los negocios privados –que el Estado autoriza bajo el nombre de

cuentapropismo- son una violación constitucional; porque en el

socialismo todos los medios de producción están en poder del Estado

miércoles, julio 2, 2014 | Ernesto Aquino



LA HABANA, Cuba- Los vendedores ambulantes no son nuevos, siempre los

hubo, a pesar de las prohibiciones. Pero en los últimos diez años, han

sobrepasado los pronósticos. Son muchos, cada vez más, son una epidemia.

Hombres y mujeres, de todas las edades, que eligen vender en las calles,

como un recurso emergente para paliar sus necesidades económicas.



Lo realmente sorprendente, no es la cantidad de personas incorporadas a

esta modalidad de trabajo ambulante, sino el elevado número de

carretilleros ilegales que circulan por toda la ciudad.



Orestes, un albañil de 63 años –prefirió reservarse sus apellidos para

"evitarse complicaciones"– decidió vender en las calles productos

agrícolas, porque "me dediqué a la albañilería durante 30 años. Ya mi

rendimiento no era el mismo; además, hay muchos jóvenes incorporados a

ese oficio, lo que hace la competencia muy desigual".



Según explicó Orestes, "recorro todos los días la ciudad vendiendo

viandas y frutas; es verdad que paso mis sofocones (sustos), ya que yo

no tengo licencia para vender, pero malo que bueno voy sacando mi

ganancia diaria".



El albañil, como tantos carretilleros ilegales, alegan que la licencia

no los libra del acoso de los inspectores estatales, quienes por

cualquier detalle que les parezca una irregularidad les imponen multas

de hasta 1500.00 pesos moneda nacional (70.00 dólares); sin embargo,

"por vender sin Licencia la multa es sólo de 100.00 pesos MN" (5.00

dólares).



"¿Qué le parece, mi amigo?" –agregó– "Es más negocio estar de ilegal que

dentro de la ley; porque total, no tienen la más mínima consideración;

no les importa que pagues tu Licencia y trates de ganarte la vida

honradamente".



Otro carretillero de 38 años, dedicado a la venta de útiles para el

hogar, confeccionados con aluminio, a quien todos llaman "Pipo", se

refirió a los inspectores llamándolos "sanguijuelas".



"Oye, esa gente son unos abusadores. No te pueden ver parado en una

esquina, ni a media calle o en un portal público, ni siquiera para tomar

un descanso –a menos que los "toques" (darles algún dinero)–. Imagínate,

quieren que vendamos la mercancía caminando, como si no fuera suficiente

todo lo que tenemos que andar bajo el sol, subiendo y bajando lomas y

teniendo que lidiar con las irregularidades y roturas de las calles, que

parece que las han bombardeado. Es cierto que somos ambulantes, pero

también somos humanos", –concluyó.



Coincidiendo con los criterios anteriores, Mabel (la china), una robusta

joven de 30 años que tiraba de su carretón cargado de frutas y verduras,

parecía tener sus cuentas muy bien sacadas:



"Mira brother –me dijo sonriente–, es cierto que la Licencia de Vendedor

de productos agrícolas en forma ambulatoria (como también se titula este

tipo de Licencia) es una cuota consolidada mínima de 70.00 pesos MN

(unos 3 dólares aproximadamente), pero nadie parece reparar en la

inversión que tenemos que hacer, ni en lo difícil que resulta vender, ya

que la competencia es mucha".



Mabel se refirió a los que ella calificó como los "ambulantes

estacionarios", quienes "se pasan todo el día vendiendo en un lugar fijo

sin que nadie los moleste", y explicó que "estos personajes son

informantes de la policía, a quienes los inspectores no pueden tocar; y

claro, como venden en puntos fijos que, además, son los lugares más

concurridos, pues obtienen grandes ganancias con mucho menos esfuerzo.

¿Dime algo, brother?"



No fue posible obtener información de los cuentapropistas ambulantes con

Licencia para vender. Los pocos entrevistados que aceptaron responder

alguna pregunta, alegaban que no querían tener "nada que ver con

periodistas independientes".



La crísis económica que afecta a las familias cubanas, asociada con los

bajos salarios y el alza de los precios de los productos de primera

necesidad, ha agudizado el problema de la corrupción y las ilegalidades;

pero como dijera uno de los entrevistados, que prefirió guardar absoluto

anonimato, "ya de por sí, los negocios privados –que el Estado autoriza

bajo el nombre de cuentapropismo- son una violación constitucional;

porque en el socialismo todos los medios de producción están en poder

del Estado, que es el único que "garantiza el sistema económico

socialista", como lo establece –entre otros- el segundo párrafo del

Artículo 45, en su Capítulo VII"



"De manera –concluyó el entrevistado anónimo– que los trabajadores por

cuenta propia que ejercen su trabajo al margen de la ley (como los

carretilleros y otros) sólo son el reflejo de un sistema de gobierno que

corrompe la legalidad violando sus propias leyes.



Source: Inspectores sanguijuelas de un gobierno que viola sus leyes |

Cubanet -

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