Es razonable invertir en Cuba?

¿Es razonable invertir en Cuba?

La visita de Vladimir Putin a La Habana tampoco es señal de disponer

generosamente de su caja de caudales

viernes, julio 11, 2014 | Jorge Olivera Castillo



LA HABANA, Cuba -Los empresarios extranjeros miran hacia Cuba de reojo.

No se deciden a poner sus dineros en la Zona Franca del Mariel o en

otros sitios habilitados para maquillar el socialismo.



Raúl Castro no pierde tiempo en tender nuevas trampas para que los

hombres de negocios de Europa y parte de América Latina caigan en la

red, pero su labor parece condenada al fracaso.



Por un lado le acaban de endilgar 15 años al ejecutivo empresarial

canadiense Cy Tokmakjian, en uno de los tribunales de La Habana donde el

fiscal suele ser un títere, los jueces un eficiente equipo de tarugos y

el abogado una pieza ornamental. Con ese elenco la condena está

asegurada. Estas puestas en escenas se han repetido tantas veces que ya

conocemos de antemano el desenlace.



En este caso, el acusado de presuntos delitos de corrupción estuvo tras

las rejas más de 24 meses sin cargos. Por si fuera poco, fueron

rechazados 14 de los 18 testigos propuestos por la defensa, entre ellos

expertos internacionales.

Anteriormente, un coterráneo, Sarkis Yacoubian, pasó la misma prueba.

Por suerte para él, ya se encuentra a buen recaudo. Antes de regresar a

Canadá, hace pocos meses, permaneció en una celda durante más de dos

años. En 2012 lo sentenciaron a nueve, también por supuestas

"transacciones comerciales ilegítimas".



Es probable que por tratarse de extranjeros hayan moderado la farsa,

pero no hay dudas sobre la manipulación del proceso. ¿Acaso puede haber

un juicio justo donde el poder judicial permanece supeditado al partido

comunista?

Otra de las causas para que la masiva inversión en Cuba no llegue es la

reciente multa del gobierno de Estados Unidos al banco francés BNP

Paribas, por hacer negocios con entidades asentadas en la Isla.

La sanción de casi 9 000 millones de dólares, por violar las leyes del

embargo, podría ser la mayor impuesta por Washington.



Con este clima de inseguridad es improbable que fructifique la idea de

apuntalar el modelo neoestalinista con el capital de las transnacionales.



Ni los chinos han mordido la carnada. Solo vienen a olerla para

convencerse de que se trata de una figura de atrezzo. Si acaso, dejan

varios alijos de sonrisas, alguna que otra ayuda humanitaria, un puñado

de inversiones de poca monta y promesas sin racionamientos.



La visita de Vladimir Putin a La Habana tampoco es señal de que vaya a

disponer generosamente de su caja de caudales. Bastante hizo al condonar

el 90% de la deuda adquirida durante la época de las vacas gordas. Con

Mijaíl Gorbachov se acabó la fiesta y llegó la crisis que todavía

padecemos ¿Qué tiempo se hubiese necesitado para devolver los más de 30

000 millones de rublos?



Para quedar convencidos de que no saldremos del bache, mientras gobierne

la camarilla verdeolivo, baste saber que el Banco de Irlanda emitió una

alerta roja a sus clientes que tienen intereses comerciales en Cuba.

En pocas palabras y en buen cubano, puso el parche antes que saliera el

grano.



En su discurso de clausura del Tercer Período Ordinario de sesiones de

la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Raúl

Castro repitió la monserga de siempre.



Ninguna novedad. Todo igual o casi igual desde que asumió las riendas

del poder en el 2006. La economía dando bandazos y la sociedad cada vez

más huérfana de esperanzas.



oliverajorge75@yahoo.com



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