Luis Cino
LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - Pedro se jubiló hace unos
meses. Inició los trámites tan pronto cumplió los 60 años. Había
esperado ese momento con ansiedad.
En vano trataron de convencerlo para que no se retirara. "Todavía estás
fuerte y saludable", le dijeron. "Por eso mismo me quiero retirar
ahora", respondió. "¿Cuándo me voy a retirar, cuando esté viejo y
enfermo y ya no sirva para nada?".
Pasó más de 40 años trabajando en la construcción. Era tiempo ya de
descansar. Ahora puede dedicar más tiempo a pasear con sus nietos.
También a pescar en el Malecón. De vez en cuando, por qué no, tomar unos
tragos con los amigos y hasta tirar una cana al aire.
El retiro es poco y no alcanza, pero no le preocupa demasiado. "No se
puede cambiar salud por dinero, y menos por poco dinero", dice. Sin el
agobio de las 8 horas de la jornada laboral se busca los pesos en
trabajos particulares de albañilería y plomería. Es mucho más de lo que
le pagaba el Estado.
Tuvo suerte, se jubiló a tiempo. Ahora, debido al anteproyecto de la
nueva Ley de Seguridad Social presentada a la Asamblea Nacional que
establece la edad de jubilación en 65 años para los hombres y 60 para
las mujeres, Pedro hubiera tenido que esperar 5 años más para la jubilación.
"Para Gardel 20 años no era nada, pero cinco años, en Cuba, es
demasiado tiempo", dice Pedro. "No porque se trabaje demasiado, sino por
las condiciones en que se trabaja. Eso, sin contar el estrés y la mala
alimentación. A los 65 años ya uno no sirve ni para sacar los perros a
orinar".
En su discurso ante la Asamblea Nacional, el presidente de los Consejos
de Estado y de Ministros, Raúl Castro, afirmó que "con adecuados
servicios de salud y una alimentación satisfactoria" los cubanos,
pueden llegar "en buenas condiciones físicas y mentales a los 60, los 65
e incluso a edades más avanzadas".
"Se retirarán justo a tiempo de caer en la cama o el sillón de ruedas,
eso si no mueren antes", comenta Pedro, "trabajarán para esta gente
hasta el último buchito".
Sin embargo, algunos jubilados, principalmente maestros y otros
profesionales, piensan reincorporarse a sus trabajos. Fueron tentados
por el ofrecimiento de recibir el salario completo. Según el general
Raúl Castro, es una vía de incrementar los ingresos de los jubilados.
También es una forma de paliar el déficit de fuerza laboral calificada,
técnica o profesional.
Como en un país desarrollado, sólo que por motivos bien distintos, la
población cubana disminuye y se hace más vieja. La tendencia parece
irreversible. La tasa de natalidad disminuyó al nivel más bajo en medio
siglo. Los jóvenes evitan tener hijos o posponen el momento de tenerlos
en espera de tiempos mejores.
Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas, la esperanza de
vida en Cuba es de 77. Las personas de más de 60 años constituyen el
16,6 % de los habitantes del país. Se calcula que en los próximos años
la tendencia al envejecimiento poblacional se agudice.
De acuerdo con cifras del Ministerio del Trabajo, para el año 2025
habrá 770 mil personas menos en edad laboral.
Para impedir que sean más los que se retiren que los que ingresen a la
vida laboral, exprimirán, por unos pesos más, las últimas energías de
los mayores de 60 años. Gracias a las nuevas reglamentaciones, se
retirarán con el 60% de sus salarios. La suma, de todos modos,
resultará insuficiente. Para entonces, serán ya ancianos, llenos de
achaques y abrumados por todo tipo de problemas. Serán poco el tiempo y
las fuerzas que les quedarán para descansar.
El proyecto de ley, que según Raúl Castro es "un nuevo paso dirigido a
que el salario recupere su papel", debe ser sometido a finales de año a
la Asamblea Nacional del Poder Popular. No se garantizan éxitos a corto
o mediano plazo. En su discurso del 11 de julio, el general-presidente
volvió a advertir contra las falsas expectativas. No era necesario. En
Cuba, a pocos les quedan expectativas.
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