República Checa considera prematuro suprimir las sanciones de 2003
Fuentes diplomáticas creen que la postura checa es más bien táctica, y
que Praga busca contrapartidas en otras negociaciones en curso dentro de
la UE.
Agencias | 10/06/2008
La República Checa consideró este lunes que es prematuro suprimir
definitivamente las sanciones diplomáticas adoptadas por la Unión
Europea contra la Habana en 2003, reportó EFE.
Praga ratificó su postura durante una reunión técnica en la que los
Veintisiete no consiguieron llegar a un consenso sobre la revisión de
sus relaciones con el gobierno de la Isla, informaron fuentes
diplomáticas citadas por EFE.
La mayoría de los países del bloque defiende que la revocación de las
medidas de 2003, cuya aplicación está congelada desde 2005, ayudaría a
que la apertura del régimen fuera irreversible.
Las sanciones pedían a los gobiernos europeos limitar las visitas
gubernamentales de alto nivel a Cuba, reducir el nivel de la
participación en acontecimientos culturales en la Isla, e invitar a los
disidentes a las celebraciones de fiestas nacionales en la embajadas
europeas.
Aunque estén congeladas, La Habana exige su levantamiento definitivo
como condición para el diálogo.
Los socios comunitarios intentan reconciliar sus divergencias antes del
Consejo de Ministros de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores, que
el día 16 revisará, como cada año, las relaciones con la Isla, para lo
que se precisa unanimidad.
Pero el segundo encuentro de los funcionarios nacionales enviados al
Comité para América Latina (COLAT) se cerró el lunes sin un compromiso,
según asistentes a la reunión.
Fuentes de la delegación checa recalcaron a EFE que Praga no ve cambios
de base sustantivos en el régimen cubano, pese a la renuncia de Fidel
Castro, y calificaron de cosméticas las medidas anunciadas por el
gobierno de Raúl Castro.
Por ello, consideran todavía prematuro un levantamiento de las
sanciones, impuestas a La Habana hace cinco años por la ejecución de
tres hombres que secuestraron una embarcación de pasajeros y el
encarcelamiento de 75 opositores.
Praga defiende además una doble vía: que todas las delegaciones de alto
rango que acudan a la Isla para negociar temas políticos reclamen un
mayor respeto a los derechos humanos y reformas en el país, y que se
reúnan con la oposición democrática interna.
Pero fuentes diplomáticas de los países favorables a la revocación de
las medidas creen que la excepción checa es más bien táctica, y que
Praga busca en realidad contrapartidas en otras negociaciones en curso
dentro de la Unión Europea (UE).
España está en el grupo de países que tacha de "inútil" la política de
sanciones impuesta durante la etapa en que era presidente del gobierno
español el conservador José María Aznar, y se declara "optimista" sobre
un cambio de rumbo desde Bruselas.
A juicio de Madrid, el régimen cubano usa las medidas de 2003 como "una
última excusa" para no abrir un diálogo con la UE en el que se incluyan
también los temas de derechos humanos.
La posición de Madrid es que deben eliminarse las sanciones y al mismo
tiempo los europeos deben reiterar la petición de libertad para los
presos políticos y establecer contactos con la sociedad civil, en un
nuevo espacio de diálogo que debería también evaluarse cada año.
La discusión continuará a partir de este miércoles en el Comité Político
y de Seguridad (COPS), integrado por embajadores en Bruselas, aunque los
participantes creen complicado cerrar un acuerdo a este nivel antes de
la reunión en Luxemburgo de los ministros de Asuntos Exteriores, el día 16.
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