Entidades extranjeras tantean el terreno para una eventual autorización
de los microcréditos
Agencias
La Habana 20-06-2011 - 1:03 pm.
Expertos señalan la dualidad monetaria como uno de los principales
desafíos, y la cooperación internacional como elemento que podría jugar
un rol facilitador.
El sistema de microcréditos podría llegar a Cuba de la mano de las
medidas que esperan por el soporte jurídico y legal que las ponga en
marcha, dentro del llamado proceso de "actualización del modelo cubano",
reporta IPS.
"Hasta hace un año y medio más o menos, de este tema prácticamente no se
podía hablar, pero ahora la situación es distinta", dijo un diplomático
europeo que prefirió no ser identificado.
"El microcrédito pasó de ser algo casi sacrílego a algo interesante",
añadió el diplomático, citado por la agencia.
Por su parte, Juan Diego Ruiz, coordinador general de la Cooperación de
España en Cuba, aclaró que la palabra microcrédito no figuraba en el
lenguaje cubano y quizás aún en la actualidad no sea la más correcta en
este caso.
"Hoy se habla más bien de política crediticia, de crédito para el sector
productivo, un tema que está tanto en la calle como en los despachos",
señaló.
Entre las entidades que tantea el terreno figura el Instituto Nacional
para el Microcrédito de Italia, que organizó un par de visitas a Cuba,
una muestra de que la cooperación internacional podría jugar algún rol
en las microfinanzas.
Este tipo de préstamos nació por los años setenta, como alternativa para
ciudadanos con pocos recursos económicos que precisan de un capital que
genere patrimonio o activos productivos. A diferencia del crédito
tradicional, no pide garantías para el otorgamiento, sus montos son
relativamente pequeños y los pagos de las cuotas son semanales o
quincenales.
Estas diferencias llevan a definir a las instituciones microfinancieras
como entidades con altos costos administrativos, cubiertos por las altas
tasas de interés que genera su cartera de clientes, compuesta por un
gran número de beneficiarios de pequeños préstamos a corto plazo, sin
garantías, ubicados en una reducida área geográfica.
En Cuba existen los créditos en moneda nacional enfocados al consumo,
como la compra individual de bienes domésticos, y al sector agropecuario
organizado en cooperativas.
Las medidas refrendadas por el VI Congreso del Partido Comunista (PCC)
prevén ampliar y diversificar las posibilidades en materia de préstamos
bancarios.
El programa, de 313 puntos, que traza la línea económica y social para
los próximos años, aclara que la política crediticia estará dirigida, en
lo fundamental, a brindar el apoyo necesario a aquellas actividades que
estimulen la producción nacional, generadoras de ingresos en divisas o
destinadas a sustituir importaciones, así como otras que garanticen el
desarrollo.
A la vez, desde marzo está aprobada la política bancaria y de créditos
para las personas naturales, que incluye, entre otras medidas, otorgar
préstamos a los productores agropecuarios para la compra de medios de
trabajo e insumos en las unidades de comercio minorista, con el objetivo
de elevar la producción de alimentos del país.
Asimismo, conceder créditos a las personas autorizadas a ejercer el
trabajo por cuenta propia para financiar el capital de trabajo y las
inversiones mediante la compra de bienes, insumos y equipos, y permitir
que los cuentapropistas vendan productos y servicios a las entidades
estatales, previo contrato entre las partes.
A la espera de las regulaciones
En estos sectores emergentes, surgidos con la entrega de tierras en
usufructo a miles de personas y la ampliación de oficios y actividades
para ejercer por "cuenta propia", es donde el microcrédito podría tener
mayor impacto, al menos inicialmente, aunque faltan por definir los
aspectos legales y jurídicos que regularían el tema crediticio en general.
En estas nuevas formas de gestión no estatal, los préstamos a pequeña
escala podrían facilitar el acceso a maquinarias, herramientas, insumos
y medios de trabajo, además de fortalecer las capacidades para contratar
servicios o mano de obra de una manera estimulante, entre otros
eventuales beneficios.
En el cuentapropismo "es donde mejor encaja el microcrédito puro,
enfocado al sector individual", comentó a IPS Tomás Marco, responsable
en Cuba de desarrollo agropecuario de la Oficina Técnica de Cooperación
de España. "Se abre una posibilidad, ni siquiera es una certeza, no se
sabe si se va a permitir dar crédito en divisa a un cuentapropista", señaló.
La dualidad monetaria o libre circulación de una moneda nacional (peso)
y el peso convertible cubano (CUC), que desde 2004 reemplaza en toda
transacción al dólar estadounidense, figura entre los desafíos a vencer
también en materia crediticia en un escenario en que no se vislumbra
solución a corto plazo para ese fenómeno.
"Otro obstáculo grande es la capacidad de compra. Tú puedes conceder un
crédito en divisa a las UBPC (Unidades Básicas de Producción
Cooperativa, del sector agropecuario), pero éstas no pueden comprar
directamente en divisa. Hay que esperar que los lineamientos se plasmen
en normativas, ver como se regulan estos aspectos", indicó Marco.
Rodolfo Hernández, oficial de programa de la Agencia de Cooperación
Suiza (Cosude), consideró que el microcrédito podría beneficiar en Cuba
"fundamentalmente" a sectores de ingresos medios y bajos, con
determinada prioridad para mujeres y jóvenes.
"Sería importante que los créditos se otorguen en ambas monedas, que se
creen tiendas y lugares que vendan a nivel municipal y submunicipal, que
éstos sean otorgados con un porcentaje de interés que permita por un
lado la sostenibilidad del proceso y el pago del servicio de las
instituciones que los prestan y, por otro, la accesibilidad de las
personas de ingreso medio y bajo", señaló el experto.
En su opinión, el dinero debería canalizarse a través del Banco de
Crédito y Desarrollo o una banca local creada con ese objetivo y por
cooperativas de segundo grado (aquellas cuyos socios son otras
cooperativas) que alcancen suficiente ingreso para asumir ese compromiso.
Ruiz dijo que no descarta que en el contexto de la cooperación
internacional, puedan funcionar instrumentos crediticios no comerciales,
pero reembolsables. "Existe la oportunidad y la voluntad. En estos meses
han venido varias visitas de nuestra sede (Agencia Española de
Cooperación Internacional) que han informado sobre la experiencia en
materia de crédito, que pudiera tener su cabida acá", comentó.
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