miércoles, 23 de abril de 2014

Por qué se odia al capitalista?

¿Por qué se odia al capitalista?

MIÉRCOLES, 23 DE ABRIL DE 2014 00:05 ESCRITO POR JOISY GARCÍA MARTÍNEZ



Cuba actualidad, El Guatao, La Habana, (PD) Si consultamos cualquier

diccionario de la lengua española, podremos comprobar que el término

capitalismo no significa más que el nombre masculino que se emplea para

identificar el sistema político y social basado en la propiedad privada

sobre los medios de producción, que le concede importancia al capital

como generador de las riquezas, y a los mecanismos del mercado.



El capitalismo está fundamentado sobre la posibilidad de hacer

fructificar el dinero, permitiéndonos legalmente hacer lo que nos plazca

con nuestra propiedad individual para obtener ganancias.



Algunos denominan inmadura y erradamente capitalista hasta a quien

ahorra y consume menos de lo que podría... sin pensar tan siquiera en

que esos honestos empresarios, con sus inversiones son (y ha quedado

demostrado), al fomentar ahorros y empleos, el alma viva de una nación.



Todos concordarán en que para ser una nación prospera se necesita

trabajar muy duro. Eso se aplica especialmente a los cubanos, ante tanta

devastación provocada por el experimento castrista.



Si me preguntaran cómo podríamos recomponer nuestro error, respondería

que utilizando los capitales, sean extranjeros o no, para producir lo

que se necesita. Desde luego, se debe renunciar a gastar parte de lo que

consumimos, es decir, ahorrar para invertir.



Las sociedades más ricas son aquellas que fomentan el ahorro, animando a

los empresarios, protegiendo la propiedad privada, permitiendo la libre

inversión del capital, resguardando estrictamente la libertad

empresarial de todos, y sobre todo, impidiendo que los impuestos y

mandatos burocráticos asfixien a las clases productoras.



Es correcto, noble y digno de encomio, el deseo de ayudar a los

necesitados, máxime cuando sale honestamente del corazón, sin que

ninguna amenaza gubernamental obligue a promover o sustituir

artificialmente la felicidad que causa y sentimos al ayudar

voluntariamente a los demás. Pero, ante la dicotomía entre la ficción y

la realidad, es decir, la imperfecta condición humana, tenemos que tener

presentes los problemas que hasta hoy no hemos podido solucionar, y que

solo Dios solucionará cuándo estime pertinente.



La diferencia entre las sociedades ricas y las sociedades pobres

estriban esencialmente en la acumulación de capital en formas de ahorros

bien invertidos en bienes de capital.



Designar al agente económico que posee o controla los medios de producir

riqueza por su condición o inclinación político-filosófica no es

simplemente una agresión estatal, sino un acto de colectiva

irracionalidad discriminatoria.



Según Adam Smith, los seres humanos siempre han poseído una fuerte

tendencia a realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por

otras.



No encuentro lógica a la nueva Ley de Inversiones Extranjeras. Deben

tener prioridad los emprendedores y no los oportunistas que se

aprovechan de las ventajas concedidas por el Estado.



Al capitalismo, al igual que al dinero y la economía de mercado, se les

atribuye un origen espontáneo y natural.



Toda persona tiene el derecho y la capacidad de decidir por sí misma qué

es mejor para ella. Se debe actuar en consonancia con lo que nos plazca,

con respeto para todos y cada uno de nuestros semejantes. Esa es la

esencia de una sociedad civilizada.



La etimología nos dice que la palabra capitalista proviene del latín

caput, cabeza. En verdad, eso, la cabeza, lo que algunos no han sabido

utilizar correctamente para ese embrollo que constituye el hacer crecer

el capital.



Recordemos que estamos ante la rebelión de la inteligencia contra la

razón humana.



Nos enfrentamos hoy al más transcendental de todos los credos radicales

de la historia: el socialismo. En el caso de Cuba, a la versión

castrista del socialismo.



Solamente protegiendo al capitalista y a las inversiones y teniendo en

cuenta varios aspectos de los analizados aquí podremos salir de la

esclavitud económica y política en que estamos hundidos desde hace

muchos años.



Ante tanta corrupción semántica, entre socialismo, capitalismo o

muerte... prefiero el Anarco-capitalismo. ¡Sí, soy capitalista libertario!



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Source: ¿Por qué se odia al capitalista? | Cuba noticias

actualidad.Periodismo independiente. -

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