Inminente una batalla por el petróleo cubano
WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
La batalla por el petróleo cubano está a punto de estallar a 50 millas
de las costas de Estados Unidos.
En el ámbito de una angustiosa crisis mundial por los precios del
combustible y de candentes disputas sobre la opción de explorar en aguas
costeras de Florida, las perforaciones en las cercanías de Cuba
comenzarán en el 2009 en franca tentación a las corporaciones petroleras
de un país que busca desesperadamente nuevas fuentes de energía.
El consorcio español Repsol-YPF tiene previsto iniciar un segundo sondeo
en aguas profundas del Golfo de México en la primera mitad del próximo
año, según confirmó el Ministerio de la Industria Básica de Cuba.
Repsol-YPF está asociado desde el 2006 con las firmas Norks-Hydro
(Noruega) y ONGC (India) para acometer perforaciones en seis bloques
marítimos de la llamada Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Cuba, donde
los estudios preliminares confirmaron la existencia de petróleo.
La actividad en la ZEE podría multiplicarse si las restantes seis
compañías foráneas que han firmado convenios con la estatal cubana CUPET
siguen los pasos de Repsol-YPF. Otra poderosa entidad podría entrar en
la ecuación negociadora: Petrobras, de Brasil.
Aunque la firma brasileña no ha hecho aún el anuncio oficial, fuentes
vinculadas a CUPET dijeron a El Nuevo Herald que Petrobras ya decidió
sumarse a los planes de exploración en cinco bloques de la ZEE.
No está claro si Petrobras asumiría bloques de la ZEE aún no concedidos
o si compartiría participación en el contrato de otras compañías que
tienen bloques asignados y carecen de la tecnología requerida para
perforar en aguas profundas.
De todas formas, las miras están puestas justamente en el 2009, cuando
llegará un nuevo mandatario a la Casa Blanca y pudiera producirse un
giro en la política de Estados Unidos hacia Cuba, con una
flexibilización en las clavijas del embargo.
"La industria petrolera cubana mar afuera está llamada a convertirse en
un catalizador de las relaciones entre Washington y La Habana'', opinó
el ex ejecutivo petrolero Jorge Piñón, investigador del Centro de
Política Hemisférica de la Universidad de Miami.
Piñón considera que las exploraciones en aguas cubanas, a escasas millas
de Cayo Hueso, detonarán inevitablemente la moratoria que impide
realizar perforaciones en los límites marítimos de la Florida al menos
hasta el 2010.
Los altos precios del petróleo han terminado por inclinar al presidente
George W. Bush a favor de la explotación petrolera en las inmediaciones
marítimas de Estados Unidos. Esta semana Bush envió al Congreso una
propuesta que, de ser aprobada, dejaría sin efecto la moratoria a las
perforaciones.
El giro de Bush marcó también el paso de otros líderes republicanos de
la Florida, como el gobernador Charlie Crist, tradicionalmente
partidario de mantener intactas las aguas del Golfo de México.
El apoyo del candidato presidencial John McCain a las perforaciones en
aguas costeras se sumó a la controversia acerca del tema y sacó a la luz
sensibles divisiones en las filas republicanas de la Florida.
Pero el asunto no es sólo de política doméstica.
La discusión sobre la apertura de las costas floridanas a la inversión
petrolera no puede desvincularse del diferendo con Cuba y el acuerdo
para delimitar las fronteras marítimas entre ambos países, vigente desde
1977.
El tratado marítimo fue firmado durante la presidencia de Jimmy Carter y
fija una línea de 300 millas, equidistante de los territorios de Cuba y
Estados Unidos. Sin embargo, nunca fue ratificado por el Senado y se
mantiene activo desde entonces mediante el intercambio de cartas
diplomáticas cada dos años.
A comienzos del pasado año, el senador Bill Nelson, demócrata por la
Florida, envió una carta al presidente George W. Bush solicitándole que
ponga fin al tratado limítrofe para asegurar la protección del medio
ambiente y la industria turística del estado, en abierta oposición a las
perforaciones en la ZEE cubana.
"Estoy dispuesto a trabajar con usted para asegurar no sólo la
protección de la Florida, sino también para prevenir que el régimen de
Castro pueda enriquecerse bajo nuestro consentimiento'', escribió Nelson
en la misiva a Bush.
La postura de Nelson tiene el respaldo de los congresistas
cubanoamericanos de la Florida, quienes se oponen radicalmente a la
ratificación del acuerdo.
"Creo que debe ser claro el mensaje de que no permitiremos al régimen
cubano poner en peligro las costas de la Florida'', señaló el senador
republicano Mel Martínez a El Nuevo Herald. "Eso quiere decir que me
opongo a renegociar con ese régimen un acuerdo de hace 30 años que se
puso en efecto para nuestros intereses comerciales de pesca y nada tiene
que ver con exploraciones en busca de petróleo''.
Incluso la congresista Ileana Ros-Lehtinen es promotora de una
legislación que pretende imponer sanciones a subsidiarias de compañías
estadounidenses que inviertan más de $1 millón en el desarrollo
petrolero de la isla, y congelar los fondos de firmas extranjeras que
participen en el programa de perforaciones en la ZEE cubana.
Pero los analistas consideran que no habrá forma de detener la actividad
en las aguas cubanas.
"Cuba va a explorar, eso creo que queda claro para todos'', comentó
Philip Peters, analista de asuntos cubanos del Instituto Lexington, con
sede en Virginia. "Me sorprendería que la Casa Blanca abandonara ese
acuerdo de definición de fronteras, pues crearía un caos legal que nada
serviría a nuestros intereses en la región''.
El acuerdo con Cuba parte del mismo basamento legal con que se fijaron
tratados de limitación de fronteras con México y Bahamas.
No obstante, todas las rutas hacia el petróleo cubano siguen apostando
por un relajamiento del embargo, equivalente al que propició las ventas
de productos agrícolas a la isla a partir del 2001.
Tras un primer estudio de prospección en el 2004, los planes iniciales
de Repsol-YPF eran iniciar las perforaciones en el 2008, pero en dos
ocasiones el proyecto fue postergado sin ofrecerse explicaciones.
En marzo, la ministra de la Industria Básica, Yadira García, dijo que el
gobierno y la firma española estaban negociando con terceros países la
contratación de una plataforma para realizar los trabajos en aguas
profundas.
Un representante de Repsol-YPF en Madrid declinó hacer comentarios a El
Nuevo Herald y aseguró que todo marchaba según lo previsto.
La creciente demanda de plataformas de exploración en el mercado mundial
y el encarecimiento de los contratos de renta del equipamiento
tecnológico estarían también retrasando los proyectos de las firmas
foráneas en la ZEE. El alquiler promedio de una plataforma
semisumergible para estos trabajos asciende actualmente a unos $332,000
diarios.
Los expertos indican que el desarrollo de un pozo petrolero en aguas
profundas se calcula en unos tres años, porque la perforación requiere
explorar una serie de yacimientos adyacentes para que la inversión
resulte rentable.
"El futuro petrolero de Cuba está a la vuelta de la esquina y los
pronósticos son muy alentadores'', apuntó Piñón.
Este artículo es parte de una investigación realizada por El Nuevo
Herald desde finales del 2007. Los mapas y gráficos fueron especialmente
diseñados por el geógrafo Armando H. Portela.
http://www.elnuevoherald.com/noticias/america_latina/cuba/story/231138.html
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