martes, 8 de julio de 2014

La dañina planificación que heredamos del Che Guevara

La dañina planificación que heredamos del Che Guevara

"La planificación constituye un proceso político-ideológico que expresa

la voluntad de priorizar el aporte a la sociedad por encima de cualquier

interés colectivo o individual" –afirma el Diario Trabajadores– Mientras

el interés del estado prime sobre el interés individual, seguiremos

anclados en la economía que preconizaba el Che Guevara en los años 60

martes, julio 8, 2014 | Orlando Freire Santana



LA HABANA, Cuba -El semanario Trabajadores, en su edición del lunes 30

de junio, dedica su sección de Economía al tema de la planificación.

Entre las ideas expuestas me llamó la atención una, que sintetiza una de

las contradicciones en que se debate la economía cubana: "La

planificación constituye un proceso político-ideológico que expresa la

voluntad de priorizar el aporte a la sociedad por encima de cualquier

interés colectivo o individual".



O sea, que uno de los pilares de la actualización del modelo económico,

la autonomía de las empresas, que supone la puesta en primer plano del

interés material de los colectivos empresariales, debe de subordinarse a

las directivas de la planificación centralizada, que responde a la

voluntad del aparato de poder.



Para colmo no nos hallamos aún en presencia de una planificación

financiera, portadora de un control indirecto sobre las empresas, sino

que seguimos anclados en la planificación material, la que preconizaba

el Che Guevara en los años 60, y que no dista mucho de esa especie de

"economía de guerra", en la que los niveles superiores dejan poco margen

de maniobra a las entidades de base.



Otra de las incongruencias de la planificación es que, a pesar de

presentarse como un mecanismo que tiende al ahorro de recursos, deviene

con frecuencia en un episodio de despilfarro, unas veces por

desconocimiento de los planificadores, y otras por acciones premeditadas.



Esto último lo podemos constatar, entre otros casos, en la labor de los

planificadores de las empresas. Ellos, con tal de asegurar los recursos

que permitan cumplir las metas asignadas, y quizás considerando los

muchos imponderables que puedan aparecer— falta de medios de transporte,

incumplimiento en las contrataciones, etc.—, informan sus necesidades

sobredimensionadas.



Precisamente, en la más reciente reunión del Consejo de Ministros, la

contralora general de la República, Gladys Bejerano, incluyó esa

deficiencia entre los hechos de indisciplina, ilegalidad y corrupción

administrativa. Bejerano indicó que al no partirse de una base objetiva

para la planificación, "se propicia la sobreestimación de la demanda de

insumos y materias primas, la que en un inadecuado ambiente de control

favorece la creación de productos excedentes que nutren el desvío de

recursos y la apropiación indebida". Y aunque no lo dijo, es muy

probable que la Contralora estuviese pensando en el hipotético desvío de

esos recursos estatales para el trabajo por cuenta propia, una de las

acusaciones de las autoridades a ese sector emergente de la economía.



Uno de los mitos referidos a la planificación, y que se desinfla año

tras año, es la participación de los trabajadores en la confección de

los planes de las entidades. Ellos participan en asambleas y sugieren

cifras en las distintas categorías del plan; cifras que casi nunca son

tomadas en cuenta cuando los organismos superiores les bajan los planes

directivos a las empresas.



A propósito, la edición extraordinaria no. 21 de la Gaceta Oficial de la

República de Cuba, de reciente aparición, contempla siete indicadores

directivos que las empresas deben cumplir en lo adelante: las ventas

netas totales, las utilidades del período, el encargo estatal, las

ventas para la exportación, el aporte por el rendimiento de la inversión

estatal, la rotación del capital de trabajo, y el aporte en divisas.

Como puede apreciarse, lo esencial del trabajo de una empresa se resume

en estas metas que provienen "de arriba"



Al parecer, los gobernantes cubanos no quieren aprender la lección china

o vietnamita. Esas naciones han demostrado que para acceder al bienestar

económico, en el binomio planificación-mercado, es menester que el

segundo elemento lleve la mejor parte.



Source: La dañina planificación que heredamos del Che Guevara | Cubanet

-

http://www.cubanet.org/opiniones/la-danina-planificacion-que-heredamos-del-che-guevara/

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