lunes, 6 de junio de 2011

EN TORNO A LA "DUREZA" DEL PROCESO DE REFORMAS EN CUBA

EN TORNO A LA "DUREZA" DEL PROCESO DE REFORMAS EN CUBA
05-06-2011.
Elías Amor Bravo

(www.miscelaneasdecuba.net).- ¿Se encienden las alarmas en Cuba? No.
Parece que la sangre no va a llegar al río. Todo viene a cuento por unas
desafortunadas declaraciones de Raúl Castro, a periodistas acreditados
en La Habana con ocasión de la próxima celebración de su cumpleaños, el
que hace el número 80 el 3 de junio. Conocido es lo "guasón" del
carácter de Raúl Castro, vamos, por definirlo de alguna manera, a
diferencia de su cejijunto y enfurecido hermano, poco dado a las bromas
y las gracias de mal gusto, como el pequeño de la familia.

Sin embargo, a más de uno se le debió atragantar la comida al escuchar
una frase que, por clara, no deja de incorporar un significado a la vez,
complejo e intrigante. En efecto, Raúl Castro admitió que "el proceso de
actualización económica que impulsa su Gobierno es "duro", y después
siguió bromeando con su estado de salud y su cumpleaños. Ni más, ni menos.

Gracioso hasta la médula, sin que le tiemble el pulso cuando tiene que
actuar como brazo represor del sistema político, y con una obscena
frialdad que le caracteriza desde la juventud, Raúl Castro continuó con
sus declaraciones a los periodistas mientras decía adiós al ex
presidente Lula da Silva, cuya visita ha vuelto a alimentar
especulaciones sobre el estado real de salud del viejo dictador. En un
momento, los medios recogieron expresamente su frase, "lo que es una
lástima es que no me pueda retirar ya, cumpliendo lo que se acordó en el
Congreso (del Partido Comunista, PCC). Bueno, yo no tengo dos períodos,
voy por uno".

La sorpresa no es que se quiera retirar. En cualquier país del mundo,
una persona de 80 años merece un descanso que dudo que el viejo
revolucionario vaya a aceptar. La cuestión es que no conforme con lo que
tiene, Raúl Castro anuncia su intención de desplegar su mandato en los
dos períodos que le asigna el último congreso del partido único, y
además, y esta vez no se trata de broma alguna, dice que "va todavía por
el primero de los mandatos".

Según lo expuesto, el máximo dirigente del régimen castrista reconoció
que el proceso de actualización económica se le está atragantando, lo
que para gente acostumbrada a dirigir a pierna suelta un país, sin dar
explicaciones y con escaso nivel de sacrificio, se podría interpretar
como que en cualquier momento se puede dar portazo al proceso, y
recentralizar la economía. Ya lo hicieron antes. En cualquier momento se
les pueden cruzar los cables. Los viejos revolucionarios no quieren
tener problemas. Y lo que es peor, admite que el límite de diez años de
mandato lo piensa cumplir, lo que significa asumir que hasta los 90
estará al frente de la dirección política del país, con lo que ello
representa de inmovilismo, incertidumbre y dudas.

No cabe duda que el control del proceso de transformación económica es
la prioridad del régimen. La sensación de que se está produciendo un
agotamiento, y un cierto desborde de gestión, es palmaria, cuando Raúl
Castro dice que "son tantas las cosas que hay que arreglar,
jurídicamente incluso", y por ello, traslada a la ministra de Justicia
de la isla una misión extra gubernamental, de escasa legitimidad, pero
así son las cosas en el castrismo, para que arropada por un equipo de
abogados proceda a la revisión de todas las leyes y resoluciones para
implementar las reformas.

A mi todo esto me sorprende, y a la vez me produce sonrojo. Que el
máximo dirigente del régimen que ha gobernado el destino de Cuba durante
más de medio siglo diga explícitamente que el problema de las reformas
viene motivado porque "son miles y hay que ir arreglando todo eso para
hacer las cosas ordenadamente, con institucionalidad", y además, añada
que "muchas de las leyes vigentes realmente son absurdas o tuvieron un
origen correcto pero el tiempo ha pasado", no hace más que confirmar lo
que muchos nos temíamos.

El enterramiento del castrismo en vida de Fidel y Raúl Castro es una
operación de imagen y propaganda que no parece tener un guión escrito,
que se está realizando con grandes dosis de improvisación y que nadie,
absolutamente nadie, tiene ni idea de lo que va a suceder realmente.

Cuando Raúl Castro asumió la dirección política del país y observó el
estado de postración, ineficiencia y crisis de la economía, y se
enfrentó a su moribundo hermano y sus secuaces para impulsar un plan de
reformas que permitiera superar la aguda crisis económica del país, no
era consciente del destino final de la nave. Ahora se percatan de la
complejidad del proceso que han querido implementar, del agotamiento
físico y mental que produce nadar en contra de la corriente, y de que
tarde o temprano, las fuerzas de la economía competitiva y emprendedora
abrirán espacios de libertad en la pétrea consistencia del régimen
creado por los hermanos Castro.

Las reglas de la Economía son así. Cuando los que no tienen ni idea de
cómo funcionan los sistemas económicos se ponen a jugar de forma
imprudente con las decisiones individuales de agentes libres que operan
en condiciones de creciente libertad, experimentan sensaciones como las
descritas por Raúl Castro ante su próximo cumpleaños. Que lo celebre con
su familia. Muchos otros cubanos de su edad no pudieron hacerlo por
culpa de su régimen, por haberles privado de la posibilidad de vivir
toda su existencia en la Isla que les vio nacer, empujándoles al
terrible exilio de más de medio siglo.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=32501

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