lunes, 14 de abril de 2014

Cuba - los cambios van, aunque el General no quiera

Cuba: los cambios van, aunque el General no quiera

El hombre se ha esforzado en confundirnos con un clima imaginario y

mitológico de mejoras nacionales y de reformas radicales, por un lado

muestra a varios políticos presos, y por el otro nos esconde a presos

políticos

Juan Juan Almeida

abril 14, 2014



Durante más de medio siglo, la Revolución cubana se desarrolló única y

exclusivamente inspirada en el arquetipo poderoso y omnipresente Fidel

Castro. Imagen que ya no existe ni escondida entre los camerinos del

teatro político-económico-social actual. Es por ello que cuando alguien

me pregunta si en Cuba existen las condiciones objetivas y subjetivas

para fraguar un cambio; siempre comienzo diciendo: Depende de lo que

entendamos y queramos asumir por "Cambio".



Está claro que el tan extendido proceso llamado Revolución cubana, no

dio paso a una sociedad más justa ni más próspera ni más incluyente,

sino a un extraño e irracional colapso que aún dura. El secuestro de

todos los poderes, judicial y ejecutivo, dio al traste con la

desprotección del ciudadano, e impuso la desidia y el miedo; como esa

singular combinación que existe entre una taza de café con leche y un

trozo de pan con mantequilla.



La vieja teoría asiática que habla de los dos elementos se basa en la

idea de que todos los fenómenos del universo son el resultado del

movimiento y la mutación de varias categorías. Lo bueno y lo malo, lo

lindo y lo feo, el ying y el yang.

La presencia del Ministro de Relaciones Exteriores, del jefe del

departamento político del Comité Central del Partido Comunista, y la

desacertada intervención del Presidente de la República de Cuba, durante

el acto de clausura del recién celebrado VIII Congreso de la UNEAC, fue

una pésima puesta en marcha de esta vieja teoría, y una desastrosa

estrategia para mostrar la autoridad del Gobierno y el Estado, a la vez

que se intentó reconquistar a una intelectualidad que como ya todos

sabemos figura por obstinación, comprometimiento, inercia o

aburrimiento, pero que desde hace tiempo, debido a estas mismas razones,

se desmarcó de la Revolución.

El gobierno de la isla, ante la pronta e indetenible desaparición de su

líder-guía-sacerdote y ejemplo, consigue entretener hablando de

transformación, al tiempo que nos intimida dejando muy claro el lugar de

cada cual en su cadena de mando, ojo con esto. Muchas veces hemos visto

reprimir a voces disidentes que surgen dentro de la isla, utilizando a

pacientes con trastorno mental, como bipolaridad y esquizofrenia, que

sin medicación adecuada adoptan comportamientos de extrema violencia.

Indignante.



Me pregunto qué hacen los representantes de organismos internacionales,

o qué dirán esas sensibles y apasionadas personas que decidieron

defender con vehemencia y malhumor el juramento hipocrático al saber que

enfermos mentales son usados cual armas letales.



El 14 de abril de 1912, el Titanic, para entonces el barco más seguro

del mundo, chocó contra un iceberg y, mientras se hundía, la orquesta

tocaba. De todas todas, quiera el General o no; el cambio viene, aunque

tengo que admitir que desde el año 2008 el hombre se ha esforzado en

confundirnos con un clima imaginario y mitológico de mejoras nacionales

y de reformas radicales, por un lado muestra a varios políticos presos,

y por el otro nos esconde a presos políticos (aquí, el orden de los

factores sí altera el producto).



Según la biblia del marxismo, El Manifiesto Comunista, una

transformación de la estructura de clases exige un cambio en el orden

social, y una revolución política.



La Habana decidió echar a andar su viejo y oxidado reloj porque se le

convirtió en tremenda retranca.



Source: Cuba: los cambios van, aunque el General no quiera -

http://www.martinoticias.com/content/cuba-los-cambios-van-aunque-el-general-no-quiera/34047.html

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