lunes 21 de julio de 2008 15:17 GYT
Por Marc Frank
LA HABANA (Reuters) - Las especulaciones sobre un enfriamiento en las
relaciones de Cuba y Venezuela cuando Raúl Castro asumió la presidencia
desaparecieron a medida que ambos profundizaron y dieron una proyección
regional a sus lazos.
Algunos expertos pensaron que Raúl Castro podría no mantener la cercana
relación que su hermano Fidel forjó con su aliado socialista, el
presidente venezolano Hugo Chávez.
Los aliados revolucionarios pretenden redefinir con sus proyectos el
mapa político de América Latina, mostrando que hay alternativas al
capitalismo y a su principal promotor, Estados Unidos.
Desde hace años tienen un acuerdo de petróleo por servicios, según el
cual Venezuela envía 92.000 barriles diarios de crudo a Cuba a cambio de
los servicios de decenas de miles de médicos y otros técnicos cubanos.
Pero también reportaron más de 300 proyectos de cooperación en el 2007 y
bancos venezolanos están financiando 58 proyectos de manufactura en la
isla y apoyando una decena de programas para el desarrollo agrícola este
año.
"Fidel Castro y Hugo Chávez estuvieron desde el comienzo decididos a
llevar la relación entre sus países más allá del canje de petróleo por
médicos, hacia algo mucho más amplio y con un profundo impacto
regional," dijo Dan Erikson, un experto del centro de estudios
Inter-American Dialogue en Washington.
"Raúl Castro está muy interesando en ir más allá de una alianza basada
en personalidad y crear acuerdos sostenibles e institucionales. Eso
ayudó a cementar la relación de Cuba y Venezuela," añadió.
RIQUEZA PETROLERA
Venezuela, beneficiada por los altos precios del petróleo, está
comprando cosechadoras de arroz y sistemas de riego en la zona central
de la isla, ayudando a mejorar la producción de fertilizantes y
construyendo fábricas en la ciudad oriental de Santiago de Cuba.
Ambos países acordaron también la creación de unas 30 empresas mixtas,
la mayoría después de que Raúl Castro reemplazó interinamente a su
hermano Fidel hace dos años.
Y algunos de esos proyectos son gigantescos para estándares cubanos.
El complejo petroquímico de 5.000 millones de dólares que está siendo
levantado en la refinería de Cienfuegos, unos 256 kilómetros al sudeste
de La Habana, representa más inversión directa que cientos de
emprendimientos occidentales realizados entre 1995 y el 2000.
Hay además otros proyectos, desde oleoductos a expansiones de refinerías
y renovaciones de puertos para barcos cisterna.
Venezuela está financiado obras por 700 millones de dólares para echar a
andar una planta de níquel en la provincia oriental de Holguín. El
mineral será enviado a Venezuela para ser procesado en acero inoxidable
por una empresa mixta en la que Cuba tiene una participación del 49 por
ciento.
Están siendo creadas además empresas en telecomunicaciones, pesca,
agricultura, construcción de barcos, trenes y cemento.
Aunque los lazos económicos entre ambos países son mantenidos en
secreto, el ex presidente cubano Fidel Castro los situó en 7.000
millones de dólares anuales antes de enfermar en julio del 2006 y
transferir el poder a su hermano Raúl.
Demasiado enfermo para retornar al poder, Fidel Castro renunció en
febrero pasado y el Parlamento eligió formalmente a Raúl Castro como
presidente.
La mayoría de los proyectos mixtos de energía se centran en PetroCaribe,
una iniciativa venezolana para ofrecer petróleo en condiciones
preferenciales de financiamiento a 15 países del Caribe y América Central.
Para Cuba, cuya economía está debilitada por la ineficiencia, 46 años de
embargo comercial estadounidense y el duro golpe de la desintegración de
su antiguo benefactor la Unión Soviética, la ayuda de Venezuela ha
traído mejoras.
La vida cotidiana sigue siendo difícil según parámetros occidentales,
pero hay menos apagones, autobuses subsidiados vuelven a circular por
las calles y están siendo mejoradas las clínicas, escuelas, obras
sanitarias y carreteras.
El peligro, dicen expertos, es que Cuba se vuelva tan dependiente de
Venezuela como lo fue de la Unión Soviética durante la Guerra Fría.
"Para Cuba es la mejor oportunidad disponible, aunque implique peligros,
pues se vuelve dependiente de la permanencia de Chávez en el poder y la
continuidad de su generosidad," opinó Bert Hoffmann, un experto del
German Institute of Global Area Studies en Hamburgo.
(Editado por Silene Ramírez)
http://lta.reuters.com/article/domesticNews/idLTAN2130609120080721?sp=true
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