Fernando Ravsberg / marzo 13, 2012
La Libreta de Abastecimientos tiende a desaparecer en medio de las
reformas económicas que impulsa el gobierno de Raúl Castro.
Hace medio siglo la naciente Revolución Cubana crea la Libreta de
Abastecimientos, un sistema de subvención y racionamiento de los
alimentos con el objetivo de garantizar que los productos básicos fueran
asequibles a toda la población.
Fue una medida prácticamente de guerra en momentos en los que se
agudizaba el enfrentamiento con EEUU, país que iniciaba un cerco
económico contra Cuba con el expreso objetivo de crear descontento
provocando hambre entre los cubanos.
La Libreta tuvo y tiene defensores y detractores. Los ciudadanos se
dividen entre quienes temen que su desaparición provoque hambre entre
los pobres y quienes creen que es más barato subvencionar a las personas
que a los productos.
Entre los detractores está el Presidente Raúl Castro, quien afirma que
la economía del país no puede seguir sosteniendo semejante gasto y ya
comenzó a eliminarla reduciendo el número de productos que se venden por
la Libreta.
Incosteable
En la actualidad Cuba gasta más de U$D 1000 millones anuales en
subvenciones a los alimentos que se entregan a través la Libreta de
Abastecimientos a todos los ciudadanos, los cuales solo pagan un 12% del
valor real de los productos.
Arroz, pollo, azúcar, leche, huevos, aceite, frijoles, espaguetis y gas
para cocinas se venden por Libreta. Las cantidades son pequeñas y
alcanzan apenas para unos 10 días pero el precio es de alrededor de U$D
1 por persona al mes.
Las bodegas, donde se venden los productos de la Libreta, están cada vez
más vacías.
Las bodegas, donde se venden los productos de la Libreta, están cada vez
más vacías. Foto: Raquel Pérez
Todos los niños cubanos reciben al nacer 1 compota al día durante su
primer año de vida y hasta los 7 años un litro de leche diario a U$D
0.10 pero después de esa edad deben comprarlo a precios altos, casi U$D
2 en las tiendas de divisas.
También la Libreta de Abastecimientos ha servido durante décadas para
entregar cuotas especiales de alimentos a personas que deben tener
dietas por prescripción médica, las cuales pueden incluir carne, leche,
viandas y vegetales.
La lenta muerte
En los años 90 Cuba abre su economía, desaparece la igualdad de ingresos
y con ella la equidad de la Libreta. Sin embargo, el gobierno mantiene
la subvención a los alimentos que beneficia por igual a los pobres y
también a quienes ganan miles de dólares mensuales.
Algunos importantes economistas sostienen desde esa época que lo más
razonable sería eliminar la libreta y subvencionar a las personas de
bajos ingresos. Finalmente, desde la presidencia, Raúl Castro los apoya
pero propone hacerlo mediante un proceso lento.
Mercedes teme que si desaparece la Libreta ella y su esposo no tengan
suficiente dinero para comer.
Continúan vendiendo algunos alimentos básicos pero paso a paso se
retiraron productos como los cigarrillos, los habanos, la pasta
dentífrica, el jabón o el puré de tomate. Estos primeros pasos ya
despertaron preocupación en la gente.
La maestra Mercedes Puerto nos dijo que "la Libreta es aun
imprescindible porque lo mínimo que dan ahí resuelve un gran problema,
si la quitaran a mí y a mi esposo lo que ganamos no nos alcanzaría para
vivir".
Sin embargo, el jubilado Emilio Roca sostiene que "la Libreta ya está
obsoleta, el papel que jugó se acabó y hay que buscar otras formas. Para
mí el problema no es la Libreta sino los salarios, es que los precios
andan por un lado y los salarios por otro".
Y después qué?
La Libreta fue clave en los 60 cuando Washington se planteaba "privar a
Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y
los salarios reales, provocar el hambre, la desesperación y el
derrocamiento del Gobierno".
En los años 80 pierde importancia porque muchos productos empiezan a
venderse "por la libre" a precios asequibles al cubano medio. Sin
embargo, en los 90 la crisis económica la convierte en la tabla de
salvación de la mayoría de los ciudadanos.
La Libreta ya no tiene importancia para una parte de los cubanos con
ingresos suficientes para comprar sus alimentos a precios de mercado.
Desaparece el bloque de países socialistas europeos, los suministros de
Cuba se reducen drásticamente y la existencia de la Libreta permite
repartir equitativamente los pocos alimentos que entran o se producen,
que son apenas suficientes para sobrevivir.
Pero Cuba cambió, una parte de la población –trabajadores autónomos,
artistas, empleados de empresas extranjeras o del turismo, receptores de
remesas, etc.- ya no necesitan la Libreta, tienen mayores ingresos y
lugares donde comprar los productos.
El problema pendiente es que ocurrirá con el 20% más pobre de la
población que hasta ahora ha comido, mal o bien, gracias a la Libreta.
El temor de muchos de ellos radica en que dudan de que la Seguridad
Social tenga la misma eficacia.
http://cartasdesdecuba.com/la-libreta-de-abastecimientos-cumple-50-anos/
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