viernes, 22 de noviembre de 2013

El ocaso de una academia

El ocaso de una academia

LOURDES GÓMEZ | Santiago de Cuba | 22 Nov 2013 - 8:57 am.



La Academia de Artes Plásticas de Santiago de Cuba: frente a la crisis

económica y las políticas totalitarias.



En el mes de octubre el semanario Sierra Maestra, órgano oficial del

Partido Comunista en la provincia de Santiago de Cuba, publicó el

artículo S.O.S. Academia, cuyo principal objetivo era destacar las

virtudes históricas de la Academia de Artes Plásticas José Joaquín

Tejada de Santiago de Cuba, ante la amenaza de su clausura por parte del

Ministerio de Educación.



Las causas de esta decisión están en las nuevas directivas económicas de

austeridad, el lineamiento 164 que trata de racionalizar la enseñanza

por territorios, después de los despilfarros soñadores de la "batalla de

ideas", durante la cual se inauguraron más de veinte escuelas de este

tipo —entre academias y escuelas de instructores de arte— en todas las

provincias del país.



La triste realidad es que hoy, después de diez años, la mayoría de estas

escuelas fueron cerradas, quedando la polémica de cuáles dejar por

territorios, según resultados medidos por la cantidad de graduados que

cada provincia logra ingresar al Instituto Superior de Arte (I.S.A.) en

La Habana. La academia santiaguera solo ha logrado dos en cuatro años.



La historia de la academia de Santiago es sin duda loable. Fundada

oficialmente en 1935 gracias a los esfuerzos del gremio local de

artistas, tras varios años de escuelas efímeras, fue imbuida por la

necesidad de un entorno cultural en crescendo. A pesar de los modestos

recursos que le fueron asignados, su consolidación paulatina le dio la

credibilidad suficiente para convertirse en la segunda escuela de este

tipo, sobre todo por acoger a los estudiantes del este de la Isla.



Generaciones de artistas se formaron allí: Alfredo Roostgaard, Alberto

Lescay y Carlos René Aguilera, entre otros, son muestra de ello. Pero

hoy cabe preguntarse ¿qué pasó en la academia que ya no produce a

aquellos talentosos artistas? ¿Por qué la decadencia?



'Conocimos el acrílico en los años 80'



Las respuestas son variadas, algunos culpan a la crisis del "período

especial", que dejó a la escuela sin materiales. Otros a la falta de

esos grandes artistas como maestros e impulsores del proyecto. También

se habla de los constantes cambios de planes de estudio de la

desmotivación de los estudiantes. Probablemente sea la suma de estos

argumentos lo que ha llevado a la Academia al deterioro.



La crisis económica ha sido permanente a lo largo del medio siglo de

castrismo y los materiales artísticos son caros. A pesar de ello se

formaron los artistas reconocidos de hoy. "Nosotros pintábamos sobre

papel kraft y lienzos de saco de harina, en la década del 70 no había

otra cosa", explica un artista que quiere mantenerse anónimo. "Nos

inventábamos los óleos a la manera del renacimiento y conocimos el

acrílico en los años 80."



Eran alumnos inspirados por sus profesores, quienes sabían que el

artista nace y que la escuela apenas tiene que darle las herramientas

técnicas y conceptuales para su desarrollo; maestros como Ferrer Cabello

o Aguilera Vicente impartían cátedra de sus especialidades en cada

clase, había exigencia en la formación. Si no dominabas la técnica, la

escuela no era tu lugar.



Los cambios son muchos, ahora hay planes que cumplir y cuotas de ingreso

para cada municipio, independientemente del talento. Reprobar a alguien

le crea problemas a los profesores, el magisterio es pobremente pagado y

exigente, los mejores artistas prefieren ser independientes, desarrollar

una carrera y comercializar su obra. Los talleres de los planes de

estudio se cumplen a medias por falta o escasez de materiales, los

profesores deben adecuar los programas según los recursos disponibles,

no hay balance entre la teoría y el oficio —otorgándosele preferencia a

la primera— y los talleres impartidos profundizan más en la especialidad

del profesor que en la integralidad de la especialidad.



La supresión de las escuelas elementales hace que la mayoría de los

estudiantes lleguen mal preparados para el ingreso al nivel medio

superior que representa la academia. Para muchos, lo importante es

adquirir un título que garantiza el ingreso automático al registro del

creador y el acceso a la categoría de artista independiente, más

lucrativa que depender de los míseros sueldos estatales en caso de

encontrar trabajo por otra vía.



Los resultados son graduados insuficientemente preparados, de los cuales

un porciento mínimo se dedica al arte.



¿Se cerrará la academia?



Es evidente que hay contraposiciones entre los planes de estudio y las

realidades económicas. Es urgente rediseñar toda la estructura de la

enseñanza artística. Ya no se trata de cumplir planes técnicos

económicos para que en cada rincón del país haya un artista, ni de tener

una galería en las montañas para nuestros campesinos intelectuales. Se

trata de preparar a hombres y mujeres para la vida: ser artista es una

opción a la que el individuo llegará acorde a su talento.



El artículo del semanario Sierra Maestra no se refiere a nada de esto,

los verdaderos problemas no están en el historial revolucionario de la

academia, sino en la concepción de una enseñanza que depende en el 95

porciento de los casos de materiales importados que desafortunadamente

el Estado no se encuentra en condiciones de regalar. Tal es así que en

la ciudad solo existe una tienda desabastecida que expende estos

artículos, cuando los hay, en moneda convertible (cuc). Solo tienen

derecho a comprarlos los artistas registrados.



¿Se cerrará la academia? Al parecer no, el artículo del semanario fue un

llamado de atención a las autoridades provinciales de una debacle

anunciada, de la que es mayormente responsable la inestabilidad

económica del país y las políticas totalitarias de masificación del

arte. Esperemos que los nuevos esfuerzos para su rehabilitación no

sufran de las inconstancias gubernamentales y que en 2015, en su 80

aniversario, la actual raquítica matrícula de 23 estudiantes se haya

triplicado.



Source: "El ocaso de una academia | Diario de Cuba" -

http://www.diariodecuba.com/cultura/1385107028_6032.html

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