Fernando Ravsberg
24/07/2008, 03:11 PM
Desde el mismo triunfo de la Revolución, el gobierno cubano advirtió a
su pueblo y al mundo sobre la posibilidad de ser atacados por Estados
Unidos. Cinco décadas después parece descubrir a otro enemigo que,
sutilmente, invadió ya la isla.
Marabú, marabú y más marabú, es lo que se encuentra en los campos
cubanos. El 50% de las tierras están sin cultivar, una gran parte de
ellas ocupadas por este arbusto espinoso, muy resistente, de rapidísima
reproducción y que no sirve absolutamente para nada.
Dicen que no es oriundo de la isla. Al parecer fue importado por un
cubano amante de las plantas exóticas. Hoy es una plaga que solo puede
combatirse con las manos y el tesón del campesino, sembrando y sembrando.
Porque realmente el marabú solo nace y crece en aquellas parcelas que no
son trabajadas, lo cual demuestra que lejos de ser el culpable, es
apenas una de las consecuencia, la más visible, del desastre agrícola
que afecta al país.
Un diputado del Parlamento y conocido dirigente juvenil, me explicaba
hace unos días que "llegó un momento en que era más barato importar los
alimentos que producirlos" y justificó este hecho diciendo que era más
fácil comprar el pollo que los piensos para criarlo.
¿Realmente fue más barato?, ¿Cuánto costará ahora volver a levantar la
agricultura cubana?, ¿Dónde queda el concepto de "seguridad
alimentaria"?, ¿Hasta qué punto hay garantías cuando se compra una
tercera parte de los alimentos al "enemigo imperialista"?.
El campesino hoy desconfía y no es para menos, fueron demasiados años
"alejados de la mano de Dios". Todavía no se acaban de creer que se
promoverá el trabajo individual y cooperativo por sobre las gigantescas
granjas-koljoz del Estado.
Salvo en el tabaco -donde los inversores extranjeros exigen determinadas
calidades y cantidades de producción- en el resto del país las granjas
fueron "la alternativa socialista" ante "el individualismo" del pequeño
campesino.
Tal vez, esas granjas creen más conciencia política y social que la
pequeña propiedad, no lo discuto, pero está probado que no crean
riquezas, que en este caso se trata de alimentos para la población, para
las escuelas, los hospitales y la mesa de los cubanos.
Casi el 40% de las tierras entregadas hace años por el Ministerio del
Azúcar al de Agricultura están aun sin sembrar, o mejor dicho, sembradas
de marabú, mientras algunos de los campesinos con los que conversé
multiplican panes y peces con menos de una caballería.
Me dijeron que "más peligroso que el marabú es la burocracia", mientras
me mostraban 45 caballerías, "manejadas" por un diputado del parlamento
que lleva 15 años sin sembrarlas. La última semana les pasó el arado
para que no se las declaren ociosas.
Un buen movimiento de tierra que tiene como único objetivo impedir que
el gobierno las reparta entre los campesinos de la zona. Seguramente el
diputado no llegará al extremo de sembrarlas por lo que el marabú
encontrará un campo más fértil.
Donde el arbusto no parece encontrar espacio es en las fincas
particulares e incluso en muchas cooperativas. Estos días estuve en una
de ellas, que tiene sembrado hasta los bordes del camino. Parecía que me
movía por otro país.
Uno de sus secretos es que le venden parte de su producción al turismo,
abasteciendo el restaurante y el hotel de su zona. Voy a mantener en
secreto el nombre y el lugar para evitar que la burocracia "corrija" esa
violación de las normas establecidas.
Durante años se discutió sobre que políticas eran ideológicamente
correctas y la agricultura fue cuesta abajo. Se intentaba meter la
realidad dentro del modelo. Ahora parece que hay un esfuerzo por adaptar
el modelo a la realidad.
Ya el gobierno dio el primer paso, promulgando un decreto-ley que
permite la entrega de tierras a los particulares. Ahora tendrá que
luchar contra la burocracia y la ortodoxia, dos enemigos de cualquier
medida que cambie el modelo soviético.
En estos días me entero por otros colegas que las autoridades se están
reuniendo con los campesinos y pidiéndoles una lista de necesidades de
maquinaria e insumos. Dicen que Venezuela e Irán darán los créditos para
la compra.
Excelente noticia porque en el campo se necesitarán los machetes y los
herbicidas para abrir el camino y harán falta las yuntas de bueyes y los
arados para poner la semilla de donde nacerá la nueva agricultura cubana.
Es que si el General Raúl Castro quiere ganarle la guerra al marabú y
recuperar las tierras ocupadas por el enemigo, tendrá que reclutar un
ejército de campesinos, armarlo, organizar la logística y, sobre todo,
actuar con decisión y pragmatismo.
http://www.bbc.co.uk/blogs/spanish/2008/07/el_enemigo_que_invadio_cuba.html
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