Réquiem por las UBPC (I)
[12-09-2012]
Elías Amor Bravo
Economista ULC
(www.miscelaneasdecuba.net).- El principal problema de la economía
castrista reside en la naturaleza del modelo de planificación central
sin propiedad privada. Eso que califican como "socialismo" y que los
llamados Lineamientos tratan infructuosamente de "actualizar". Para
evitar lo que es obvio, el régimen ha utilizado denominaciones muy
variadas para calificar lo que, en cualquier otro país del mundo, recibe
el nombre de "empresa".
En cualquier economía, excepto en la castrista, producir es una
actividad social que se realiza por las empresas, que organizan el
trabajo y el capital existente con una determinada tecnología, para
vender con lucro los bienes y servicios obtenidos. La esencia del modelo
es acumular beneficios. Nada malo hay en ello. Cuanto mejor se cumpla
esa función social de las empresas, mayores niveles de prosperidad
económica y material experimentan las sociedades. Cuando, como sucede en
el régimen castrista, se pretende ir en dirección contraria, el caos
está servido.
Y esto es lo que viene a exponer un artículo en Granma, titulado
"Autonomía básica para la producción cooperativa", en el que se plantea
esta cuestión. Al parecer en los Lineamientos, y como parte de la
actualización del modelo económico cubano, las autoridades se habían
propuesto lograr una gestión más eficiente de las Unidades Básicas de
Producción Cooperativa (UBPC) y "eliminar las ataduras que las frenaron
durante años".
Al parecer, los hechos confirman justo lo contrario. Creyendo que las
cosas en una economía se arreglan a base de leyes y decretos, el Consejo
de Ministros aprobó un grupo de medidas centradas en legitimar una
autonomía que, en su concepción fundacional tuvieron esas unidades "en
los papeles, pero pocas veces lograron en la práctica. Como si se
tratase de un hecho histórico, el artículo señala que "figura entre
éstas un Nuevo Reglamento General, publicado por la Gaceta Oficial
Extraordinaria número 37".
Pero no lo han conseguido. O tal vez, no era ese el objetivo. El régimen
castrista no se ha caracterizado por el dominio de la gestión de la
economía, pero nadie puede negar su capacidad para inventar cosas que,
simplemente, no pueden funcionar. Es el caso de las UBPC, bien conocidas
de los cubanos, porque vieron la luz en 1993, durante el denominado
"período especial", y su nacimiento respondió al eterno objetivo de
"revitalizar el sistema agro productivo".
Me propongo en tres trabajos consecutivos exponer el fracaso de la
política económica del régimen castrista con las UBPC y la necesidad de
apostar por su futuro con medidas distintas a las que se plantean en los
Lineamientos.
El nacimiento de estas "empresas" se produjo a partir de la experiencia
fallida del colectivismo comunista de las granjas estatales. Y tenían
que cumplir, cómo no, varias funciones: "la vinculación del productor al
área como incentivo laboral, la capacidad de autoabastecimiento de los
trabajadores y sus familias, la correlación entre producción alcanzada e
ingresos percibidos, y el desarrollo efectivo de la autonomía de la
gestión".
El "experimento" al parecer funcionó durante algún tiempo, pero en la
economía castrista, los excesos se pagan, y alguien en algún
departamento de la soñolienta burocracia debió entender, en algún
momento, que tanta libertad y autonomía no era lo mejor para los
objetivos de la "revolución". Medidas como la imposición de planes y
dirigentes, o el requerir en ocasiones la autorización de estas
entidades que las atendían para pagos salariales escapaban de la
ortodoxia estalinista que ha impregnado la esencia de la economía, y
como consecuencia de ello, se puso en marcha un mecanismo que frenaba
ese intento de mayor autonomía funcional, clave del éxito.
De ese modo, las UBPC entraron, como otros muchos experimentos, en
crisis. En 1994, un año después de su constitución, existían en Cuba
2.519 UBPC y en la actualidad apenas alcanzan 1.989, la gran mayoría
pertenecientes al sistema del Ministerio de la Agricultura (MINAG). En
su conjunto, tienen en explotación un área de más de un millón 770 mil
hectáreas, lo que representa aproximadamente el 28 % de la superficie
agrícola del país. Y aquí viene la segunda parte, como consecuencia del
excesivo dirigismo y la pérdida de autonomía, el 23 % de las tierras de
las UBPC se mantienen ociosas, "un ejemplo claro de la subutilización de
su potencial y, por consiguiente, de las bajas producciones
registradas", dice Granma.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=37059
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